Yucatán

Continuemos preparándonos para recibir la Navidad

“Sigamos preparándonos para la Navidad mientras contemplamos a José y tratamos de aprender de él, sobre todo los varones, lo que significa la paternidad y lo que significa el amor de esposo, un gran ejemplo del señor San José para todas las generaciones”, pidió el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, en la misa de confirmaciones que ofició ayer en la Iglesia Catedral.

“José, hijo de David, no temas en recibir a María tu esposa en tu casa:

“Padre Justo, diácono Alberto, jóvenes que se confirman, religiosas, hermanos y hermanas, todos muy queridos en Cristo nuestro Señor, llegamos así al cuarto domingo del tiempo de adviento, durante el cual nos hemos preparado para celebrar cristianamente la Navidad.

“Estamos a 2 días de la Nochebuena, la primera lectura es un texto clásico de la Biblia donde se nos presenta con tanta anticipación el evangelio, un texto Mariano, sin hablar del nombre de María. Es el profeta Isaías que más o menos, unos 700 años antes de Cristo, escribe que se encuentra con el rey Acaz cara a cara y le dice: ‘Pide al señor tu Dios una señal’, y el rey le dice, ‘no la pediré, no tentare al señor mi Dios’. Puede parecer que él da una razón muy religiosa y es todo lo contrario, más bien no quiere consultar a Dios sobre cómo gobernar, sobre qué decisiones tomar, los hombres y mujeres –que encumbrados en el poder–, fácilmente pueden perder el piso, fácilmente pueden olvidarse de Dios.

“Si todos nuestros gobernantes tomaran en serio su fe, creyeran verdaderamente en Dios y lo tomaran en cuenta, las cosas en el mundo serían muy distintas.

Bueno, Acaz no quiso pedir una señal al Señor, pero Isaías le dice: ‘El señor te da esa señal aunque no la pidas’, he aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emmanuel (Dios con nosotros), virgen que concibe, virgen que da a luz.

Este texto, originalmente escrito en hebreo en aquellos años 700 antes de Cristo, la palabra hebrea significaba muchacha, joven, pero no significaba virgen necesariamente; sin embargo, aquella profecía se cumplió, nació el niño que vino a salvar a Israel de aquellos problemas que vivían, pasó el tiempo y el pueblo seguía leyendo este pasaje, tratando de entenderlo y siguió pasando el tiempo y unos 200 años antes de Cristo, toda la escritura se tradujo del hebreo al griego y al traducirlo al griego, la palabra que usaron ya no fue el del muchacha o joven sino el nombre de virgen, quiere decir que el pueblo de Israel fue madurando en su esperanza, así interpretó el pasaje y así esperaba que de una virgen, embarazada viniera un hijo, profecía de Isaías.

“San Mateo, que escribe su evangelio a un grupo de cristianos, que venían del judaísmo, trata de hacerles ver cómo las profecías del Antiguo Testamento se fueron cumpliendo puntualmente, por eso en el Evangelio de San Mateo escuchamos esas palabras, Esto sucedió en cumplimiento de las palabras de Isaías que dice: ‘He aquí que la virgen concebirá y dará a luz a un hijo a quien pondrán por nombre Emmanuel (Dios con nosotros), el hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre. Dice San Pablo, en la carta a los romanos, que el pasaje que escuchamos en la segunda lectura, que Jesús en cuanto a su condición humana es descendiente del linaje de David, el rey David, pero en cuanto su condición de espíritu poderoso, es hijo de Dios, viene del Espíritu Santo, el Señor pudo haber venido de muchas maneras a este mundo, pero quiso nacer como nosotros de una mujer, como dice la carta a los Gálatas, capítulo 4, versículo 4 y a la vez quiso que quedara bien claro su filiación divina, virgen que concibe por obra del Espíritu Santo y, al mismo tiempo, quiso tener un papá en la tierra –en la cultura israelita no era posible, no era bien visto de ninguna manera, no era aceptable que una mujer soltera tuviera su hijo, siempre un hombre era el que protegía de todo a todo a los hijos y era el que le daba el nombre—. José es llamado para dar nombre a su hijo, es llamado para proteger y cuidar a María y al niño, la costumbre judía era que había una ceremonia de desposorio, pero pasaban meses antes de que la pareja empezara a vivir juntos. Bueno, en ese lapso de tiempo cuando ya estaban desposados María y José, resultó que María estaba embarazada y al darse cuenta José de esto, dice el evangelio, decidió repudiarla en secreto, ¿Por qué?, porque él era un hombre justo.

