Yucatán

Del estudio de dos migraciones que a pesar de ser contemporáneas tuvieron experiencias y resultados diferentes, la libanesa y la coreana, la Dra. Claudia Dávila Valdés, profesora investigadora de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales Hideyo Noguchi hizo un interesante libro: “Libaneses y coreanos en Yucatán, una historia comparada de dos migraciones”, que presentó ayer en el auditorio de la Facultad de Ciencias Antropológicas.

En entrevista con POR ESTO!, la autora señaló:

-Mi libro habla de dos experiencias migratorias de principios del siglo XX: la libanesa y la coreana. Una de las cosas que yo me propuse es indagar por qué estos dos grupos migratorios que llegaron a Yucatán en la época del oro henequenero, tuvieron experiencias tan diferentes y trayectorias tan diferentes en este territorio. Entonces indagando un poco y aterrizando el estudio en Motul encontramos que existen diferentes factores que determinan la experiencia migratoria de estos dos grupos, como por ejemplo podría ser la presencia de las mujeres o la capacidad para organizar una vida comunitaria donde haya solidaridad y apoyo mutuo, donde se construye un capital social que ayude a la movilidad social mucho más rápida, como en el caso de los libaneses, la existencia o no de una cadena migratoria que en el caso de los libaneses sí la hay y en el caso de los coreanos no. Entonces yo trato de encontrar estas explicaciones y estos factores que determinaron por qué los libaneses sí tienen una movilidad social mucho más rápida que la de los coreanos. Por qué los coreanos se disuelven y pierden dentro de la sociedad yucateca con el paso del tiempo, yo creo que uno de los factores es el contexto de llegada: directamente los coreanos llegan al mundo rural a trabajar en el henequén como jornaleros, mientras que los libaneses llegan a un mundo más urbano, donde la movilidad es más fácil vendiendo accesorios y diferentes cosas; entonces esto les ayuda a tener estas dos trayectorias. Aún cuando ambas migraciones son migraciones de grupos sin dinero, con necesidades, en busca de una mejor vida, tenemos un poco de este resultado de estas dos experiencias migratorias.

Ascendieron en la escala social

Continúa la entrevistada:

-A los libaneses casi los podemos encontrar en cualquier parte, pero evidentemente los libaneses sí pudieron ascender en la escala socioeconómica e integrarse en las clases medias y altas de la sociedad yucateca. Hoy en día es una élite importante en Yucatán. No podemos pensar en empresarios sin pensar en libaneses en Yucatán, y esto pues tiene que ver con todos estos factores que de alguna manera he mencionado, y que explican esta movilidad social.

Faltaron las mujeres coreanas

—¿Cuáles son los legados de ambas migraciones?

-Son muy diferentes, porque los libaneses terminan siendo mucho más vistosos que los coreanos, los libaneses se meten como decirlo hasta la cocina de los yucatecos. Podemos pensar en los kibis y las cremitas, que son de origen libanés, en cambio los coreanos se pierden mucho más en el contexto yucateco, y esto creo yo tiene que ver con la falta de la presencia de mujeres, porque vienen pocas mujeres y los hombres terminan yucatequizándose mucho más rápidamente que los libanenes; en cambio la presencia de la mujer libanesa ayuda a la preservación de muchos de los aspectos culturales libaneses como en el caso de la comida. No solamente dentro de la comunidad y de cómo se comportan ellos como un grupo cuestionado, o cómo se comportaron como un grupo cuestionado durante muchos años; entonces esta presencia de la mujer pues es bastante importante y muy clave en su desarrollo.

-¿Cuántos hombres y cuántas mujeres vinieron en cada grupo?

