Romeo Frías BobadillaEn un abrir y cerrar de ojos
La primera década del siglo pasado fue de mucha importancia para los periódicos del Estado, por la cantidad de noticias que se originaban en este puerto y con las cuales se podía llenar las primeras páginas.
El año de 1916, por ejemplo, proporcionó una grata novedad como lo fue el adoquín de la principal calle de nuestra ciudad (la 30), que antes fue un terreno sembrado de árboles, con kioscos en la parte central.
Estos trabajos se realizaron en la administración del general Salvador Alvarado, quien con frecuencia visitaba la obra, para cerciorarse de su avance.
Otra noticia, y trágica a la vez, fue la explosión ocurrida en una caldera de la raspadora de San Ignacio, con saldo de 6 muertos y numerosos heridos.
Los periódicos informaron que el estallido se escuchó en Progreso, donde causó pánico entre los habitantes.
En Los Alacranes encalló el vapor noruego Frida, que transportaba un cargamento de mercancías para el Comité de Defensa Sindical, e igual suerte corrió un pailebote norteamericano que transportaba idéntica mercancía. En esos tiempos, los barcos continuamente tenían tropiezos frente a Yucatán, por los arrecifes. También encalló el pesquero Emma Jane, destrozándose. El vapor nacional Coahuila recogió a los tripulantes en su travesía de Nueva Orleáns a Progreso.
En ese año no podían faltar los huracanes, según informó la prensa, pues a fines de 1916 se desató furioso vendaval que causó estragos en la zona marítima. Los vientos alcanzaron velocidades de 70 y más kilómetros por hora, haciendo naufragar a la canoa Yucateca y se fueron a la playa la Caridad, Merdiana, Mexicana, Sisaleña y Enriqueta y el yate No. 2.
Casi todos los barcos que se encontraban en bahía sufrieron averías, y para remachar el clavo, semanas después otro vientazo hizo naufragar un lanchón y un pailebote, a un costado del muelle Fiscal, así como también embarranca la canoa Elisa.
Fue, como dijimos al principio, un año de noticias para la prensa.