Yucatán

Más de 70 mil personas presenciaron el milagro del Sol en Fátima

–Estamos haciendo este triduo de reflexiones acerca del mensaje de la Virgen de Fátima con motivo de la sexta y última aparición que se celebra este día 13 de octubre de 1917, y que fue el milagro del Sol, la última aparición de la Santísima Virgen a los pastorcitos, donde se muestra el testimonio, el signo del Sol, en donde más de 70 mil personas atestiguaron este fenómeno natural del Sol que, como que se acercaba y se iba, y la gente pudo ver directamente al Sol, dijo ayer el padre Alejandro de Jesús Alvarez Gallegos, párroco de Nuestra Señora de Fátima y asesor diocesano del Apostolado Mundial de Fátima.

Al ser entrevistado sobre las diversas actividades programadas para celebrar las apariciones de la Virgen, el sacerdote añadió:

–Normalmente no se puede ver el Sol porque uno se queda ciego, pero la gente pudo verlo y lo atestiguan los periódicos de 1917, que ese fenómeno sucedió ante más de 70 mil personas.

El infierno

–Padre, ¿cuál es la importancia espiritual de Fátima?

–En Fátima, la Santísima Virgen se hace presente junto con San José y el Niño Jesús, tal como la imagen, para mostrar al mundo que el Inmaculado Corazón de María triunfará. Es decir, que ella lo que está pidiendo era oración, conversión, ayuno, penitencia para que el mundo se convierta y no perezca. Hay diferentes momentos en que la Santísima Virgen se hace presente a los niños. Hay una aparición en la que les muestra el infierno. El infierno como un lugar, como un estado donde, dice la Santísima Virgen, van los pobres pecadores que no se convierten a Dios, que no se dejan amar por Dios, que no reciben el amor de Dios, que no hacen el bien a los demás.

Entonces los niños quedan así asustados y, a partir de allá, empiezan a hacer penitencia, ayuno, oración, el rosario, por la conversión de los pecadores. Y ese es el mensaje de Fátima. La oración es tan actual hoy en el siglo XXI, en el 2019, porque la oración, el sacrificio, la penitencia, es lo que nos va a ayudar a saber y enfrentar muchos de los males, no sólo eso, porque también hay que actuar, hay que ponerse a actuar, pero tenemos que confiar en la oración, en el poder de Dios para esto –concluyó Alvarez Gallegos.

(Roberto López Méndez)