-Este dato está en el libro. Sí le puedo decir que al principio llegan más libaneses hombres, pero la diferencia es que los libaneses mandan a traer a sus novias o a las esposas que dejaron en Líbano, o van y se casan y regresan con la mujer libanesa. En cambio los coreanos no. Las pocas mujeres que llegaron todas estaban casadas. Las que llegaron lo hicieron con su hombre coreano. Y ya no hay más mujeres que lleguen. Entonces dentro del grupo de los coreanos, las pocas familias están casadas, no hay mujeres solteras. En cambio sí hay muchos hombres solteros que rehacen su vida en Yucatán, y evidentemente con quiénes la van a hacer, pues con mujeres que encuentran aquí en el ámbito donde hacen su vida cotidiana.

-¿Mujeres mayas?

-Exactamente, porque ellos llegan aquí a trabajar en el campo, en el mundo rural henequenero, y normalmente la mayoría de los matrimonios mixtos que yo encontré de coreanos se hizo con mujeres de origen maya.

-¿Y cuál fue el caso de los libaneses?

-Ellos venían a hacer negocio y así funcionaban como cadena: mandaban a traer al amigo, al pariente, al sobrino, al primo, y lo incorporaban dentro de su propia empresa o negocio, su propia tienda. Entonces esto les permitía salir adelante, porque había este tipo de apoyo mutuo, que el que llegaba nuevo tenía esas ventajas, cosa que los coreanos por ejemplo, no tuvieron, pues llegan todos juntos, y cuando llegan no hay otros coreanos que les echen la mano.

-¿No llegaron más coreanos después?

-Después de la migración que llega en 1905, llegarán tal vez 10, pero no como una cadena migratoria, y esto evidentemente dificulta que haya esta movilidad y esta preservación de los aspectos culturales.

-¿Cuántos vinieron?

-Coreanos son 1,014 los que llegan en 1905.

-¿Y libaneses?

-De ellos se dice que a todo lo largo del período en que estuvieron llegando fueron como 777 libaneses de origen. Esto es a finales del siglo XIX hasta más o menos los años 20, 1920.

-¿En qué municipios hay descendencia de estas migraciones?

-En Motul encontramos bastantes, si le empezamos a rascar, podemos encontrar algunos en Baca, en Dzilam Bravo también tuve una entrevistada cuyos parientes llegaron allá. Yo creo que si le empezamos a rascar encontramos tanto coreanos como libaneses en el interior de Yucatán.

-Doctora Claudia, hoy los coreanos se hacen muy notorios por sus caravanas médicas…

-Sí, pero ahí es el gobierno de Corea, porque el gobierno de ese país está interesado en rescatar las raíces coreanas de algunos de los descendientes que llegaron de aquella migración, pero es un deseo del gobierno coreano.

-¿Corea del Sur?

-Sí, Corea del Sur evidentemente porque es la que tiene el dinero, y es la que viene aquí de alguna manera a invertir, porque lo hace en el Hospital Corea México, y hace algún tiempo trajo ambulancias y camas para los niños del Hospital de la Amistad. Entonces sí viene a invertir, viene a dejar, incluso da dinero para que se hagan grandes comidas y grandes eventos para conmemorar diferentes aspectos de Corea y de la inmigración coreana.

-Y también vienen los misioneros coreanos a ayudar a la población maya desatendida en el aspecto de la salud.

-Ah, sí, ellos también tienen mucha, mucha participación, pero es una migración mucho más actual y muy diferente, con una dinámica muy diferente.

-¿Cuánto cuesta el libro?

-El libro cuesta 100 pesos. Se va a vender acá, pero también en las instalaciones de la UNAM, pero en la librería de la UNAM se puede conseguir el libro porque al final de cuentas es la UNAM la que lo editó.

-¿Cuánto tardó en escribirlo?

-Es una investigación de muchos años. Escribí el libro un año, pero la investigación me llevó 6 años.

-¿Qué estudió usted?

-Soy licenciada en Relaciones Internacionales y tengo una maestría en Ciencia Política y un doctorado en Historia.

Los comentarios del libro estuvieron a cargo de Elda Moreno Acevedo y Ricardo López Santillán. La invitación para la presentación fue de la licenciatura en turismo, y se llevó a cabo en el marco del 48 aniversario de la Facultad de Ciencias Antropológicas.

(Roberto López Méndez)