Yucatán

Eliseo Martín Burgos

El día que Napoleón y Josefina se casaron, al finalizar el protocolo, le preguntó al alcalde:

-¿Listo?

-Sí, hemos terminado.

-Pues, ¡adiós!

Se retiró con Josefina a su hotelito y cuarenta y ocho horas después se despide de ella y parte a una campaña en Italia. Le escribe muchas cartas y se nota que Josefina le obsesiona: “Josefina mía; tormento, dicha, esperanza, alma de mi vida… Jamás mujer alguna fue amada con tanta devoción, con tanto fuego y ternura. Mil puñales desgarran mi corazón. No concibo cómo puedo vivir sin ti”.

Escribe esto mientras traza su plan de combate y da órdenes a sus capitanes sobre la estrategia a seguir.

Antología del Chascarrillo

Segunda Epoca