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¿Moderna Casta Divina?

Inmediatamente después de 1923, aquella frase “No abandonéis a mis indios” era bandera de coraje, reclamo, lucha y dignidad de los henequeneros; después, con el crimen de los hermanos Carrillo Puerto, provocado por integrantes de la “casta divina”, la frase y el nombre de Felipe Carrillo Puerto permanecieron únicamente como adornos en las ceremonias oficiales, porque en los hechos nuestros hermanos campesinos mayas viven abandonados y en la miseria gracias a una política agraria que beneficia a los empresarios, pero no a las familias rurales, pues nomás existen 900 mil yucatecos en la miseria y extrema miseria, según datos de la Facultad de Medicina del 2018.

Y no es que “no hay mal que por bien no venga”. No. Pero en estos últimos 40 años se despojó a los campesinos de apoyo crediticio por Banrural, se acabó la milpa y los precios de garantía, los seguros que protegían sus cosechas de siniestros, se destruyó la industria henequenera, etc., amén del Tratado de Libre Comercio (TLC), la reforma agraria de 1992, el Programa Procede... En fin, quedaron liquidados, indefensos y desprotegidos legal y socialmente hasta por sus centrales, como la CNC.

Entonces se abrió la puerta para que la moderna “casta divina”, asociada a empresarios nacionales y extranjeros, venga a rematar lo que queda, lo más preciado: La Madre Tierra. Claro, con el visto bueno de los gobiernos federales y locales. ¿Ignominia, crimen de lesa humanidad?

El caso es que hoy, los titulares de las instituciones campesinas, como el Tribunal Unitario Agrario (TUA), el Registro Agrario Nacional (RAN) y la Procuraduría Agraria (PA), entre las más sonadas en la Entidad, no tienen la menor encomienda de un Gobierno Federal emanado de 30 millones de mexicanos, de un Legislativo nacional mayoritario y de un Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, de limpiar el cochinero de arbitrariedades, corrupción y complicidades en que hasta el 1o. de diciembre del 2018 habían estado administrando.

La evidencia lo corrobora: los intereses de los compradores-prestanombres para poner fin al derecho de poseer la tierra que como pueblos originarios los campesinos mayas tienen, y trasladarlos a los modernos reyes de la tierra.

Termino: los indígenas mayas jamás hemos sido derrotados ni siquiera con 50 años de guerra de extermino y la rebeldía digna está presente. Ahí está todavía la segunda casa de Felipe Carrillo Puerto, la tierra y los hombres de Muxupip.

Entonces, a cumplir cada quien por el bien de la República.

Pedro Quijano Uc

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