Yucatán

Cottolengo conmemoró ayer 33 años de servicio al prójimo

Cuando escuchamos Cottolengo pensamos en el gran iniciador y animador de todo esto, el padre Ignacio Kemp, del que Dios Nuestro Señor se ha valido para ser el motivador de esta obra; y nos sentimos muy contentos de apoyarlo, bendecirlo y de orar por él y por todas estas personas que han encontrado este camino de rehabilitación tan noble y que está iluminado naturalmente por los principios de la Iglesia Católica, dijo ayer el Arzobispo Emérito de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, en el tradicional desayuno que la institución ofrece cada año a sus bienhechores.

El prelado añadió que “uno siempre piensa que si estas personas si no hubieran tomado esta decisión, quién sabe qué hubiera sido de la secuencia de sus vidas. Qué bonito que tomaron esta decisión y se han convertido en personas positivas, en personas que quieren superarse, que quieren atender su familia, sus deberes, sus compromisos y ser personas positivas para la sociedad”.

—De manera que la obra de Cottolengo la veo como esa clave, volver a las personas que podrían haber tenido “otro caminito”, y transformarlas en personas positivas, en personas que se están superando y que alientan, animan y ayudan a otros, precisamente, a lograr esa superación.

Un alcohólico que se rehabilita es salvar a una familia, porque cada persona tiene una influencia tremenda sobre una familia y naturalmente al recuperarse toda la familia se reintegra, se rehace, se reconstituye y eso es importantísimo; así que felicitación a los que han tomado la decisión de pertenecer, de venir y de colaborar con Cottolengo.

—Por otra parte, pedimos que Dios siga bendiciendo al padre Kemp, a las hermanas religiosas de la Caridad que hacen una labor tan hermosa y a todas las personas que contribuyen de una o de otra manera a la existencia y el dinamismo de esta hermosísima obra”, señaló.

Por su parte, el padre Ignacio Kemp dijo que Cottolengo cumple 33 años de vida en la entidad y es una buena experiencia de la cual “fuimos aprendiendo en el camino, porque no es posible que cuando uno empieza una obra, sobre todo tratándose del ser humano, que somos tan conflictivos y más de un enfermo alcohólico o drogadicto, que es tan conflictivo, solamente conviviendo con él uno se puede dar cuenta de la intensidad de esta enfermedad tan peligrosa, para el mismo y para los que viven con él2.

“En estos 33 años han pasado 8,750 personas (archivados) y aun cuando no todos se han recuperado porque nadie garantiza la total recuperación, el hecho de que Cottolengo permanezca abierto después de 33 años, quiere decir que su programa sí da resultados, es un beneficio para el enfermo, para la familia y un beneficio para la sociedad, porque tanto la enfermedad como la recuperación tiene un impulso social y político. Por lo tanto, lo que estamos haciendo en Cottolengo tiene que repercutir en lo social y en lo político”.

Como cada año, la institución además del desayuno, realizó un sorteo de artículos electrodomésticos y se presentaron varios grupos que interpretaron villancicos y canciones alusivas a la Navidad.

(Víctor Lara Martínez)