Alguien que no entienda lo que es la justicia hubiera pensado otra cosa, porque la ley de Moisés mandaba a apedrear hasta la muerte a las mujeres adúlteras, esa era la justicia en la mente de algunos, y hoy en día, también hay mucha gente que cree que todo lo legal es lo justo, cuántas leyes mal hechas, cuántas leyes malinterpretadas, cuántos se amparan en las leyes para justificar lo que hacen, pero una cosa es la justicia y otra cosa es la ley, dice el evangelio que José siendo un hombre justo, decidió repudiarla en secreto. “Seguramente lo que pensaba era irse, marcharse, lo que en aquel tiempo no era tan fácil como hoy cambiar de ciudad, pero José iba a asumir la responsabilidad y a liberar a María de aquel posible castigo. Es una decisión que se toma no por cobardía sino por amor, el amor es el mejor criterio para tomar toda decisión, verdadero amor, no apasionamiento y José tomó esa decisión de amor de repudiar a María en secreto, pero, mientras dormía, en sueños, un ángel del señor se le apareció y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa en tu casa, porque lo concebido en ella, es obra del Espíritu Santo, dará a luz a un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a Israel de sus pecados”. Bueno, pero Isaías dice que le llamarán Emmanuel, ahora José le dicen que Jesús. Hay otros pasajes del antiguo testamento donde se hablan de otros nombres del Mesías, como consejero admirable, como Dios Poderoso, pero no se trata de la materialidad de los nombres sino del significado, Emmanuel significa Dios con nosotros, por su Encarnación, Jesús es Dios con nosotros, en cambio Jesús, significa Yahvé salva, es el Salvador, es el nombre que llevo y José despertando del sueño, él tomó a María y la recibió en su casa y sin que él la hubiera conocido, ella dio a luz a su hijo Jesús en cumplimiento de la profecía.

Vemos cómo este hombre creyente, verdadero creyente, porque fue en sueños que recibió esa clarificación, en la antigüedad otro José, uno de los hijos de Jacob que también tenía sueños en los que Dios se le revelaba, pero este hombre cree una cosa tan grande, algo quizá imposible para otro de creer, que ahí está el Mesías que ya llegó y que María lo lleva en su vientre, José creyó porque era un hombre justo, porque era un hombre de Dios, verdadero creyente.

¡Cómo no se le apareció el Ángel para que lo viera despierto!, miren, las cosas de la fe son así, nunca se imponen por la fuerza a nuestra inteligencia, las cosas de la fe siempre nos dejan en libertad de creer, de aceptar o de no aceptar, José con toda libertad creyó, porque esperaba y porque amaba, así es que José es un personaje importantísimo en el plan de salvación de Dios nuestro señor, fue indispensable, Dios quiso depender de un hombre así.

También San Pablo, en la segunda lectura nos dice al final que en su condición de Dios, por su resurrección, sabemos que es Dios, efectivamente fue hasta que resucitó Jesús de entre los muertos que todos entendieron y aceptaron que era hijo de Dios, María y José desde el principio recibieron a su hijo, como al hijo de Dios y así lo cuidaron, verdadero hombre igual a nosotros en todo, José lo educó como su verdadero hijo, eran los papás los hombres responsables de educar a sus hijos varones en la fe, de enseñarle la historia de Israel, de enseñarles a rezar con los salmos, eran los catequistas de sus hijos y José cumplió con esa misión, enseñó al hijo de Dios, que como hombre quiso defender de su papá y nunca se avergonzó de llamarse a sí mismo, el hijo del hombre, así se llamaba siempre.

Sigamos preparándonos a la Navidad mientras contemplamos a José y tratamos de aprender de él, sobre todos los varones, lo que significa la paternidad y lo que significa el amor de esposos, un gran ejemplo, el señor San José para todas las generaciones”, concluyó.

(Víctor Lara Martínez)