Yucatán

El Club Rotario Mérida Itzaes arrancó ayer su campaña de información, prevención y prueba rápida de hepatitis C crónica con 65 participantes.

La cruzada contra esta enfermedad inició con los integrantes e invitados del Club Rotarios Mérida Itzaes antes de su acostumbrada sesión semanal en la que respondieron un breve cuestionario y les fue tomada la prueba de sangre en el dedo anular de la mano derecha.

Esta actividad se llevó a cabo con el apoyo y respaldo de los laboratorios Gilead, a través de su representante en la zona sureste del país, José Luis Pérez, responsable del programa Hepatitis C.

Julia Esther García-Benítez López, presidenta del Club Rotario Itzaes, agradeció a los presentes por acudir a realizarse la toma y participar en una campaña tan especial.

“La salud es lo más importante, primero debemos tener salud, y esta lucha es significativa, si la descubrimos a tiempo se cura”, remarcó.

Agregó que después de esta primera jornada de detección continuarán con los demás Clubes Rotarios del Distrito 4195, luego con los del estado e incluso se visitarán escuelas y universidades de todo el país.

Por su parte, Porfirio Gutiérrez Orozco, presidente del Comité de Salud, señaló que era un honor ser los iniciadores del programa: “Este padecimiento es una enfermedad silenciosa porque la mayoría de las personas que la padecen no tienen síntomas. Usted puede tener hepatitis y no saberlo porque no hay señales”, aseveró.

“Los síntomas se presentan cuando la enfermedad ya es grave y el hígado está ya muy dañado, recuerden que la hepatitis C puede curarse si se detecta oportunamente”, añadió.

El doctor Gutiérrez recomendó que tomen muy en cuenta los factores de riesgo de la hepatitis C crónica, como haber recibido trasplante de órganos antes de 1995, haber usado drogas intranasales, tener tatuajes o piercings, tener VIH. Asimismo, haber usado drogas por la vía intravenosa, aunque haya sido solo una vez hace mucho tiempo.

También ser nacido de madre con hepatitis C, compartir hoja de afeitar o cepillo de dientes con alguien que tiene la enfermedad, recibido transfusión de sangre o productos sanguíneos (plasma o plaquetas) antes de 1995, recibido hemodiálisis durante un periodo prolongado, realizado prácticas sexuales de alto riesgo (múltiples parejas y/o contacto con sangre).

De igual manera la pueden contraer los profesionales de salud que se haya pinchado accidentalmente con una aguja.