Yucatán

TIZIMIN, Yucatán, 22 de diciembre.- Por más de tres décadas, doña Delfina Ayala Díaz, conocida como “La Tigresa”, ha cumplido de manera puntual con la entrega de los tradicionales ramilletes y banderillas, que son elementos esenciales durante la feria de la ciudad, en honor a los Santos Patronos Gaspar, Melchor y Baltazar.

En una visita que realizó la reportera del POR ESTO! a su vivienda ubicada en la calle 37-A x 66 y 68 de la colonia Santa María, la Tigresa se encontraba trabajando en la fabricación de los tradicionales ramilletes y banderillas, que son encargos de los socios de los diputados de la Feria de Reyes.

En su pequeño taller ubicado en su domicilio también la apoyaban en este trabajo su esposo Eustaquio Salas y sus nietos Camila y William, ya que en familia sacan adelante estas artesanías para entregar en los próximos días para iniciar con la feria de la ciudad.

Doña Delfina platicó que desde muy joven le llamaba mucho la atención el aprender esta artesanía, siempre que acudía en las ferias y corridas veía los coloridos ramilletes.

“Fue ahí cuando me nació el gusto por aprender, un día le dije a mi papá William Ayala López (+) que quería aprender y el no dudó, me pagó los cursos para que pudiera aprender este trabajo que me ha servido para el sustento de su hogar; cuando mi esposo no tiene trabajo de pescador me ayuda y de este trabajo tenemos un poco para la comida”, aseguró.

“También agradezco al diputado Amelio Kantún (+), quien me apoyó aun más para aprender a elaborar los ramilletes, y que a cambio me pidió que lo ayudara, de ahí salimos adelante, cada vez que había un curso en la papelería estaba pendiente y le decía a mi papá que me apoyara económicamente, porque a pesar de que trabajaba no me alcanzaban los recursos para poder cubrir con los gastos de los cursos”, relató.

“Cuando lo aprendí dije que me dedicaría nada más a esto, y cada año tengo para mi fiesta y la de mis hijos, porque gracias al buen trabajo que hago me fueron conociendo en otros lugares y me encargaban constantemente ramilletes”, puntualizó.

Agregó que también le gustaron las banderillas, por lo que aprendió a hacerlas empíricamente; además, le enseñaron a cortar lo de las puyas para posteriormente luchar para obtener un motor, herramienta indispensable para esta actividad, pues la ayuda a cortarlas y sacarles filo. Es por ello que cuida demasiado sus herramientas de trabajo y le da gracias a Dios ya que en las fiestas patronales y para los gremios siempre se cuenta con su trabajo.

“Yo realmente reconozco el trabajo que hago y cómo tengo que realizarlo, sé que hay muchos que se dedican también a este oficio, pero como los que yo elaboro ninguno, porque no es lo mismo que traten de aprender adivinando cómo se hace a que se tome un curso que te guíe cómo se empieza, qué se hace y cómo queda al final.

“Ya llevo 35 años haciendo este trabajo, mis socios son los mismos, hay otros que vienen hacerme sus encargos, en este año hay mucha promesa de niños (que son ramilletes pequeños), y el precio va de acuerdo a la cantidad de piezas que necesiten”, remató.

Doña Delfina en este año realizará alrededor de 40 ramilletes multicolores, imprimiéndole la buena vibra, el color es de acuerdo a las santas imágenes. La gente pide de acuerdo a su gusto, en esta artesanía tiene su significado, los años que ya cumplieron su promesa, los colores, ya sea papel picado, crepé de cintas, flores o a gusto de los socios y su presupuesto.

Explicó que al año sacan más de 20 banderillas, pero ahora se llevan una mala imagen del diputado, más que nada, echándole la culpa de que ellos no ven que se les ponga a las banderillas, pero el problema es que los toreros que les cambian las puyas sin pensar que hay toros rentados, por eso a ellos deben vigilar por las autoridades.

“El diputado ya sabe cuáles son los toros de renta y cuáles son de muerte, pues a estos últimos se les colocan los gavilanes grandes y a los de renta no se les deben poner, simplemente es un clavo; entonces eso de las puyas lo cambian los matadores, no nosotros, yo no los pongo porque sé que no se debe de poner, si a mí me dice un socio que quiere que se le ponga, mi obligación es preguntar a qué número de toro se le va aponer, porque ya sabemos cuáles son los de renta y de muerte”, aseguró.

“Por eso muchas veces el socio se lleva mala imagen de acá porque no quiere poner sus banderillas; por eso ahora dicen que en vez de rehiletes mejor se llevan los ramilletes, pero realmente eso no se puede realizar año con año, porque si uno empezó con banderillas tiene que terminar con eso, o viceversa; y si comienzan con algún color al cumplir los tres años pueden cambiar con otro modelo”, culminó.

(Raquel Margarita Huerta)