Yucatán

Cinco heridas que van directamente al alma

—Hay 5 heridas que van directamente al alma y son: el abandono, la traición, la injusticia, el desamor y el rechazo. Eso te priva de acumular gracia interior y hay personas que, cuando las sufren, tienden a quitarse la vida. A veces creemos que esas heridas están solamente en el corazón, pero van directito al alma, lo cual lleva a una amargura, una tristeza, un coraje interior que no se sabe ni por qué, pero es porque está herida el alma.

Juan Manuel Martínez Medina, predicador de la Diócesis de Fresno, California, Estados Unidos, aseveró ayer lo anterior al ser entrevistado en el salón de fiestas de la CTM, en el marco del Congreso Mariano “Con Jesús puedes mover montañas”.

-¿Qué se puede hacer cuando se está sufriendo por alguna de esas cinco heridas?

-En todo esto lo más importante es sanar. Se requiere una sanación interior bajo la unción, conocemos nosotros lo que es la unción del Espíritu, entrar en una oración profunda y tocar esos momentos de comunión con el Señor, y pedirle al Señor para que sane esas heridas que van derechito al alma. Por ejemplo, a un bebé que ha sido rechazado desde el vientre de su madre, no solamente la herida le queda en su corazón o en su mente grabada, sino que va derechito a su alma. Al alma que son las capacidades de razonar. Al alma que también compone mi sentir en mi interior, pero también mi alma que es parte de mis capacidades, encierra mis cualidades interiormente, es mi sentir, todo eso es lo que encierra el alma, lo que compone el alma. Y vemos que una herida en el corazón es algo que me hicieron, me dañaron y creemos que quedó allí, pero no, va más profundo porque somos seres espirituales.

Se vive con tristeza, no con alegría

-Predicador Juan Manuel, aquí en Yucatán hay mucha injusticia y mucha discriminación, ¿será que tengamos mucha gente herida en el alma?

-Así es. Todo eso es lo que va dañando interiormente a la persona. Si usted ve una persona que ha sido humillada, despreciada, camina y va a trabajar, pero no con alegría, con tristeza. Y desempeña su trabajo, pero ya no con amor, sino con cumplimiento, para seguir adelante, pero no con una visión más amplia que la lleve a vivir con alegría, por lo mismo que ha sido humillada o porque le han provocado injusticia.

-¿Cree usted entonces que no solamente es cuestión de autosanación, sino que como sociedad también tenemos que cambiar para no causar daño a los demás?

-Sí. Y es precisamente el encuentro personal con el Señor lo que nos lleva a cambiar interiormente, y eso redunda en lo individual y lo colectivo.

Hay que empezar por uno mismo

-¿Pero cómo puede la sociedad empezar a cambiar para que no se le haga daño a nadie?

-Si yo cambio, va a cambiar mi compañera o va a cambiar mi compañero. Y al cambiar yo van a empezar a cambiar mis hijos. Y al empezar a cambiar nuestros hijos empieza a cambiar la sociedad afuera. Entonces, el proceso de cambio debe comenzar por mí mismo. Como decimos: para llegar a 100, necesito empezar a contar por uno, por uno mismo. Si yo cambio, el mundo cambiará.

En el Congreso Mariano entrevistamos también a Miguel Rodríguez Villa, quien viene también de la Diócesis de Fresno, California.

-Mi ministerio más que nada es por medio de la alabanza. Son oraciones que le hacemos al Señor, pero cantadas. Es un don a través de la música, un don a través del canto, y es donde nosotros nos desempeñamos. También compartimos reflexiones o algunas enseñanzas, pero mi ministerio más fuerte es por medio de la alabanza.

Cantos al Señor

-¿Hace sus propias canciones?

-Sí, nos esforzamos por pedirle al Señor en oración y el Señor nos da el canto, nos da la letra, nos empieza a dar la música y empezamos a trabajar en eso, y tratamos de llevar el mensaje también por algo inédito, algo que sale de nosotros a través del don que Dios nos da.

Miguel Rodríguez ha grabado 6 discos y está preparando otro con temas totalmente inéditos. Él nació en un pueblo que se llama Aguililla, en Michoacán, y emigró a los Estados Unidos a los 20 años.

El Congreso Mariano “Con Jesús puedes mover montañas”, que continúa hoy, fue organizado por el Pbro. Miguel Medina Oramas para recaudar fondos a beneficio de la iglesia de Santa Luisa de Marillac.

(Roberto López Méndez)