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Yucatán

Ariel Avilés Marín

Recordar a una persona como Luis Fernando Luna Guarneros, nunca puede ser con tristeza, su alma alegre no es compatible con eso, Luis Luna desparramaba alegría a su paso por la vida, vivió sembrando alegría que se reflejaba en la música que ejecutaban los músicos por él guiados, los alumnos por él formados, los grupos por él creados; su vida toda, fue una alegre melodía sonora. Todos cuantos tuvieron la oportunidad de tratar con él, se expresan en términos de alegría por su recuerdo; así que, conmemorar su partida física con un programa de concierto rebosante de alegría, fue lo más apropiado que podía hacerse, y así se hizo.

El 2 de noviembre de 2014, a las ocho de la noche, llegamos a casa del Mtro. Felipe Serrano, pues había ensayo de un festival de zarzuelas que estábamos preparando para presentar. Felipe necesitaba un barítono para interpretar un número en el recital. A los pocos minutos, llegó Luis Fernando Luna, llevando a un joven y excelente barítono, y al escucharlo, Felipe Serrano quedó encantado por su voz y, desde luego, lo incluyó en el programa. Pasaron unos minutos y el pianista acompañante avisó que no podía ir; de inmediato, Luis Fernando dijo: “No te preocupes maestro, yo acompaño el ensayo”, y diciendo y haciendo, se sentó al piano y el ensayo corrió maravillosamente. Luis Fernando rebozaba alegría por los números de zarzuela, y le externó a Serrano: “Felipe, en tu próximo festival, inclúyeme, me encanta cantar, y zarzuela, más; yo costeo mi vestuario”, creo que fue uno de los momentos en que más alegre lo vi en la vida. A eso de las once y media de la noche, nos despedimos, yo me fui para mi casa, y él se fue al encuentro con un injusto y fatal destino. La mano de la maldad humana, nos arrebataría unos minutos después, a este hombre maravilloso.

La noche del jueves 21, a las ocho de la noche, la Banda Sinfónica de Yucatán ofreció en el Teatro Peón Contreras, un lucido y alegre concierto como homenaje luctuoso a la memoria de su fundador y director, Luis Fernando Luna Guarneros. La tónica del concierto fue la alegría, cosa muy apropiada, dado el carácter del homenajeado. El grupo, que inicialmente estuvo integrado por una veintena de muchachos, ahora ya sobrepasa los cuarenta elementos, lo que le da una sonoridad excelente y un brillante desempeño. Tres directores tuvieron la conducción del programa, su titular, Todor Ivanov; el que fuera por un buen tiempo el director titular, Óscar Osorio; y un director invitado del vecino estado de Campeche, Enrique Canabal.

Con la mejor intención, señalaremos a la Sedeculta la necesidad de hacer unos mensajes grabados, de los de bienvenida y llamadas, apropiados y cordiales. Primero, nos recibían unos mensajes que parecían regaños a la concurrencia; se lo señalamos a un funcionario que dio oídas a la sugerencia y fueron retirados, pero resultó mala la sustitución, pues ahora parecen comerciales de Pisos MP, pues la voz va como carretilla desbocada, con una agitación y velocidad, que, después de oírlos, se siente uno sin aliento.

Abre programa una Pequeña Suite de Concierto, integrada por temas de Alfred Reed, compositor contemporáneo, autor del tema del filme Lawrence of Arabia. La batuta está a cargo de Óscar Osorio. El primer movimiento, Intrada, es solemne y brillante, luego toma una sueva dulzura y regresa a la solemnidad. El segundo, Siciliana, lo inicia suave la flauta sola dulce y sentido, y entran los oboes y las flautas, clarinetes y fagotes dialogan y el oboe interpreta un dulce solo y entra el tutti para llevarnos a un final sonoro. El tercero, Scherzo, el clarinete lleva la voz cantante y el tutti lo acompaña con gran alegría, se recorre alegre pasaje para llegar al final. El cuarto, Gigué, inicia con un alegre ritmo brillante, cantan las flautas y responden los oboes, entra el clarinete y los timbales marcan el ritmo suavemente, suenan los cornos con fuerza y entra alegre el tutti, sonoras escalas de la tuba nos llevan al final de la obra. Sonora ovación premia al grupo. De inmediato, se proyecta un emotivo e ilustrado documental sobre la vida y obra del Mtro. Luna Guarneros, y múltiples testimonios de sus alumnos, compañeros de trabajo y familiares..

