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Yucatán

Impulsan y protegen variedades nativas de maíz

Bernardino Canul Xix y Luis Antonio Dzib Aguilar manifestaron ayer que sólo con el trabajo coordinado entre productores del campo e investigadores se podrá defender y fomentar el cultivo de maíz a base de variedades nativas en lugar de los transgénicos, en otras palabras, definir si debemos producir con granos de mayor calidad o plantas transgénicas que rindan más (cantidad), pero que representan un riesgo para la salud.

Entrevistado ayer antes de su participación en la Semana del Ingeniero en Desarrollo Agroforestal (IDA), que se llevó a cabo en las instalaciones de la Universidad de Chapingo, en la cual expusieron los avances que se han logrado en el mejoramiento de maíces en Xoy, ejido de Peto, Yucatán, Dzib Aguilar explicó que actualmente hay más de 24 variedades de maíz nativas que se cultivan en el estado, especialmente el Naalxoy que familias campesinas del ejido de Xoy difunden desde 1983, que se originó con la cruza entre la PR 7822 de grano blanco con el Naal-tel de grano amarillo, que se produce en el Centro internacional en mejoramiento de maíz y trigo, que se sembró en Poza Rica, en 1978 (PR7822), que es considerado muy bueno y que el ejidatario Rufino Chi lo adecuó para poderlos cultivar en Xoy, labor que ahora continúa promoviendo Bernardino Canul.

Dzib Aguilar dijo que el Naalxoy es una cruza con el Naal tel, que es una mazorca más pequeña o precoz, pero es dulce, que gusta mucho porque se utiliza mucho en la elaboración de elote salcochado, masa para iswuá y atole; por su precocidad, sabor y olor este grano tienen gran aceptación, mientras que la PR la mazorca es más grande pero más resistente en cuanto al almacenaje, de la cual se puede obtener hasta 500 kilos por hectárea, mientras que con la Naalxoy se obtienen hasta mil kilos por hectárea en años muy buenos y es igual de resistente.

Se resaltó que todo ello ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre productores e investigadores que ellos denominan “Diálogo entre culturas”.

El Dzibacal es otra variedad de maíz, que es excelente para la elaboración de tortillas, cuyas semillas se están reproduciendo con el nombre de CRUPY2, que es una variedad criolla que se cruzará con maíces precoces y de caña con mayor resistencia a la fuerza de los vientos, pero conservando sus características para la producción de tortillas, variedad de la cual se puede obtener hasta 800 kilos por hectárea.

Riesgos

Señalaron que entre los riegos para producir maíz destacan la escasez de lluvia en la región, poca tierra arable, mucha yerba, ataque de animales, como pájaros, tejones, mapaches, loros, armadillo o huech, etc.; de ahí la necesidad de que productores e investigadores trabajen de manera integral, es decir, de igual a igual y no haya rechazo de una u otra parte y no sentirse superior uno del otro y sobre todo que haya respeto y un diálogo sencillo y fácil de entender y cooperar uno con el otro.

Por su parte, Canul Xix explicó que no es fácil cambiar la mentalidad de los productores para que cultiven variedades nativas de maíz, pero considera que después de varias décadas se han logrado importantes logros y conocimientos que serán transmitidos a las futuras generaciones que deseen trabajar la tierra.

Dijo que estas variedades de maíz se las querían llevar y registrar en otras partes del país; hasta ahora las han logrado proteger de la introducción o manejo de maíces mejorados conocidas como híbridos, que son una amenaza para las variedades nativas; la introducción de organismos modificados o transgénico, tanto de maíz como de soya, son un riesgo inclusive para la salud de las personas, ya que hay estudios que indican que esas variedades están vinculadas con el cáncer principalmente por los fertilizantes o agroquímicos que se utilizan para su cultivo, señaló.

No es tan fácil, pero estamos tratando de disminuir su uso y cambiarlos por productos menos agresivos en las áreas de cultivos, añadió.

A su vez, Erika López Jacobo, alumna del sexto año de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Agroforestal y consejera alumna del CRIPY, dijo que no es lo mismo estar frente al pizarrón escribiendo, que vivir la experiencia directa con los productores de maíz, por lo que es bueno contrastar la teoría con la práctica en la solución de problemas que afrontan los trabajadores del campo y transmitirles sus conocimientos de manera sencillas y fácil de comprender y sobre todo de aplicar técnicas que los ayuden a obtener mejores cosechas.

(Víctor Lara Martínez)

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