Lorenzo Salas González
Porque cree que su libertad está en manos del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, Vicente Fox Quesada está haciendo todo lo posible por provocar al tabasqueño, al cual desaforó en alianza con Carlos Salinas, cuando el tabasqueño era Jefe de Gobierno. Pero como dijo bien claro AMLO, él no es vengativo ni tiene porqué perseguir a nadie, sólo deja que las autoridades correspondientes hagan su trabajo y decidan lo pertinente.
Pues en el más reciente ataque al Presidente, Fox lo acusó de abusar del micrófono, de estar hablando todos los días y no se dedica a trabajar, además de que lo tildó de “Chachalaca”, apodo que el propio López Obrador le endilgó a Fox, porque, como hasta la fecha, habla sin ton ni son y es muy difícil entender lo que quiere decir. Recordemos que cuando Fox fue presidente tuvo que asignar a un hombre muy preparado de su gabinete para explicar por la noche, lo que su jefe había querido decir por la mañana y tarde.
Otra expresión que usó Fox como reto a López Obrador y sus demás detractores, fue: “Lo que digan de mí que me lo prueben o que se callen”.
Cuando Fox era diputado federal, después de salir de una junta que tuvo con gente del PAN, en el que militaba entonces, al dirigirse en su vehículo –un modesto Nissan—, por estar distraído conversando, atropelló a una anciana de 83 años que vendía periódicos en una esquina de León, Guanajuato. Para que lo salven del problema, llamó a sus correligionarios, quienes se hicieron cargo de entenderse con la policía, pero no de la anciana, quien falleció tirada en el piso mientras llegaba la ambulancia.
El expediente de Fox le fue entregado a Ernesto Zedillo, entoces presidente de México, quien se lo pasó a Francisco Labastida Ochoa, a quien le pidió que le diera un uso político. Pero no pasó nada. No hubo detenidos, no hubo indemnización, ni quien respondiera por los deudos de la viejita.
Cuando Fox fue candidato presidencial, un joven le recordó el suceso, el guanajuatense le dijo que no era cierto, que nunca sucedió algo semejante. La narración la puede leer en la columna de Raymundo Riva Palacio, actualmente conductor del programa de Televisa llamado “Estrictamente personal”.
Ahora, porque el ranchero metido a político y conductor de televisión sabe de qué lado masca la iguana, la PGR lo está investigando por un fraude por 683 millones de pesos cometido junto con Martha Sahagún y sus hijos, los cuales ya están amparados.
Y así hay varios casos más en donde están metidass sus sucias manos o ha protegido de la justicia a uno de los retoños de la Señora Martha, como el que iba a ser detenido en Estados Unidos por hacerle fraude a una empresa petrolera de ese país y lo demandó por varios millones de dólares. Los Fox-Sahagún llegaron a un arreglo con el demandante mediante el pago de 8 millones de dólares.
Y así hay varios casos más en la vida del “Chachalaco”, los cuales iremos publicando si el tiempo y la vida lo permiten. Pero los pillos, ladrones, asesinos, defraudadores y demás gente de esa ralea, no deben de quedar impunes. El México de la impunidad está desapareciendo gracias a los millones de connacionales que se decidieron por un cambio verdadero.