Roldán Peniche Barrera
“Ahorrarse la sopa del perro”: hacer el ridículo
En los tiempos de los abuelos y demás gente mayor de otros siglos los yucatecos crearon un mundo de frases simpáticas y sumamente eficaces para indicar algún estado de ánimo, burlarse de algo, o simplemente criticar a algún amigo por hacer el ridículo en la planeación de un acontecimiento social, un baile, o sencillamente caer en la humillación más vulgar y ser sumamente censurado por los demás invitados a una fiesta.
Aquellos a los que le apretaba la cartera
Investigando, no hemos hallado tal expresión en nuestros diccionarios habituales, a partir del de la academia. Y es tan fácil de usarse inventar que “estamos fríos”, esto es, “brujas”, con tal de no contribuir a los gastos de un banquete, de un bailongo o no ofrecerse a pagar la cerveza.
Un ejemplo:
En el Moncho’s:
-¿Fuiste al santo del Tota, Elmerón?
-No. Niguas.
-Oye, pero es buen cuate…
-Me vale. Con conocerle a él me basta…
-Yo tampoco juí, pero nadie me ha informado cómo se puso…
-Pos dicen que fue “de traje” y que todos abandonaron la casa al tercer trago, antes de terminar el evento…
-Oye, pues no fue amplio en su menú…
-Ni maíz paloma: con decirte que se ahorró “hasta la sopa del perro”…
-¡Guau!