———- Con la instalación de la nueva Legislatura estatal y el inicio de gestión de los 106 alcaldes, arranca en Yucatán una etapa plena de expectativas. La que ciertamente está marcada por una distribución político-gubernamental que derivó de resultados electorales claramente tendientes a buscar nuevas formas y representaciones poblacionales, cambiando de tajo el panorama estatal, y que por lo mismo ha generado importantes expectativas que deberán irse concretando con el paso de los días, porque finalmente eso es lo que espera la ciudadanía y lo que como deber tienen las nuevas autoridades.
Ya el viernes 31 quedó legalmente constituida la LXII Legislatura del Estado, cuya primera Mesa Directiva será presidida por el PRI, por el diputado Enrique Castillo Ruz, de acuerdo con la votación mayoritaria de los nuevos legisladores, los cuales representan, además del tricolor, a los partidos PAN, PRD, MORENA, PVEM, PANAL y Movimiento Ciudadano, exhibiendo así esa pluralidad inédita que se tiene ahora en el Congreso del Estado de acuerdo con la voluntad ciudadana manifestada en las urnas.
Del mismo modo, a partir del 1 de septiembre comenzaron a rendir protesta como nuevas autoridades los alcaldes electos de Yucatán, con casos sorpresivos como el retorno al Ayuntamiento de Mérida de auténticas fichitas como Renán Barrera Concha, pero también con resultados inesperados como los que se dieron en Progreso y en otros municipios importantes de Yucatán que, dada la diversidad de filiaciones, impone arduas gestiones y negociaciones para dar rumbo al quehacer institucional, lo que agrega ese toque de expectación que se percibe entre la población estatal en su conjunto….
A todo le llega su hora y, hoy en Yucatán, es el momento de iniciar las nuevas gestiones gubernamentales, con la esperanza de que sean para bien de todos.
———- El relevo en el Ayuntamiento de Mérida no exime a quien fue Director de Desarrollo Urbano, Aref Karam Espósitos, quien siempre despreció la ley. Y así lo confirman los sonados casos en los que el tipo ha sido pieza clave, como por ejemplo lo de la construcción de la plaza comercial Urban Center que incluso ha sido resuelta por el Tribunal Administrativo del Estado y avalada la sentencia por la Justicia Federal, pero que el citado Director de Desarrollo Urbano nunca acató y debido a ello se generó un desacato del Municipio que prevalece a pesar del relevo en la Comuna de Mérida.
Un breve recuento de los trotes indebidos de Aref Karam Espósitos como Director de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, confirma el claro desprecio por la ley que ha sido su característica en el desempeño de sus deberes y funciones, pues si bien lo de “Urban Center” acapara la atención en virtud de lo burdo del embuste y la ilegalidad que prevalece en torno a la obra, así como por la inconformidad de los vecinos afectados que llevaron el caso al Tribunal y lo ganaron, aunque la Comuna haya incumplido en acatar la resolución, también es protagonista de otros embrollos como por ejemplo el de no entregar sus refrendos a los peritos municipales que debió hacer meses atrás por orden del Tribunal.
Con base en todo lo anterior y más, mucho más, como los casos de los permisos irregulares para construir gasolineras por toda la ciudad de Mérida, es claro que Karam Espósitos convirtió en su feudo la citada Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento, ya que con base en diversos testimonios y evidencias, salta a la vista que en esa dependencia sólo obtenían permisos los recomendados o los que estaban dispuestos a dar algún “moche”, que incluye el haber desconocido a los empresarios que lo recomendaron para asumir el cargo, a quienes incluso les negó los trámites que requerían y a otros se los complicó al grado de evitar den curso a sus respectivos proyectos de desarrollo o construcción….
Los hechos son tercos y exhiben a las personas que obran mal, como ahora a Aref Karam Espósitos, quien en la Comuna se destacó por su desprecio a la ley.
———- La transferencia de la Japay al Ayuntamiento de Mérida, que pretende la administración municipal entrante, no será sencillo ni inmediato. Porque como lo señala el director de la citada Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (Japay), Manuel Carrillo Esquivel, para concretar este giro que pondría a la dependencia en manos del gobierno municipal de Mérida se requeriría de un proceso largo y tardado, con implicaciones diversas que se extienden a los aspectos laborales del personal, técnicos, administrativos y jurídicos, además de que al asumir ese nivel local dejará de participar en los municipios del interior del Estado donde existe personal adscrito a la Junta o que cotiza ante el Isstey.
Del mismo modo que, puntualizó, está el caso de 3 de las plantas potabilizadoras que cuenta la Japay que no se encuentran en territorio de Mérida, sino en Umán, Kanasín y en Tixpéhual.
Carrillo Esquivel confirmó que lo poco que sabe del asunto es lo que adelantó el alcalde electo de Mérida, Renán Barrera Concha, en el sentido de que buscará que la Japay pase al Ayuntamiento de Mérida, lo que en su opinión es una pretensión muy delicada que se tendría que analizar a profundidad por las próximas autoridades, así como que él es de la idea que se tendría que impulsar, primero, una Ley Estatal de Aguas y de ahí hacer los análisis correspondientes a fin de no errar ni tomar decisiones equivocadas que pongan en riesgo el servicio y la eficiencia de la dependencia actualmente estatal.
Por su parte, el ex director de la Japay, Roberto Pinzón Alvarez, quien cuenta con amplia experiencia en el tema, reiteró la problemático que sería transferir la dependencia al Municipio de Mérida, pues sería un proceso de no menos de tres años y posiblemente se tendría que liquidar a sus mil 600 trabajadores y realizar después nuevas contrataciones, lo que implicará grandes problemas financieros y jurídicos, ya que se cuenta con activos y personal en al menos otros diez municipios de la Entidad….
Cuidado con el apetito voraz del nuevo alcalde meridano, la experiencia indica que hay que ser muy cuidadosos con todo lo que pretende y propone.