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Yucatán

Alegre y Significativo Concierto Binacional

Ariel Avilés Marín

Ayer, la Escuela Superior de Artes de Yucatán firmó un importante convenio con el Liceu de Música de Mislata, de Valencia, España, y con la Asociación Civil EDUCARTE, mediante el cual los egresados de nuestra máxima casa de estudios en materia de artes, podrán continuar cursando estudios de especialización y postgrados en la escuela española. Como resultado de esta firma, jóvenes músicos yucatecos, integrantes de la Banda Sinfónica del Estado “Luis Luna Guarneros”, se unieron a elementos de la agrupación valenciana, y todos juntos, en un gran salón de la ESAY, ofrecieron por la noche un alegre concierto con obras españolas y mexicanas.

A las ocho de la noche numeroso público se dio cita en el hermoso edificio que fue la Estación Central de Ferrocarriles, y que hoy alberga a la ESAY, para escuchar a este grupo binacional y seguramente salieron muy complacidos, pues el programa fue variado, alegre y muy bien ejecutado. La batuta estuvo en manos de dos directores, en la primera parte fue el Mtro. Alejandro Galarza García el encargado de conducir al grupo y lo hizo con piezas escogidas de lo más selecto del repertorio de la música española; después, cede la batuta al titular, Todor Ivanov, quien tuvo a su cargo la parte mexicana del concierto.

El repertorio del programa estuvo marcado por la alegría que se desparrama por las dos orillas del Atlántico, y que se hace patente en los ritmos propios de cada nación, España y México se dieron un abrazo amistoso en el universal lenguaje de la música y contagiaron de alegría a la sala entera, que lo premió con fuertes y sonoras ovaciones. Antes de arrancar la primera interpretación, el director de Artes Musicales de la ESAY, Mtro. Elías Puc Sánchez, dio un mensaje a la concurrencia y subrayó la trascendencia del convenio firmado por la mañana.

Batuta en mano, Alejandro Alarza arranca con el grupo interpretando un paso doble, se trató, nada menos que de “España Cañí”, de Pascual Marquina Narro, la pieza de música con la cual se parte plaza en la catedral mundial del toreo, la Plaza de las Ventas de Madrid. Que inicia con alegre ritmo cortado y marcado que acentúan castañuelas y pandereta, clarinetes y flautas cantan el conocido tema de la pieza y los acompañan con fuerza los metales, cantan los clarinetes y Alberto Martínez, a quien hemos alabado siempre como buen flautista, nos da una grata sorpresa y ejecuta los solos con el pícolo; entran los saxes cálidamente con el segundo tema de la obra y en seguida entra con gran fuerza el tutti que nos lleva al brillante final. Fuerte y cerrada ovación. Seguimos en la onda taurina, y es ahora, el “Gato Montés” de Manuel Penella, que nos trae la noticia de un romance de amor en la arena de una plaza de toros. “Yo quiero ser torero, y torear para ti”. El tutti arranca con el conocido tema y la voz la lleva la trompeta; en la segunda parte, clarinetes y saxofones cantan cálidamente, un redoble de timbales nos marca la repetición del tema y el tutti nos lleva al alegre final. Nueva cerrada y fuerte ovación.

“Camino Real”, fantasía española del neoyorquino Alfred Reed, cierra la parte ibérica del programa y la conducción de Alarza. Se inicia con el fuerte canto de cornos y clarinetes que responden los metales y la fuerza va subiendo, la obra es de naturaleza grandilocuente y fuerte y muy marcada por los timbales; hay un dulce solo del oboe, que la joven ejecutante realiza con gran delicadeza, este pasaje tiene una gran entraña morisca, entra el tutti con delicadeza y los clarinetes cantan en la misma tesitura y dan paso a las flautas, la pandereta marca un cambio y se aborda un tema dulce, el redoble de los timbales pone fuerte emoción al pasaje, clarinetes y saxes se incorporan y en seguida las flautas y se ejecuta un sentido pasaje; la flauta ejecuta un sentido y delicado solo y los timbales marcan un cambio y sube la emotividad, las tubas cantan gravemente y los cornos con dulzura y dialogan con los clarinetes, las percusiones marcan rápido y suena el agudo canto del pícolo; entra el tutti brillante para desbordar en sonoro y alegre final. Estalla tremenda ovación con gritos de bravo.

Toma la batuta Todor Ivanov e inicia su parte con la conocidísima marcha “Lindas Mexicanas” de Velino M. Presa, una composición plena de espíritu porfiriano, que junto con la marcha “Zacatecas”, son emblemáticas de esa época. La pegajosa y conocida melodía de la obra la interpretan juntos clarinetes y flautas asentada sobre los bajos de las tubas, marcan el ritmo bombo y platillos; los saxofones entran con un cálido pasaje que se repite; hay un cambio de tema y éste es brillante y fuerte y retoman la voz clarinetes y flautas y entra el tutti con gran fuerza y nos lleva al alegre y sonoro final. Nueva ovación fuerte y cerrada y gritos de bravo. Sigue Ivanov con una obra de Arturo Márquez, y es la “Conga del Fuego Nuevo”, cadenciosa y cálida, con ritmo que invita al baile. La flauta inicia sola y se incorpora la trompeta y le responden las flautas y dialogan al compás de los platillos, marcan el ritmo las maracas y las baquetas que hacen sonar el aro de los parches de las tarolas, hay un solo de tuba, lleno y rico y las claves marcan el ritmo; canta la trompeta con sordina y se le unen los clarinetes y las flautas; entra el tutti con fuerza y con brillo y alegría nos lleva al final de la obra. Tremenda y sonora ovación y gritos de bravo premian al grupo.

Cierra programa otra obra de Arturo Márquez, y es precisamente el gustado y muy conocido Danzón No. 2, lo inician el clarinete concertino con las claves marcando el ritmo, entra el oboe con gran dulzura mientras el rascabuche lleva el compás, entra el tutti con fuerza y cadencia y va subiendo con alegría, Eduardo Martínez nos deleita con un delicado solo de pícolo; los timbales marcan y cantan brillantes los metales, las tubas ponen un grave y lleno acento, la música sube con fuerza y luego baja suavemente para abordar el gustado y conocido tema de la obra, sobre el cual se van haciendo variaciones, el clarinete concertino aborda un delicado solo que responde la flauta y dialogan, nuevamente los timbales marcan y se aborda el tema con fuerza, canta la trompeta y entra el tutti con gran alegría, el pícolo canta de nuevo y el tutti retoma el tema y nos lleva al brillante final. Tremenda ovación de pie y con gritos de bravo premian la actuación del grupo. Lamentablemente no hubo petición de ¡Más! Y nos quedamos con las ganas de un ancore; pero no es así, vamos saliendo, los jóvenes músicos recogen sus instrumentos para guardarlos, y de pronto, algo llama nuestra atención, detrás de la mampara, sale un dulce y delicado sonido, alguien está interpretando con un trombón la “Consagración de Thais” de Jules Massenet. Nos asomamos a ver y nos encontramos al trombonista español, quien es el que la está tocando. Esta obra la hemos escuchado siempre con violín, algunas, pocas veces, con violonchelo, pero nunca antes con trombón. Un delicado privilegio fue nuestro personal ancore.

Salimos de la ESAY con el grato sabor de España y México tomadas de la mano, como naciones hermanas, hermanadas por la música.

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