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Yucatán

José Iván Borges Castillo*

Uno de los pueblo antiguos del Sur de la entidad lleva por nombre Chacsinkín, ¿qué buen yucateco no ha mirado la singular belleza de las flores rojas del chacsinkín? Cuantos altares sagrados, osarios, y ¿por qué no? en días festivos han adornado la mesa de alegres comensales estas flores tan lindas que se dan en el Mayab. El nombre de esta comunidad parece referirse a los nombres de dos deidades principales Chaac y Kin, lluvia y Ssol, tiempo y espacio, en Yucatán donde las diferentes regiones son tan distintas, casi todos los días son soleados y con angustia se mira el cielo con la interrogante ¿lloverá hoy? Y el nombre de esta comunidad parece que hace referencia a la santa lluvia, como decimos por herencia de los campesinos, nuestros padres y abuelos.

Conocimos a Chacsinkín en abril del año pasado, nos pareció un pueblo con especial encanto e interés, la grata impresión de llegar en un día ordinario, un lunes de “entre semana”, pudimos presenciar algunos abuelos sentados en las bancas de la plaza principal y cierto movimiento de adolescentes estudiantes de secundaria.

El pueblo es de una traza hispánica sobre pueblo maya. Los pozos antiguos en los solares, la iglesia, las casonas coloniales revelan ante los ojos del visitante, como en un museo vivo la historia del lugar. Sin lugar a dudas Chacsinkín es un pueblo noble y de enorme historia aún por revelar.

El mismo nombre de la comunidad nos revela su origen maya: Chacsinkín, los estudiosos de su historia desde el siglo XIX han llegado a la conclusión que su nombre se debe a una planta de flores, en especial rojas, que quizá abundaron en el lugar cuando éste fue fundado. El canónigo Julián Troncoso y Manuel María Castellanos escriben sobre el nombre de este pueblo en 1855: “Estambre encarnado o flor de estambre encarnado; de chac encarnado, y sikil, estambre de flor.”

Cerca de seis décadas después, en 1910, en su libro de Etimologías mayas, Manuel Rejón García expone sobre el mimo tema: “Este es el nombre de una planta muy conocida y apreciada en el país y que como indica su primera sílaba, se refiere a la variedad de flores rojas”.

En la amplia geografía yucateca no es difícil encontrar el nombre de ciertos montes o terrenos con el nombre de Chacsinkín, lo mismo existen en Tekal de Venegas, nuestro pueblo, como en Sinanché y otros tantos pueblos seguramente.

¡Ojalá se llenara la plaza principal de ese pintoresco pueblo de estas flores, haciendo un homenaje a la vez a los orígenes de este lindo municipio yucateco!

Seguramente el origen de esta comunidad se remonta a la búsqueda constante de tierras fértiles de familias mayas. Quizá debido a esa búsqueda incesante de donde establecerse se formaron las primeras milpas con familias residentes y se abrieron los pozos para poseer agua. En la última década prehispánica, durante los cacicazgos perteneció a los Cochuah, y los límites del amplio reino se extendían hasta las costas del Caribe. Dado que ocurre el violento choque de la conquista española sobre el antiguo Mayab, el pueblo de Chacsinkín se convierte en un pueblo encomienda de españoles, dado a los veteranos soldados de la tropa conquistadora. En la cuestión religiosa llegaron los padres y misioneros franciscanos, ellos bautizaron a los nativos.

Ocurre la evangelización y la Iglesia Católica tiene presencia, era entonces la religión oficial de los reyes de Castilla y de León, los franciscanos en su amplia misión dirigieron la construcción de un templo como pueblo de visita, para en él poder catequizar e impartir los sacramentos. Le dieron entonces por especial Patrono a San Pedro Apóstol y a la Virgen Santísima, como era el verdadero espíritu franciscano. Actualmente se veneran en la fiesta tradicional de junio a San Pedro y a San Pablo apóstol, con regia vaquería y corrida de toros.

En el año de 1704, pese a que su población había diezmado se conservaba aún como encomienda, entonces bajo el poder de los criollos Lorenzo de Avila Carranza y doña Isabel de la Cerda.

Cuando llegó la guerra de castas este pueblo sufrió terriblemente los embates, la gran población se unió al ejército maya que luchaba a favor de los interesas más importantes en defensa de sus tierras. El hijo de un reconocido general del ejército yucateco, que fue cronista importante de aquel evento, don Serapio Baqueiro, refiere que al cruzar por este antiguo pueblo todo era “un desierto”, y vaya que no quedaba sino sólo ruinas de antiguas casas, y carbón que dejó el fuego de la guerra.

Aunque perdió por cerca por varias décadas la autonomía, siendo comisaría municipal de Tzucacab, el 17 de enero de 1918 es elevado a categoría de Municipio libre e independiente, luego entonces el año pasado cumplió su centenario como municipio soberano.

Actualmente posea varias rancherías con familias viviendo en ellas dedicadas al arduo trabajo como son Sisbic, Mul, Sabacchén, Xbox, Xcohil y Chimay.

Es un pueblo que siempre apuesta por avanzar y por su prosperidad. No dudamos siquiera que su actual alcalde Flavio Mukul Medina sea cabeza en este asunto, y también apueste por el bien de su pueblo y seguramente encamina su esfuerzo para lograr que brille su comunidad.

Debemos señalar algo de suma importancia, en la historia de Chacsinkín se registra que ocurrió en un momento de su historia, la auto colocación de un apellido a su nombre en maya, apellido que corresponde a Morelos. Esto lo hemos encontrado en nuestras investigaciones históricas en el Archivo General del Estado, al dar con el acta original de tan feliz decreto. En el año de 1878, la legislatura del estado decretó que los Ayuntamientos y Juntas municipales unieran su nombre al de un célebre héroe nacional o del estado, haciendo que éstos sirvieran de lustre o divisa. La Junta Municipal de Chacsinkín, obedeciendo al decreto, acordó en sesión extraordinaria celebrada en ese mismo año, tomar el apellido de Morelos en honra del Padre José María Morelos y Pavón, insurgente audaz que continuó en un segundo momento la lucha por la independencia nacional. Y dicha acta aún se conserva en el mencionado archivo y cuya información lo dimos a conocer en el libro El gran Libro de Yucatán el año pasado. Si bien el uso del nombre declinó en breve, solamente unas cuantas poblaciones yucatecas conservaron su apellido, como el caso específico de mi pueblo Tekal de Venegas, o de Dzilam Bravo o González.

Ahora que hemos aclarado, este importante asunto de la historia local, hacemos votos para que recupere este municipio su apellido y que desde ahora sea llamado como Chacsinkín de Morelos.

De algo estamos cierto, falta escribir la historia del pueblo de Chacsinkín.

Mi gratitud al periódico Por Esto! cuya divisa de Dignidad, Identidad y Soberanía nos permite compartir estas cortas líneas.

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