Yucatán

Pilar Faller Menéndez

El primer desfile se llevó a cabo en 1821 encabezado por Agustín de Iturbide

La Revolución Mexicana de 1910 fue un movimiento democrático, económico y social, pero ante todo fue un movimiento cultural que significó en nuestro país el descubrimiento de México por sí mismo. La celebración de esta fecha es considerada como el único evento de nuestra historia política que tiene una fecha y horas exactas que fueron plasmadas por Francisco I. Madero en el Plan de Ayala, en el cual convocó al pueblo a levantarse en armas el domingo 20 de noviembre de 1910 a las 18:00 horas.

En 1928 se llevó a cabo una carrera de relevos con el fin de celebrar el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, uno de los primeros festejos oficiales, que al año siguiente tuvo la participación del Ejército, al realizarse un desfile militar y deportivo que se llevó a cabo en el Campo Militar en Balbuena.

En 1930 el desfile se realizó en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, y fue en 1936 que este festejo se hizo oficial por decreto del Senado de la República. Fue hasta 1941 cuando por primera vez fue encabezado por un presidente, en este caso por Manuel Avila Camacho.

En la actualidad en el desfile que conmemora la Revolución Mexicana participan deportistas destacados así como la Marina Armada de México, las fuerzas armadas y policíacas, además de ser el día que en México se hace entrega del Premio Nacional del Deporte.

El origen de los desfiles militares en México tuvo su inicio el 27 de septiembre de 1821, cuando el ejército trigarante que encabezaba Agustín de Iturbide entró a la Ciudad de México, en señal de que la guerra de la Independencia había llegado a su fin. Enrique Plasencia, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, comentó que este episodio con el que se conmemoran las fiestas patrias es poco conocido por los mexicanos.

Muchas celebraciones han cambiado con el tiempo, y a través de los años han adquirido un nuevo significado, y comenta Plasencia que se pierde el sentido histórico con el que nació, ya que en la actualidad quienes asisten al Zócalo a ver el paso de las brigadas del Ejército han olvidado la incursión de las fuerzas insurgentes a la ciudad, y lo consideran más un espectáculo que brinda el Ejército con sus tanques y aviones.

Plasencia se lamenta que un episodio tan importante de nuestra historia como la culminación de la Independencia haya quedado en el olvido en la conmemoración de las fiestas patrias, y declara: “Primero hay que entender una cosa: la historia la escriben los vencedores, y en uno de los tantos enfrentamientos que se han dado en México, la de liberales contra conservadores, unos tomaron como estandarte a Miguel Hidalgo y los otros a Iturbide, y al triunfo de los primeros, nuestro imaginario nacional comenzó a tomar su forma actual”.

No hay que olvidar que una de las primeras reacciones de los liberales fue la de despreciar los símbolos que enarbolaban sus adversarios, empezando por Iturbide quien había sido proclamado emperador de México; fue de esta manera en la que Miguel Hidalgo se volvió el “Padre de la Patria” e Iturbide de héroe de la Independencia pasó a ser un villano.

Algunos pasajes de nuestra historia dan cuenta de que hubo ejércitos disgregados y fragmentados cuando triunfó la Revolución Mexicana, dividido en zapatistas, carrancistas y villistas, por lo cual se percibía a las fuerzas armadas como una institución que vivía pugnas internas muy marcadas.

Es por esta razón que era necesario mostrar unidad, por lo que para esto se llevó a cabo en 1930 un desfile militar, uno de los más grandes que jamás se haya visto, con el fin de demostrar que no existían rencillas en el interior de esta institución, por lo que a partir de esta década la marcha de las armas se convirtió en una costumbre anual que antes se realizaba de manera esporádica.

En la década de los 30 México contaba en sus fuerzas armadas con 50 mil hombres. Hoy en día cuenta con aproximadamente 250 mil militares, y a pesar de que han pasado 89 años, el sentido de este desfile ha permanecido. El desfile se ha convertido en un símbolo de la Revolución Mexicana, que difícilmente desaparecerá.