Un falso aviso de bomba en el vuelo 789 de Volaris, que cubre la ruta México-Mérida, provocó un retraso de casi cuatro horas.
El avión, que debía llegar a las 14:00 horas, lo hizo a las 5:48 horas, pues se activó el protocolo de seguridad, se suspendió el abordaje de la nave y se procedió al desalojo de los pasajeros.
Personal del Ejército y otras autoridades del sector aéreo se coordinaron para llevar a los usuarios a un sitio seguro, mientras se revisaba detenidamente el interior de la unidad, así como cada una de las maletas que se encontraban en la panza del aeroplano.
La compañía aérea informó que, después de una exhaustiva revisión, se determinó que no había ningún artefacto explosivo y se detuvo a la persona responsable del incidente, en tanto prosiguen las investigaciones.
“Todos los clientes ya han sido desabordados y se encuentran bien, la aeronave ha sido revisada y se determinó que resultó ser una falsa alarma. Las autoridades mantienen detenida a la persona responsable y están llevando a cabo las investigaciones correspondientes”, aseguró la empresa.
En Mérida, los pasajeros que esperaban abordar la nave recibieron vales para alimentos en el restaurante del aeropuerto y se protegió a los clientes que tenían alguna conexión, entre ellos los 23 integrantes de una familia jalisciense que planea quedarse un día en la capital del país, antes de retornar a la ciudad de Guadalajara.
“Broma muy fea”
Los afectados manifestaron que nadie les informó el motivo por el cual se atrasó el vuelo.
Por su parte, los pasajeros del vuelo 789 que se mezclaron con los del vuelo 754 siempre de Volaris y procedente de la Ciudad de México, que llegó a las 5:40 horas, así como con los del vuelo de Aeroméxico que llegó a las 17:50 horas, señalaron que fue una broma muy fea que sólo generó un atraso en las operaciones aéreas; otros manifestaron que no estaban enterados de lo sucedido y que simplemente les pidieron que desalojaran el avión y a bordo de un camión los llevaron a una sala de espera.
Otros se retiraron de la terminal apresuradamente y se negaron a opinar con el pretexto de que estaban muy cansados.
(Víctor Lara)