En seguida viene el Concierto para Clarinete, de Artie Shaw, autor del inmortal Begin the Begine, con un arreglo de Ted Parson, arreglista a quien debemos éxitos como Triller o El Rey León. Toma la batuta el titular Todor Ivanov. El solista es el joven y talentoso clarinetista César Reyes, egresado de la Escuela de Música de la ESAY. La obra consta de tres movimientos que se ejecutan unidos como uno solo. Inicia el tutti con fuerza y el solista entra dulce y cálido, con aires de jazz, le responde el tutti y la obra toma aire de las grandes bandas; el solista juega con el ritmo y ejecuta escalas melódicas, mientras la batería marca el ritmo; cantan sonoros los saxes con sonido grave y entra el tutti para llevarnos al final del movimiento. El segundo movimiento, inicia el solista suave y dulce y eleva su voz aguda marcando el ritmo la batería, entra de nuevo el solista cantando alegre y cadencioso el tutti entra fuerte y alegre; el solista vuelve a cantar al ritmo de la batería y aborda rítmicas cadencias y juega en virtuosísticas escalas muy ágiles y ejecuta agudas notas con fuertes acentos del tutti que arranca en alegre ritmo de swing y el solista ejecuta una larga y clara nota que nos lleva al fin del movimiento. El tercer movimiento, lo inicia el solista cambiando el ritmo con una fuerte nota y el marcado ritmo de la batería; tutti y solista abordan delicado pasaje y luego el solista canta muy agudo y el tutti entra con gran alegría y nos lleva al final vibrante de la obra. Tremenda ovación premia a César Reyes y a la banda.

Todor toma el micrófono y hace reflexiones sobre Luna Guarneros. “Él vive, está en la música, está en la banda, está presente en todo”. Doña Rosita Guarneros, madre de Luis Fernando, está presente en el concierto, y el respetable le brinda larga y calurosa ovación.

Viene entonces la Segunda Suite para Banda Militar, del compositor alemán Gustav Holst, autor de la Suite Los Planetas. El grupo ejecuta los movimientos primero, segundo y cuarto bajo la batuta de Enrique Canabal. El primero, Marcha, es alegre y brillante, con un cadencioso pasaje, vuelve la alegría y canta el trombón, el tutti aborda un alegre ritmo y luego un suave pasaje; una fuerte escala del pícolo hace subir la fuerza, se escucha grave la tuba y canta la trompeta, el tutti entra con fuerza, flauta, clarinete y trompeta dialogan con fuerza y entra el trombón sonoro y luego el tutti y nos lleva a sonoro final. El segundo, “Son con palabras: Yo te amo mi amor”, tiene un suave inicio en el que cantan a dúo los oboes con gran dulzura, entran los clarinetes con suave ritmo y levanta la voz la flauta y entra el tutti con solemnidad para un largo delicado pasaje y canta la trompeta con dulce acento, responde el tutti y nos lleva al dulce final del movimiento. El cuarto, Fantasía en el “Dargason”, arranca el tutti a ritmo de alegre danza, el triángulo marca el ritmo sonoro y se van incorporando todas las secciones, la alegría se hace presente con ritmo bailable y el pasaje se repite y se retoma el tema inicial, vuelve a subir la fuerza y estalla la alegría para llegar a un brillante final. Tremenda y sonora ovación con gritos de bravo.

Cierra programa Caribean Concerto, de Kees Vlak, compositor holandés, contemporáneo, cuya obra más destacada es New York Overture, además de la que se ejecutará. La obra consta de tres movimientos: St. Estatius, Saba y St. Maarten. La batuta en manos del titular Todor Ivanov. El primer movimiento lo inicia el redoble rico del bongó y entran en seguida flautas y clarinete bajo y ponen ritmo pandereta, maracas y desde luego el bongó; canta la flauta y entra el tutti con gran alegría a ritmo de tico tico, sabroso y alegre, los oboes cantan con voz aguda y alegre un tema que da entrada a las voces de flautas y clarinetes y dialogan con este ritmo, se retoma el tema inicial y con gran alegría se llega al final del movimiento. El segundo movimiento, lo inician con cadencioso y cálido ritmo las maderas y las maracas y las claves marcan el ritmo; se aborda ritmo de danzón con un tema que se ejecuta dos veces con sabroso ritmo; se aborda otro tema con ritmo más acelerado y se retoma el de danzón para finalizar el movimiento. El tercer movimiento arranca con ritmo de rumba y el bongó, la tarola y las maracas marcan el compás alegre, suena cadencioso el tutti y va subiendo con fuerza, las trompetas entran alegres y el tutti repite el tema con gran alegría, las trompetas de nuevo levantan la voz y los bongós redoblan con fuerza y rico ritmo, entra el tutti con alegría y va subiendo la fuerza para desbordarse y llevarnos al final de la obra. Tremenda, sonora y larga ovación, con fuertes gritos de bravo premian a la banda.

Hay un ancore, es con gran alegría, pues se trata nada menos que de un sabroso mambo, El Cumbanchero, de Dámaso Pérez Prado. Con tremenda alegría, ritmo y gritos, concluye dignamente el sonoro homenaje a Luis Fernando Luna Guarneros.

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