Debemos convertirnos en discípulos y servidores de Jesús

El Rector de la Catedral, Pbro. Justo David Ceballos Uc, exhortó a los jóvenes que recibieron ayer el sacramento de la confirmación a convertirse en discípulos y servidores de Jesús.

En representación del Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega, quien se encuentra en un recorrido pastoral, el Pbro. Ceballos Uc comentó que el evangelio de este domingo, que habló acerca de la sanación de unos 10 leprosos, contiene una invitación muy sencilla pero profunda para nuestra vida de fe, una vida que se requiere alimentar para que pueda dar fruto abundante.

Resaltó que el sacramento de la confirmación consiste en recibir en plenitud los dones del Espíritu Santo para acercarnos oportunamente a Jesús, unirnos a él y con él en nuestra vida ser anunciadores de la buena nueva.

“Una buena nueva que empieza con la toma de conciencia de quiénes somos y quién es Jesús para uno mismo. Para todos Jesús es el salvador, ¿Para mí quién es?, señaló.

Subrayó que Jesús es la misericordia del Padre que está pasando en medio de nosotros y 10 hermanos que padecían la lepra le piden que los cure.

—En esa súplica se encierran muchos valores de aquellos hombres, ellos aceptaban la ley que les prohibía estar entre personas sanas, a lo lejos suplicaban, observaban la ley, eran hombres buenos, conocedores de la ley, a pesar de ser marginados de la vida comunitaria por su enfermedad, pero ellos sabían quién era Jesús; el Maestro que quita el pecado y quien ha venido a sanar; en su súplica lo reconocen, saben porque lo han escuchado muchas veces; así nosotros debemos recuperar la vida, ser respetuosos de las leyes y vivir en comunidad, explicó.

—Jesús los sana y les pide que vayan a cumplir con la ley, que acudieran al templo a presentarse al sacerdote, para que fueran reingresados a la comunidad; aquellos 10 hombres fueron obedientes al Maestro y caminaron al templo y en ese caminar está incluida la capacidad de ellos y de nosotros hoy en día, la capacidad de la gratitud y vuelve a Jesús. De los 10 que sanaron nueve fueron a cumplir con la ley, solo uno de ellos regresó con Jesús para darle gracias, para alabarlo y adorarlo y ser su discípulo, aseguró el Pbro. Ceballos.

—En la vida diaria, no solo es cumplir con la ley, sino que hay que buscar el encuentro con Jesús, encuentro que transforma y cambia; dejar de ser un simple beneficiado para ser hombres y mujeres de fe, discípulos de Jesús como aquel hombre que fue sanado, para que la vida sea diferente y la diferencia está en que serán discipulos de Jesús para anunciar su mensaje y testigos de la grandeza de su misericordia.

A los confirmantes les dijo que el Señor les da la opción de ser simplemente unos beneficiados de su amor o querer vivir un encuentro personal con él para ser testigos de su amor; es una opción que deben elegir, opción que exige discernimiento y reconocimiento así como una ofrenda para que a través del quehacer diario el Señor se haga presente donde ustedes estén.

(José Manrique)