Yucatán

Delfín Quezada Domínguez

La actitud de escapista escurridizo de Jesús Serrano Landeros, integrante de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), refleja cómo se comportan desde hace mucho tiempo los integrantes de la Comisión Federal de Electricidad con los usuarios, usuarios que les pagamos sus altos salarios a través de nuestros impuestos. No respondió el cuestionamiento que le hicieron los reporteros de los medios de comunicación.

Como participante en el Congreso Regional de Aprovechamiento de Energías, se le insistió varias veces, pero su respuesta fue: “Hagan una cita, se los agradeceré. Les doy mi tarjeta y con mucho gusto platicamos. No es molestia atenderlos, pero prefiero no ser impreciso en las cifras”. Ya estamos hartos de esos capotazos. Como sociedad queremos respuestas concretas, que nos aseguren que las altas tarifas que nos cobran bajarán sustancialmente para que se recuperen la cantidad de empleos que se han perdido hasta el día de hoy como consecuencia de los cierres de grandes y pequeñas empresas, particularmente en Yucatán.

La lucha y resistencia que se ha mantenido desde hace un par de décadas en 10 estados de la república, como una forma de responder a esas políticas neoliberales que han ido multiplicando los cobros de luz hasta en 10 veces o más lo que antes se pagaba, cobros que resultan impagables, ya que rebasan, en algunos casos, la totalidad de los ingresos de las familias a las que han puesto en un dilema entre pagar la luz o comprar comida, llevando al extremo la precarización de la vida. Esta situación ha provocado la creación de varios movimientos a nivel regional y nacional de resistencia ante los abusos de la CFE.

Y es en este sentido que se ha impulsado como resistencia civil el planteamiento de que la energía eléctrica DEBE DE SER RECONOCIDA CONSTITUCIONALMENTE COMO UN DERECHO HUMANO, ya que es necesaria para las diferentes esferas de la vida como son la educación, la salud, la alimentación, el acceso al agua y otros servicios. Es importante recalcar que, al igual que estos derechos, la luz como derecho humano no puede ser considerada como mercancía, y que están considerados como parte del derecho humano a una vida digna, reconocidos por la ONU, y que el Estado Mexicano tiene la obligación de respetarlos como un mandato del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Hacemos un llamado a todas las comunidades de Yucatán, mujeres y hombres que están luchando ante la injusticia de las altas tarifas y de la imposición de megaproyectos energéticos como parte de las políticas impulsadas desde hace muchos años; no nos confiemos en esta coyuntura del nuevo gobierno y ORGANIZAR UNA RED ESTATAL DE RESISTENCIA CIVIL CONTRA LA CFE hasta no ver garantizado en las leyes el reconocimiento constitucional del acceso a la luz como derecho humano y el cumplimiento de este derecho.

A los representantes de las Cámaras empresariales que han sido, desde mi punto de vista engañados, pequeños comercios, trabajadores obreros, campesinos, estudiantes, pescadores, TODOS debemos poner un hasta aquí a esta criminalidad que comete día a día la Comisión Federal de Electricidad contra nuestro pueblo. Hagamos una encuesta si de eso se trata para decidir si se reducen las tarifas eléctricas.

Confiamos en nuestros representantes en los Congresos Estatal y Federal, en nuestros Senadores, en el Gobernador del Estado para que nos apoyen en el siguiente gran paso: DEJAR DE PAGAR LAS TARIFAS ELECTRICAS EN YUCATAN.