Yucatán

'¿Si no trabajo hoy, cómo voy a comer mañana?”

Detrás de la apariencia de vendedora pobre de frutas de temporada que tiene doña Gabriela Puerto, se esconde una mujer guerrera de verdad que, siendo apenas una niña de 7 años, empezó a trabajar en el mercado Lucas de Gálvez para mantener a sus 8 hermanitos y que hoy, a sus 55 años, aunque le duela todo, se levanta muy temprano en su casa de Ucú y viene a Mérida para ocupar su lugar en una banqueta del Centro, y lo hace diariamente, incluso en días festivos como el de ayer.

–Oiga –le preguntamos al verla arrinconada en una esquina del Centro–, ¿cómo es que vino a trabajar hoy?

–Pues porque me estoy muriendo de hambre. ¿Si no trabajo hoy, cómo voy a comer mañana?

–¿No tiene usted una pensión?

–¿Y qué pensión vamos a tener? Nada.

–¿No tiene Seguro Social?

–Nada.

–¿No tiene Seguro Popular?

–Nada, el Seguro Popular hace 5 años que me lo quitaron, porque supuestamente no tenía yo mi credencial. Cuando yo la llevé me dijeron que no, que la trajeron acá, que no sé qué, y me lo quitaron, no me lo quisieron dar.

–Pero lo necesita cuando se enferma, ¿no?

–Si en el Seguro Popular sólo te matan. Te llevan al O´Horán y allá sólo te tiran como perro, porque ni siquiera te atienden. Allá se murió mi nieta hace 4 meses.

“Me jodí, mejor me quedo en mi casa a morir”

–¿Cómo va a ser, qué tenía?

–Pues la llevaron grave y allá se quedó 17 días, y dijeron que la iban a desconectar porque no tenía remedio. Era una bebé de 2 años, que supuestamente se deshidrató y, después, a la hora no le buscaron remedio y la desconectaron. Y vas a verla y no te dejan entrar, no te dejan entrar. Entonces para qué quiero el Seguro Popular si solamente me van a matar, me jodí, mejor me quedo en mi casa a morir.

–¿Cuánto tiempo tiene de vendedora?

–Hace 47 años que vivo de esto.

–¿Y cuánto gana al día?

–Cuando hay venta gano 100 ó 150 pesos. Cuando no, es menos.

–¿Dónde compra?

–En el mercado.

–Y revende aquí. ¿Cuánto tiempo tiene aquí?

–Yo vendí en la otra esquina (67 por 56) 22 años, y aquí (en la esquina de la 67 por 58) estoy sólo hoy, porque yo vendo a la vueltecita (en la 58 por 67), donde ya tengo 10 años.

–¿A qué edad empezó a vender?

–Yo entré al mercado a los 7 años, con mi abuelita.

–¿Ella tenía puesto?

–No, entramos a vender allá por donde era antiguamente el agua potable, sólo poníamos una cosita así en el piso (un plástico) y empezábamos a vender.

–¿De dónde viene?

–De Ucú, allá vivo, de allá vengo todos los días. Acá compro y dejo mi mercancía.

Derecho de piso

–¿Cuánto le cobran por derecho de piso?

–Sólo 5 pesos.

–Doña Gaby, ¿tiene esposo?

–No, sólo tengo hijos, 4 hijos, pero tengo uno que no puede caminar, se quedó en silla de ruedas.

–¿Hasta qué año estudió usted?

–No estudié, no podía ir a la escuela porque desde que tenía 7 años tenía que mantener 8 chiquitos.

–¿Cómo?, ¿por qué?

–Porque mi papá no trabajaba.

–¿Por qué?

–Porque era flojo.

–¿De veras usted hacía el trabajo?

–Sí. Yo tenía que venir a vender para que mantenga a mis hermanitos.

–¿Y su mamá?

–Mi mamá en la casa. Ahorita ya murió, pero ella nunca salió así a trabajar.

–Tenía que cuidar a los niños, ¿no?

–Sí, éramos 8. Por eso entré a los 7 años a vender.

–¿Trabajaba como ayudante de las venteras?

–No, ¿qué ayudante? Yo vendía, compraba y vendía.

–¿Y tiene ahorros?

–Ay, ¿qué ahorros? Si no tengo ni para comer, ¿cómo voy a tener ahorros?

–Bueno, es que en otros países cuando se trabaja tanto como lo hace usted se logra tener ahorros. ¿Y si se enferma qué hace?

–Pues me quedo en mi casa a dormir, ya le dije que en el O´Horán sólo se va a morir.

–¿Y no la curan?

–Qué van a curar.

–¿Pero compra su medicina cuando se enferma?

–No, si no tengo ni para mi medicina. Me quedo así, hasta que Dios quiere que me quede bien me quedo bien.

–¿Qué edad tiene?

–Yo, 55.

–Es una batalla la vida, ¿verdad? Y sus hijos, ¿qué edades tienen?

–Mis hijos ya se casaron, y ya buscaron qué hacer

–¿Y ella –su hija que vende a un lado– está soltera?

–Pues ella tenía dos niñas, pero una se le murió hace 4 meses.

–¿Es la que decía usted…?

–Es la que le digo: Vas al O´Horán, y el O´Horán es un matadero.

–¿Y ella, su hija, cómo se llama?

–Es Mimí Puerto, se apellida como yo, porque yo soy madre soltera.

Trabaja, aunque le duela todo

Doña Gaby Puerto dice también:

–Yo tengo que trabajar, porque yo tengo un montón de gastos. Tengo que comprar kleen bebé para mi hijo y tengo que mantenerlo. Hay veces que no puedo caminar, no puedo venir a vender, porque me duele todo, pero tengo que venir, porque tenemos que comer.

–¿Su hijo usa kleen bebé?

–Sí, porque esta acostado. Es inválido. ¿Sabe cuánto le dan por el presidente de mi pueblo? Le dan 100 pesos mensuales.

–Doña Gaby, ahora el nuevo Presidente de la República, Andrés Manuel, les va a dar a todas las personas que tengan discapacidad una pensión federal. ¿Lo sabe?

–Pues no lo sé.

(Roberto López Méndez)