Yucatán

Pilar Faller Menéndez

Depredación de nuestro ecosistema

Una denuncia más de la comunidad de Tabi, municipio de Sotuta, sobre la contaminación de los cenotes en la región, debido a la cercanía de una granja porcícola, que ya lleva operando 40 años, y cuyas aguas residuales ha ocasionado que las aguas del cenote principal y los de la zona, ya no pueda ser utilizada para el consumo humano. Con este suman tres casos similares, en el caso de Homún, se trató de un caso preventivo para los 300 cenotes del área, al advertir sobre los efectos de las granja porcícola que había empezado a funcionar pocas semanas antes del mes de octubre del año pasado.

A pesar de haberse firmado el decreto 117 en 2013, en el cual se establece la creación de un área natural que protege el Anillo de los Cenotes, en el caso de Homún no fue respetado, ya que en esa entidad se ubican más de 300 cenotes, los cuales lo sitúan en la reserva geohidrológica.

En nuestro estado se han establecido 150 granjas “tecnificadas” según los empresarios, ya que adquirieron “tecnología de punta” para no dañar el medio ambiente, y poder reutilizar esas aguas para su propio consumo, para el riego del zacate, así como otras plantas para el consumo del ganado porcino.

En la mayoría de la tierra yucateca hay cenotes, aunque no se conoce su número exacto, éste puede variar entre los 7,000 y 8,000 los cuales se encuentran interconectados, por lo que proteger unos y descuidar otros, contamina a todos. El que sean o no de atractivo turístico no está relacionado con la importancia que tienen en nuestro ecosistema. Deben ser protegidos y mantener una vigilancia de la calidad de sus aguas, para que otros cenotes no sean contaminados.

Valdría la pena, después de 6 años de que se firmó el decreto sobre la protección del Anillo de los Cenotes, para que se incluyan los miles que se encuentran desprotegidos, así como actualizar los requisitos para los permisos de la apertura de dichas granjas, o cualquier empresa cuyos residuos no contaminen el manto freático.

Es importante su atractivo turístico, pero más importante es mantener a las comunidades con el abastecimiento de un agua que no esté contaminada, que pueda tener un uso más provechoso como es el consumo humano, cuando todavía no existan ductos de agua potable que los abastezcan. Es necesario para quienes todavía no comprenden su importancia, de que su contaminación equivale a contaminar un río. El hecho de que no podamos apreciar visualmente su longitud y las conexiones, con los otros cenotes, no es motivo para no protegerlos.