Ana María Ancona Teigell
“La ignorancia es tan grande
que los ladrones no
roban libros.”
Anónimo
Cuando salimos a la calle estamos expuestos a muchos peligros y para sentirnos más seguros hay que tomar precauciones. Las mujeres no han entendido que ya no se puede salir a la calle alhajadas, con una cartera llena de billetes, bolsas caras de marca, así como ropa. Hay muchos delincuentes que en el momento en que menos te lo esperas aprovechan la ocasión para arrebatarte el bolso o, si tu coche está alejado de los demás, se te acercarán con una pistola o una navaja para pedirte que te quites todo lo que llevas puesto y no te va a quedar más remedio que entregarlo o tu vida puede estar en riesgo.
Cuando les preguntas por qué salen así a la calle, te contestan que para eso tienen las joyas y los bolsos, para usarlos, que no ven nada de malo en hacerlo. Sin ponerse a pensar en el peligro al que se exponen, ya que se ponen en la mira de los ladrones.
Nuestra ciudad ha crecido mucho, la afluencia de coches en la calle es interminable, eso nos estresa o nos pone de mal humor si estamos en un semáforo por varios minutos y llegamos tarde a una reunión. Comenzamos a tocar el claxon, algunos bajan la ventanilla para insultar o maldecir a los que están delante de nosotros, sin que puedan hacer nada más que esperar a que el semáforo se vuelva a poner en verde para avanzar. Esto altera más a los automovilistas y un día nos podemos llevar un susto; como la amiga que por hacer estas cosas tuvo que pedir auxilio porque se bajó de su coche un hombre enfurecido y acercándosele le gritó: “¡Loca!, ¡estás loca!, ¿no ves que no puedo moverme?” Y golpeó su capirote.
Los motociclistas repartidores de comida son otro dolor de cabeza para los que manejamos, ya que se van metiendo entre los coches en zigzag y eso les ha costado la vida a muchos.
Los ciclistas que no tienen luces y salen en las noches a pasear, exponiéndose a ocasionar un accidente.
Los que están en el carril de continua no tienen la obligación de pasar, ya que esta señal de tránsito es opcional. Así que si no les da la gana de moverse, hay que tener paciencia y esperar a que la luz se ponga en verde.
El transporte urbano que no tiene un acotamiento adecuado para pararse y la mayoría de los choferes no esperan a que terminen de bajar o subir las personas y los atropellan o se caen en la calle.
Lo que nunca debemos perder de vista, ¡nunca!, es nuestra integridad física y pensar que cuando salimos a la calle hay que ser precavidos y prudentes, porque no sabemos cómo pueden reaccionar las personas que están delante, detrás o a los lados de nuestro coche. No logramos nada gritando, maldiciendo, insultando o pitando, y sí podemos perder mucho.
Tenemos que comenzar a tener una cultura de prevención como: no hacernos notar; vestirnos y comportarnos de acuerdo al lugar dónde vivimos; no mostrar en público joyas, dinero u objetos de valor que pueden atraer a posibles ladrones; tener diferentes rutinas todos los días por si alguien nos está observando; no tomar los mismos caminos para ir al trabajo, al gimnasio, etc.; que los primeros números de nuestro teléfono sean los de emergencias para poder encontrarlos rápido si corremos algún peligro; avisar siempre a un familiar si salimos, a dónde vamos, llamarlos cuando lleguemos a nuestro destino o cuando ya estemos en casa; no salir a hacer ejercicio solos, tratemos de estar siempre acompañados por otros amigos; no utilizar los celulares mientras se maneja; no consumir alcohol; no ponerse los auriculares para escuchar música si vamos caminando por la calle porque perdemos de vista nuestro entorno y lo que pasa a nuestro alrededor; manejar en la ciudad despacio, a veces las prisas hacen que no respetemos o no nos demos cuenta que tenemos adelante un paso peatonal y podemos atropellar a los que lo están cruzando, etc.
Los peligros los corremos todos, hombres, mujeres, niños, adolescentes, adultos mayores y también los perros callejeros. Hay que tomar conciencia de esto y al salir a la calle tenemos que tener nuestros cinco sentidos en alerta, cuidarnos y cuidar también de lo que hacemos para proteger a los demás. La responsabilidad es nuestra.