Yucatán

Roldán Peniche Barrera

“Zopilotear” (nos dice un amigo poeta) viene de “zopilote”, ave de rapiña que abunda en Yucatán. Los zopilotes siempre andan buscando restos de comida o los despojos de un animal o una persona muertos para quedarse con todo.

Güémez Pineda dice simplemente: “asediar”.

Rodríguez Cimé es más explícito:

Zopilotear (Palomillas); Acabar de forma simultánea y apresurada, con algún alimento, por parte de un grupo de personas.

Ramos y Duarte (1898), expresa:

Zopilotear (Méj.), inf. Hurtar, estafar.

Veamos un ejemplo:

-¡Ay, Yorch! Que falleció el tío de Mírtilo en pleno carnaval.

-¡Mare, jefe! ¿Cuál de ellos?

-Don Mirticleto, el ricachón…

-Sí lo conocí: era muy agarrado y presumía de no darle caridad a los mendigos callejeros.

-Nunca fue mi amigo, pues no quería pagar su café, de modo que imagínate cuánta plata dejó el desgraciao…

-Tengo que darle el pésame al Mírtilo. ¿Ud. no?

-Sí, Yorch, pero no hoy. Está muy llena su mansión.

-¿Llena? ¿Tenía muchos cuates?

-¡No hombe! Son sus hermanos, sobrinos, hijos y nietos rodeando su lujosa cama de baldaquines… ¡Lo están zopiloteando!

-¡Ay, ojalá que me toque algo!

El Balam

Prof. José M. Centurión

y G.

BALAM.- Significa jaguar en lengua maya. La palabra se aplica también en la mitología maya a unos genios o seres deleteros (el Uay Balam) protectores de los campos y las cosechas. Se les rendía culto antes de empezar la siembra y por tanto algunos los consideraban como deidad, aunque no aparecen en el panteón maya.

También se les llama NUKUCH (NOHOCH)-UINIK que significa hombre grande y el de YUMIL-KOL se les aplica cuando protegen las milpas.

Creencia popular

En la cultura maya, particularmente la yucateca, los Balames son más en la actualidad, espíritus mayas encargados de proteger los poblados, a las milpas y a los hombres. De acuerdo a la tradición popular, hay cuatro de ellos para cada sitio, cada uno de los cuales se ubica en uno de los puntos cardinales para llevar al cabo sus funciones de protección.

Suelen aparecer por las noches, aunque algunas veces llegan a manifestarse en el día. Se supone que, si alguien tiene encuentro con uno de ellos, enfermará de espanto; este padecimiento es consecuencia de sufrir un gran susto y se manifiesta con vómitos, diarrea, problemas de sueño, desgano, etc.

En cuanto a su aspecto, se les describe como ancianos de barba muy larga, su cara horrible y difícilmente alguien podría resistir una mirada suya. Usan sombreros de palma y ala ancha, llevan sandalias de piel y visten túnica flotante. Son muy aficionados al tabaco, de hecho, se dice que las estrellas fugaces, en realidad son las colillas de los cigarros que arrojan los Balames.

Existen discrepancias respecto a su altura, ya que se les describe muy altos o muy pequeños. Su carácter es dual, es decir, hacen el bien, pero no dudan en castigar a los que han olvidado hacerles las ofrendas correspondientes.

Su clasificación

Los Balames se clasifican en dos tipos dependiendo de sus actividades, los encargados de proteger a los pueblos son llamados BALAM-CAHOB que significa BALAMES DE LOS PUEBLOS o CANAN-CAHOB (guardianes de los pueblos) y los responsables de cuidar las milpas son llamados BALAM-COL. Los Balames protegen los pueblos y las milpas no sólo de los humanos y animales dañinos, sino de espíritus capaces de hacer daño; cuando un solo Balam no puede vencer al enemigo en cuestión chifla pidiendo ayuda al resto de los Balames que, al escuchar el llamado, acuden prestos a auxiliarlo. Una de las armas que utilizan los Balames son los PILIZ-DZONCAB, que son una especie de proyectiles hechos de piedra obsidiana que arrojan utilizando los dedos. Estos artefactos son muy valorados por los curanderos ya que los usan para hacer sangrías.