Pilar Faller Menéndez
El Papa Francisco ha pronunciado su preocupación por los avances del Nacional populismo, el cual es una filosofía política que se aprovecha de los derechos y el poder de las personas contra una elite privilegiada, ya que, como se sabe, las palabras han sido armas de la política y que al utilizar los medios oficiales, se convierten en factores para la conquista y conservación del poder.
Puede definirse como una forma de gobernar totalitaria y déspota que fue utilizada en la antigua Unión Soviética y en la antigua Yugoslavia, así como en los diversos movimientos integristas del mundo islámico? que fueron perturbadoras, así como el soporte de numerosas atribuciones fascistas.
También puede mencionarse que es una especie de las abominables purificaciones étnicas que nos recuerdan los campos nazis de exterminio del pueblo judío por considerarlos una raza impura, y que hoy en día se presentan de igual forma que nos obliga a ver este horrible integrismo étnico, que parece avanzar.
Es muy difícil borrar del todo el fantasma del fascismo nazi, ya que todavía existen los llamados “skin heads” que en español significa “cabezas rapadas”, que forman parte de una cultura urbana que surgió en el Reino Unido, pero que ha permeado su postura en los Estados Unidos también, que originalmente no surgió para mostrar el orgullo de pertenecer a la clase trabajadora, pero algunos grupos de esa cultura empezaron en la mitad de los años 80 a atacar a los inmigrantes y homosexuales, portando zwásticas y emulando los saludos nazis, tergiversando el significado del movimiento.
Este resurgimiento del fenómeno nacionalista ha creado una concepción biológica de lo que representa la herencia de una nación, lo que conduce a muchos actos xenofóbicos que han empezado a ganar terreno entre los nacionalistas radicales, que tienen como concepto, que la nación no es un destino que se escoge, o un patrimonio que se hereda, sino un hecho definitivo donde no existe la independencia ya que no pertenece al individuo, sino es el individuo que pertenece, sin opción alguna.
El Nacional populismo es en esencia una crítica al modelo de la democracia representativa, que impugna su forma de gobernar ya que se considera que el populismo comparte muchas ideas con el fascismo, en el cual existe una descalificación a comportamientos más democráticos, ya que se ha demostrado que no funcionan, pero han sido sustituidos por un presidente en el cual convergen todos los poderes y que gobierna por elección directa, lo cual es contrario a las virtudes de la democracia, sobre todo cuando no se busca un bien social sino acabar con los derechos individuales de una nación.
Este Nacionalismo popular que se ha ido expandiendo, y está causando fervor, es de suma preocupación para el Papa, ya que amenaza con generalizar una forma de autocracia consentida, ya que la alternativa democrática que brinda más esperanza es la democracia ciudadana, la cual debe ser preservada, para el bien común de los habitantes de un país.