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Videojuegos sí son adictivos, pero no afectan a todos por igual

Las redes sociales y los videojuegos implican un grave riesgo de adicción por el grado de estímulos y emociones que generan, pero hay que tener en cuenta que no a todos “engancha” ni hace daño por igual, porque también existe una predisposición a ser víctima y que tiene que ver con el contexto social y familiar, destacó ayer el Dr. Paulino Dzib Aguilar, profesor investigador de la Facultad de Psicología de la UADY.

Explicó que la adicción a las redes sociales y los videojuegos radica en que éstos generan una compulsión por los estímulos que generan, por lo que cada juego, diálogo, imagen, genera dopamina y se crea un placer estimulante y que hoy se ha convertido en una patología.

Sin embargo, dijo que, en el caso de los niños y adolescentes, así como las personas que son víctimas de las redes sociales, no a todos les afecta por igual porque hay una predisposición y no a todos les pasa caer en las garras de estas adicciones.

Dijo que, desde las primeras investigaciones que se realizaron sobre los videojuegos hace 30 años, se observaron tres factores: que generan problemas y adicción; que no afecta a todos por igual y que ayudan a sacar algún grado de violencia a través de estos juegos.

¿Catarsis?

Todo esto, dijo, se sigue ratificando porque los juegos sí son adictivos, pero no afectan a todos por igual, además de que en cierto grado sí sirven para sacar la violencia que hay en muchos pequeños y jóvenes y canalizarla a través de estos videojuegos.

“Tenemos en este caso que hay niños y jóvenes con más problemas y que tienen más predisposición, pero no son todos y es algo que hay que tener bien claro, y también ayudan a canalizar cierto grado de violencia”, insistió.

En el caso de las redes sociales, expuso que vienen a sustituir la interacción humana, pero no se trata de un diálogo como tal, porque no es un circuito con respuestas y en forma, sino que se trata de un circuito que siempre se corta.

Se le expuso al especialista el caso de Canadá, donde un grupo de padres demandó a la empresa creadora del juego Fornite por los estragos y niveles de adicción que genera en los jugadores, además de que acusan que especialistas psicólogos y neurocientíficos participan en la elaboración de este juego para hacerlo adictivo.

Dzib Aguilar dijo que todo esto es real y es una ciencia que se llama neuromarketing, que es la forma de dirigir estímulos a un objeto de control. No obstante, insistió en que no todos son víctimas, pues “engancha” a personas, niños y jóvenes, con características específicas.

El CIJ

“Engancha a aquellos niños altamente sugestionables, a los que tienen poca interacción social, a los que tienen un ambiente familiar poco amigable y adverso”, expuso.

Además, dijo que en México estamos muy mal en cuanto a tratar este tipo de adicciones, a pesar de la gravedad que implica, pues, por ejemplo en Yucatán, dijo que es un trastorno que trata el Centro de Integración Juvenil, cuando es una instancia creada para personas con problemas de alcoholismo o drogadicción.

“En el país no hay instituciones que atiendan estos problemas ni hay investigación dura, por lo que es necesario trabajar y hacer programas de atención y para identificar a los chavitos que son potenciales víctimas para poder ayudarlos”, señaló.

(David Rico)

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