Jorge Frías Castillo
Lo anterior en sus fases pintorescas y humorísticas para que este “desempolvadero” cumpla su misión de informar, entretener, divertir y hacer que todos se empapen de historia para disfrutar de lo mucho que tiene este mundo de curiosidades e interés histórico.
No se trata de registrar aquí memorias personales ya que, obviamente, nuestra vida particular no tiene nada de trascendencia para interesar a los lectores, sino sencillamente ponerles a ustedes en contacto con los más variados sucesos, relatos en forma breve para ser paladeados como si se estuvieran viviendo en persona aquellos momentos.
Ahora bien, lo que sí queremos recalcar -y lo hacemos con plena satisfacción- es que casi todo este material está basado en hechos reales con excepción, claro está, de algunos cuentos inventados por la chispa ingeniosa de hombres que han contribuido a paliar con sus cuentos la tristeza y las enfermedades del alma que se sufren en la vida por razones naturales.
Pero, sin presunción, queremos subrayar que el recordar hechos y episodios históricos no ha sido tarea fácil para un hombre, eso sí lo decimos con orgullo que lleva en sus espaldas el peso de 98 años, 86 de ellos vividos entre columnas y espacios periodísticos, dando a conocer a diario los sucesos más relevantes ocurridos desde que nuestro padre nos entregó, a mí y a mi hermano Rubén, el lápiz y carnet para iniciarnos en el fascinante oficio del reporterismo.
Y prometemos continuar esta labor de dar a conocer muchas cosas más (anécdotas) del considerable acervo que poseemos, siempre y cuando el Supremo nos permita seguir adelante, aunque de una manera apurada por los años, y el lector nos favorezca con su interés y simpatía, así como lo hace a diario con mi trabajo periodístico, a fin de continuar desempolvando para su entretenimiento no sólo el ayer, sino también el anteayer y el ante anteayer como dijimos al principio.