Yucatán

'Crónica de una jícara rota” reivindica el valor de la lengua materna

Ayer se presentó en el Palacio de la Música la obra teatral “Crónica de una jícara rota” de Janil Uc Tun, y dirigida por Ivi May Dzib.

“Un poquito de lo que estamos hablando aquí es sobre la colonización pero desde una temporalidad actual, es decir, somos personajes alegóricos para llegar a la idea de que nos quitaron la lengua y que eso es una cuestión muy importante; nosotros como indígenas básicamente hablamos una lengua que no nos corresponde porque siempre nos hicieron creer que la lengua dominante era la más importante y la obra maneja mucho esto; el español coloniza, comete vejaciones a lo largo de la historia pero también pone una manera dominante de pensar y en muchos lugares donde la lengua está todavía presente, hay una gran colonización ideológica, es decir, la gente cree que la lengua materna es inferior y por lo mismo se avergüenza de ella; entonces, más o menos es lo queremos dar a entender en la obra, obviamente con personajes alegóricos”, explicó.

En la obra participan las actrices Laura Zubieta y Salomé Ricalde y el actor René Ávila.

—¿Se busca entonces que los jóvenes conozcan y asuman sus raíces?, preguntamos.

—“Sí, yo en lo particular no soy maya hablante; el autor de la obra sí es un maya hablante aunque no en su totalidad; su padre es un escritor en lengua maya; yo pertenezco a una generación en la que mis papás son mayas, mis abuelos y bisabuelos son mayas pero yo no hablo esa lengua, aunque a mí me hubiese encantado, pero no la hablo porque de alguna manera mis padres fueron educados en el sentido de que no nos dejaban hablarla; mis padres entienden maya pero no lo hablan; mi abuela habla maya y español y mi bisabuela sólo habla maya; entonces la lengua se fue degradando hasta el punto que en los jóvenes la cosa está todavía peor; un poco el sentido de la obra es eso, acercarnos a las nuevas generaciones para hablar de la pérdida de la lengua pero hablarla desde una metáfora, desde una anécdota que también le puede interesar”, respondió.

A través de la obra se manifiestan el sentimiento del hombre hacia la mujer, el sometimiento que sigue existiendo, agrega.

—“Independientemente que todos fuimos colonizados, hay que entender que siempre en las guerras las más afectadas fueron las mujeres y, en las culturas mayas no fue diferente; estamos hablando del machismo, estamos hablando del papel de la mujer que en muchos casos ha sido el de la sumisión y el sometimiento y también termina siendo una denuncia; nos parece que es muy importante hablar de eso, sobre todo en el momento en el que estamos viviendo, donde es muy visible cómo toda esta cultura machista ha llevado a pensar que la mujer siempre ha sido un objeto de abuso y lo vemos también en la obra, las violaciones; muchos indígenas somos producto de una violación; los mestizos, muchas veces fueron españoles que violaron a mujeres mayas; entonces, esto a lo largo de la historia ha estado; de repente creo que a veces pensamos que las generaciones olvidan de dónde provenimos pero casi todos somos de un país de guerra”, manifestó.

“No obstante, la idea de la obra no es ser didáctica sino de denuncia; nosotros estamos poniendo cómo se vivió la cultura desde la colonización y cómo se sigue viviendo ahora; aparentemente somos civilizados pero creo que seguimos colonizados y nosotros seguimos colonizando a otros desde el pensamiento, el sometimiento y la violencia hacia las mujeres que es desde la colonia, tampoco lo hemos erradicado.

“La idea de la obra es eso: el pasado es nuestro presente y la más grande probabilidad es que también sea nuestro futuro; creo que es la parte más cruenta a pesar de que las cosas han pasado desde miles de años”.

“Creo que hemos avanzado porque el hombre es una persona altamente creativa y así como usa su creatividad para hacer cosas muy interesantes también las utiliza para hacer cosas horrendas”, concluyó May Dzib.

(Texto y fotos José Luis Díaz Pérez)