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Yucatán

Compartieron parte de su vida de sus 27 años de su ministerio

Concelebraron su misa de aniversario sacerdotal / Una gran fiesta vivió la grey católica al celebrar los veintisiete años de ordenación de los sacerdotes Roger Castilla Segura y César Antonio Segovia Hoil.

 

CUZAMA, Yucatán, 4 de diciembre.- La feligresía local y la de la iglesia de Corpus Christi, de la colonia Bojórquez, en la ciudad de Mérida, estuvieron presentes para festejar los veintisiete años de ordenación de los sacerdotes Roger Castilla Segura y César Antonio Segovia Hoil.

Para esta celebración, los presbíteros presidieron una misa, como parte del homenaje que estas comunidades les ofrecieron, la lectura del santo evangelio de San Lucas, fue leída por el cura invitado, y la homilía la compartió el sacerdote local.

Dijo al inicio de la homilía, que en “estos tiempos es difícil creer en el evangelio de Dios, porque hoy hemos escuchado que a la gente soberbia se le esconde, y solamente la gente sencilla es capaz de aceptar la palabra de Dios.

“¡Difícil decimos hoy!, porque decimos que todos tenemos la razón, y vemos hoy que si un papá llama la atención a un hijo, éste le dice ‘estás equivocado papá’, y ambos dicen tener la razón.

“Esto se ve en la familia, en el trabajo, en la escuela, en todos lados, y cada día nos hacemos más soberbios, nos alejamos de la palabra del Señor y decimos ‘eso no es para mí, es para otra persona, yo estoy bien. Yo no estoy mal’, y comenzamos a calificar a otras personas.

Por eso la lectura va recalcando que la palabra es para gente sencilla, que realmente quiere aprender, confrontrar su vida con la enseñanza del evangelio, y que ha puesto su vida en las manos de Dios, y la lleva a vivir con alegría y esperanza.

“Y es lo que en este tiempo de adviento vamos diciendo, ‘ven, señor, porque sólo en ti hemos puesto nuestra confianza, y la primera lectura lo va demostrando donde vive Dios con una vida de armonía en nuestra casa.

“ Y cuando sucede lo contrario, es que no se está viviendo esa armonía, ni la palabra del Señor, y cuando se está viviendo se tiene la confianza en Dios, hay esa armonía y paz.

“Para eso, el Señor va llamando a personas que sigan anunciando su palabra, que sigan dando testimonio y sigan alentando en la vida y la esperanza, a eso nos tiene llamado Dios a todos, pero de manera especial, nos ha conferido el ministerio, para poder anunciar su palabra y enseñarlo, que puedan creer en la palabra de Dios y que no se condiciona.

Y decir te doy esto y cree, es la misma palabra es la que va iluminado y trasformando el corazón, por eso la gente sencilla, es la que deja trasformar su corazón. A nosotros nos toca anunciar, santificar nuestra comunidad con los sacramentos, nos toca guiar y mostrar hacia dónde caminar con este plan diocesano, donde tenemos que ir juntos en este mismo andar.

“Que cIertamente cuesta y cuando somos más soberbios, nos damos cuenta que no queremos servir, no voy a servir y muchas veces pido y demando servicio a mi favor, pero no doy nada, me cuesta dar, y lo vemos cuando tenemos reuniones nos cuesta participar, y lo condicionamos que van a dar, y no es la reflexión lo que nos importa, que se dan en los centros pastorales”.

A la hora de la comunión, estos dos clérigos alimentaron al pueblo al dar el cuerpo de nuestro señor Jesús, a la comunidad presente.

Al terminar la misa, cada uno de los celebrantes compartió parte de su vida a lo largo de estos veintisiete años de ministerio.

Fue en 1979, un día como hoy, fuimos ordenados sacerdotes, comentaba el eclesiástico de la iglesia de Corpus Christi de Mérida, y los padres de ambos hicieron una bonita amistad.

(Texto y foto: Silverio Dzul Chan)

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