Yucatán

¿Qué tan bondadosos somos con nuestros seres queridos?

PROGRESO, Yucatán, 3 de noviembre.- En este domingo hay que pedirle al Señor que el mundo entero sea ante ti como un grano en la balanza, como gota de rocío mañanero sobre la tierra, sobre todo cuando estamos ante un Dios lleno de misericordia.

Reveló el Pbro. Aarón Esteban Sánchez Bobadilla, Vicario parroquial de la Purísima Concepción y San José en su homilía de este fin de semana.

Mencionó que te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan, amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste, pues si odiaras algo, no lo habrías creado.

Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras, o como se conservaría, si tú no lo hubieras llamado, pero Jesús es indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida.

Pues tu soplo incorruptible está en todas ellas, por eso corriges poco a poco a los que caen, los reprendes y les recuerdas su pecado, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.

Pero Jesús es clemente y misericordioso, sin cólera y rico en piedad, el Señor es bueno con todos, y cariñoso con todas sus criaturas.

El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones, siempre sostiene a los que se van a caer, endereza a los que ya se doblan.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses, oramos continuamente por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe.

De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.

Hoy el Evangelio según San Lucas, revela que aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad, en eso un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura.

Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí, Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo, “Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa”.

El se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento, al ver que todos murmuraban diciendo, ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: “Mira, Señor, la mitad de mis bienes se los doy a los pobres, y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más”, a lo que Jesús le responde: “Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán, porque el hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.

Ahora es el momento de reflexionar qué tan bondadosos somos con nuestros seres queridos, qué lugar le damos a los que nos aman en nuestra existencia diariamente.

(Julio Jiménez Mendoza)