Por Pilar Faller Menéndez “Dios mira las manos limpias, no las llenas”.
Publio Silvio
Entre los valores que dejan más huella en la vida de los hombres se encuentra la honradez, valor que muchos han olvidado o pensado que no repercute en su vida, sin pensar que permea por generaciones, y muchas veces es el referente que tienen sus descendientes sobre su procedencia, por lo que es necesario estar conscientes de que las herencias no son únicamente materiales, sino todo aquello que hemos sembrado con el ejemplo, y que generalmente se transmite de generación en generación.
La honradez, para quien no la practica, es la rectitud en la voluntad así como la integridad en las obras, aún si éstas nadie las ve, es algo que se lleva dentro y que es inherente al ser humano cuando éste lo reconoce como valor y lo practica, mostrándose como una persona recta y justa.
Desgraciadamente, en la actualidad muy pocas personas reconocen la valía de la honradez, ya que piensan que en las cosas pequeñas o cuando no hay gente presente ser honrado no es un mérito, y a los que pecan de no ser honrados, muchas veces los consideran como alguien osado que ha sabido valerse de su astucia para engañar o ser desleal en los negocios, es una persona astuta.
Bien dice el presidente de nuestro país que el ser honrado es preferible a vivir en la riqueza, y quien no lo entiende, ni la practica, deberá darse cuenta que estamos entrando en un período donde la corrupción no tiene cabida, y amar a nuestro país es ser honrados en lo poco y en lo mucho.
Una paradoja es que la gente que menos tiene es la más honrada, es la que ofrece todo sin pedir nada a cambio, es aquella que muchas veces ofrece una ayuda desinteresada y no tiene esa malicia que venimos arrastrando y que nos ha llevado a un deshonroso vigésimo noveno lugar entre los países más corruptos, en donde 100 es el menos corrupto, porque falsos son aquellos que dicen amar a su patria y continúan ejerciendo actos corruptos, porque sin honradez hay corrupción.
Será una dura tarea educar a quienes en plena edad adulta todavía no abrazan ese valor y se resisten a ella, pensando que es un derecho hacerse de recursos aprovechándose de las oportunidades que tienen a su alcance, sin considerar que ya no habrá tolerancia al respecto. Ese tipo de funcionarios debería ser exhibido para que sirva de ejemplo, porque ya no hay cabida para actos deshonrosos después de que tantos servidores públicos saquearon nuestro país, y me pregunto: ¿Qué pensarán sus hijos al respecto?