Yucatán

En el puerto de Progreso no todo es pescado frito y ceviches que, aunque son tradicionales para quienes acuden a pasar un día de playa, hay a los que les gusta probar una buena torta de lechón o de cochinita pibil, de asado, unos salbutes de relleno negro o una torta de camarón empanizado.

En este escenario, el mercado municipal Francisco I. Madero de Progreso resulta imprescindible, sobre todo el área de comida, donde la gente puede acudir a degustar lo que sea de su antojo, desde el tradicional pescado frito, hasta unos tacos de camarón a la vinagreta, pasando por una torta de camarón empanizado y hasta llegar a una torta de cochinita o de lechón.

A decir de los vendedores, las ventas han estado buenas en los últimos días que ha llegado una gran cantidad de gente.

Lo interesante del mercado y su zona de comida es que da cabida y alimento no solo a visitantes, nacionales o extranjeros, sino que, en una buena parte, tal vez la mayoría, a los pobladores del mismo puerto que acuden a comer el platillo de su agrado, sobre todo los fines de semana.

El domingo de ayer no faltó la lata de cochinita y lechón para las tortas y los tacos, acompañados de su Coca Cola bien fría, así como otros alimentos, de tal forma que en algún punto se llenan todas las bancas y mesas habilitadas para que la gente coma sus alimentos.

Pero además de la tradicional cochinita pibil y demás derivados del cerdo, el pescado frito tiene un lugar especial, además de los tacos y tortas de mariscos, obligados siendo un puerto y en tierras donde el Octopus Maya es el rey.

No puede faltar en el este sentido el pulpo en su tinta, los camarones a la vinagreta, la cherna con mayonesa, el camarón empanizado y muchos otros, como también hay empanadas, ya sea de carne molida o de cazón incluso.

Mucha gente al llegar al puerto pasa al mercado por su lunch o ya cuando van de salida pasan a echarse un taco. También, en muchos casos, es un emisario el que es enviado por el grupo que se encuentra en la playa a comprar los sagrados alimentos, al cabo que el mercado está cerca.

Eso sí, al menos por ahora, para llegar al mercado hay que sortear las obras inconclusas –que ya parecen eternas– que se llevan a cabo en las calles aledañas por parte del Ayuntamiento de Progreso y, con ello, los cerros de graba y polvo que hay obstruyendo algunas de las entradas.

Pero a pesar de todo ello, la gente llega desde temprano a disfrutar de los alimentos, que los hay para todos los gustos y posibilidades.

(David Rico)