Yucatán

El nuevo Reglamento municipal para regular el ruido en la ciudad se ajustará a las normas nacionales e internacionales que permita una sana convivencia entre quienes viven en una zona urbana y quienes invierten y generan empleos, manifestó el director de Desarrollo Urbano de Mérida, Federico Sauri Molina.

Resaltó que el documento es un proyecto dejó la anterior administración y ahora está en un proceso de revisión para hacerle las precisiones necesarias y alinearlo a las normas federales que hacen referencia al ruido.

Señaló que aunque no se tiene fecha precisa para concluirlo, apenas esté listo se turnará al Cabildo para su aprobación y de esa manera sirva de herramienta a las áreas que intervienen en las diferentes actividades del Centro Histórico, como las direcciones de Cultura, Gobernación y Secretaría de Desarrollo Urbano, para poder llevar a cabo las inspecciones, apercibimientos, en su caso, y en último lugar y como asunto extremo las suspensiones correspondientes.

Centro Histórico vivo

Indicó que originalmente estas tareas estaban bajo la responsabilidad de la Subdirección de Ecología, transformada ahora en la Unidad de Desarrollo Sustentable.

Agregó que actualmente la Dirección de Desarrollo Urbano es la que realiza las inspecciones correspondientes y también la Dirección de Gobernación en caso temas espectáculos y protección civil.

—Creo que tener un centro histórico vivo es muy importante y una de las tendencias mundiales es que estos espacios o núcleos urbanos principales se les dé el uso de suelo mixto, lo que quiere decir que existan casas habitación con comercios, pero lo que buscará esta administración es que esa convivencia se lleve a cabo de manera correcta y con apego a la ley, agregó.

Para ello –subrayó—, necesitamos una ley clara en temas de ruido, y así como existe una en el tema de las remodelaciones de todos los extranjeros que han escogido a Mérida para vivir.

Señaló que se ha recibido en esta tarea un gran apoyo por parte del Patronato del Centro Histórico y de hecho comentó que la semana pasada hubo un taller relacionado con el ruido, “y estamos analizando lo que es permisible a nivel nacional e internacional para poder tener un reglamento claro y robusto”.

Comentó que actualmente el nivel máximo de decibeles permisible localmente ronda sobre los 60 pero se analiza qué tan conveniente es para poder alinearlo y tener los métodos y maneras de medición y de esa manera darle certidumbre no solo a las personas que presentan una inconformidad por el ruido, sino también a las personas que de alguna manera invierten en el Centro Histórico y generan empleo.

(Rafael Mis Cobá)