Amenazante la anarquía y la privatización de bienes de la nación

Por Jorge Frías Castillo

Gacetilla observadora

Solamente echamos una mirada con reflejo obtuso, por ejemplo en toda la Riviera Maya y nos daremos cuenta del grado de privatización de terrenos de playa, selvas y ejidos que de una manera comercial y otras empresas monopólicas se han adueñado de muchos bienes que alguna vez fueron nacionales.

Un fenómeno que día con día arrebata el bien comunal de la esfera social, luego entonces como se podrá ajustar la impunidad. La corrupción, la privatización, ahora sí, como dicen por allá, canibalista, la apropiación de playones, selvas, bosques, terrenos, parques, sitios públicos y demás.

¿Cuál será la receta o tónica que el nuevo gobierno tendrá que formatear, rearticular, los derechos, las leyes, la Constitución, la legislación y la autoridad para hacerlo. La anarquía que los poderosos se pueden dar en comprar títulos, tierras, almas y hasta el espíritu.

Ahora Yucatán también empieza a padecer este fenómeno que se da en otros lugares del país. ¿Cuál será la reacción de las autoridades y de la misma sociedad si se empiezan a privatizar playas alrededor de la costa yucateca limítrofes sobre calles como muros, paredes, cercas, cerrazón de playones, ante un dizque documento compra-venta expedido por “alguien”?

Entonces, la anarquía dará camino a la tiranía y la “tiranía” dará de nuevo camino a caudillos y rebeldes y mártires.

Estamos en la línea frontal de iniciar nuevos gobiernos, donde se llevan las leyes y el derecho a la justicia y bienestar común. Los hechos últimos de un muro o pared sobre una vía que ya la han hecho pública en la parte este de Progreso, por la calle 25 en donde se han tomado una negociación ilegal y no procede ni el amparo ni la custodia ya que es una obstrucción a las vías generales de comunicación de acuerdo a la Secretaría de Transportes, y estatutos municipales y estatales.

¡No estamos! Nunca más en los tiempos de “hacendados” y monarcas que designen que venden o que titulan. Ojalá las autoridades actúen prontamente en este desperfecto que ya que el malestar portuense es considerable, no dejemos que la amenazante anarquía y privatización de bienes de la nación se apoderen de la libertad de suelo y de pensamiento.