Yucatán

Comisarías de Mérida conmemorarán a los difuntos, pero en el ochavario

En los camposantos de Dzununcán, X’Matkuil y otras comisarías de la ciudad de Mérida, disminuyó considerablemente el número de visitantes con motivo de la celebración de Todos los Santos.

Durante un recorrido los pobladores explicaron a los reporteros de POR ESTO! que, a diferencia de los habitantes de la ciudad de Mérida, en las comisarías la mayor parte de las personas no tienen la costumbre de llevar flores al panteón porque la celebración de los Fieles Difuntos se realiza ocho días después.

Mientras que en Mérida el Día de Muertos se conmemora los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, en las comisarías esa celebración se realiza el viernes y sábado posteriores a esas fechas, que es cuando se elaboran los pibes para colocar en los altares.

De acuerdo con datos recabados, los días 1 y 2 sólo se elaboran comida como el relleno negro, escabeche y otros alimentos, que más les gustaba a los ahora difuntos.

También se explicó que días antes del 1 y 2 de noviembre, en la mayor parte de los predios, sus habitantes se dedican a limpiar los patios y el interior de sus vivienda, se lavan las hamacas y hasta los trastes de la cocina, para que las almas de los Fieles Difuntos no tengan que hacer esa actividades, inclusive dejan la bateas limpias para que estos puedan lavar sus ropas; por eso hay la creencia de que esos días suele llover o lloviznar.

Mascotas encerradas

Por lo tanto, los días 1 y 2 de noviembre, especialmente el 2 de este mes, la gente del campo no trabaja ni acude a la milpa y sólo descansa para recibir a las ánimas con viandas que más les gustaban en esta vida; inclusive hay personas que encierran a sus perros y gatos para evitar que estos espanten a las ánimas

Jesús Tun May, su esposa Zoila García de la Cruz y la pequeña Marianela Tun García, que acudieron al cementerio de Dzununcán poco después del mediodía, manifestaron que llevaron flores y una veladora como una muestra de que no se han olvidado de sus familiares ya fallecidos, especialmente de sus sobrinos y uno de sus hijo que falleció a los nueve años de edad, pero que fue enterrado en Villahermosa, Tabasco.

También lo hacemos para enseñar a los hijos que a los nuestros no hay que olvidarlos y que hay que visitarlos y a no confundir esa tradición con el Halloween y otras fiestas no propias de los mexicanos, dijeron.

Señalaron que los pibes y los rezos los realizan el próximo fin de semana como cada año y cuando fallezcan desean que sus hijos o familiares los recuerden de esa manera: llevándole flores a su tumba y ofrendas en los altares, sin faltar el tradicional “pib”.

(Víctor Lara Martínez)