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Yucatán

La fortaleza del roble

Por Cristóbal León Campos *

I

Un mensaje, una vida y los recuerdos; la triste noticia llega. Todo se agolpa de pronto y se revela en la dimensión justa de su ausencia. Convencido de su andar que surcó los desafíos de ir contracorriente y los retos del compromiso con los oprimidos, entregó su Ser al servicio de un ideal; de la esperanza. Maestro de profesión y comunista por convicción, acompañó los procesos de resistencia de México y en especial de Yucatán, ejemplo por su congruencia y compromiso, fue siempre fiel al poema de Bertolt Brecht: luchó toda su vida hasta convertirse en unos de los imprescindibles. Como preludio del amanecer que vendrá forjado por el pueblo, el camarada Roger Aguilar Salazar, nos deja esta madrugada para nunca más irse.

II

En las calles, en la tribuna, en el ejercicio de la crítica y en la defensa de sus convicciones, Roger fue siempre un honesto y humilde combatiente, terco como en la canción de Silvio, militó en el Partido Comunista Mexicano en los años convulsos de las décadas del sesenta y del setenta. Al derrumbarse el Campo Socialista, no renegó como muchos otros de su pasado, perpetuamente reconoció la importancia del marxismo para el porvenir de la patria. En la memoria están sus charlas informales sosteniendo una pancarta, una bandera o consigna, pues la mejor escuela es siempre la calle; la realidad. A cada paso una reflexión, a veces compartida, a veces no, lo cierto es que fue un hombre convencido de que un mejor futuro llegará para México cuando el pueblo extienda la organización y la conciencia, y así, consecuente con sus ideales democráticos, fue electo diputado federal por el III Distrito de Mérida en los pasados comicios como integrante del Movimiento de Regeneración (Morena). Nadie sabe qué tan profundas serán las transformaciones venideras (ni sabemos si en realidad se efectuarán), pero lo que sí sabemos, es que hombres como Roger estarán acompañando ese andar esperanzado, quizás ya no físicamente, pero sí con el ejemplo pujante de sus principios.

III

Se formó como maestro rural en la Escuela Normal de San Diego, Tekax, y posteriormente estudió la especialidad en matemáticas en la Escuela Superior de la capital. Impartió clases en escuelas primarias de Yaxkabá, Kantunil, Xocchel, Conkal y Tahmek. Defendió la educación pública como maestro y militante, se opuso al cierre de escuelas normales rurales, en 1969 cuando la Normal de San Diego fue agredida por las medidas del presidente Gustavo Díaz Ordaz, encabezó un movimiento social de protesta en Mérida y Tekax. Rechazó la mal llamada “reforma educativa” de Enrique Peña Nieto, como muchas otras agresiones a la educación a lo largo de su vida, sabía del valor de la enseñanza para sembrar las semillas de la crítica, la conciencia y la libertad. Su compromiso estaba con los obreros, campesinos y estudiantes, con las familias y las necesidades básicas de todo ser humano, caminó calles y recorrió casas en campaña y en rebeldía, fue un convencido de la palabra y su poder; le gustaba hablar. En la historia de los movimientos sociales de Yucatán su nombre está escrito. Compañero siempre, amante de Cuba y seguidor de Fidel, no hubo tormenta que lo detuviera, combatió hasta el aliento final.

IV

Esperanza, conciencia y vida; queda la memoria revelando el valor. A partir de ahora hablará el espíritu consecuente. El roble se deshoja pero su fuerte raíz seguirá alimentando un pronto reverdecer, los secretos de la vida anuncian que el esfuerzo puesto en cada lucha dará su fruto, sin cansancio anduvo con la política en la sangre y en la voz el eco de su pueblo, queda la dignidad como fuerza, queda el recuerdo vivo de la resistencia acompañada entre camaradas, compañeros y amigos.

¡Hasta siempre querido camarada Roger!

*Integrante del Colectivo Disyuntivas

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