—El libro “Maternidad, el derecho a elegir. Significados y experiencias de mujeres mexicanas que eligieron no ser madres” es una investigación que realicé con base en entrevistas a mujeres precisamente que decidieron no incluir la maternidad como parte de su proyecto de vida. Realmente se habla en el texto de cómo en México el paradigma mujer igual a madre todavía sigue siendo tan fuerte en los diferentes niveles socioeconómicos, en algunos más que en otros, pero todavía se da por hecho que todas las mujeres, en algún momento de su vida, unas más tarde y otras más temprano, se van a convertir en madres. A lo mejor algunas más jóvenes en el medio rural o en el nivel socioeconómico bajo, porque ya no tienen acceso a estudios. Y las mujeres que tienen acceso a educación, a recursos, a lo mejor van a postergar la maternidad, pero tarde que temprano van a decidir ser madres.
Dice Rocío Quintal López, investigadora del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la UADY, autora de esta obra que se presentará el domingo 17 de marzo, a las 5:45, en la Sala 1 del Gran Museo del Mundo Maya, en el marco de la FILEY, que comienza el sábado 16.
Los comentarios estarán a cargo de Rocío Cortés, directora de la Facultad de Antropología de la UADY; Candelaria May, activista de los derechos humanos, y Faride Peña, académica en la Facultad de Psicología de la UADY.
Tema tabú
-En Europa está más extendida esta tendencia, ¿no?
-Sí. En Europa está más extendida, aquí en México es un “boom” que comenzó en la generación de mujeres que nacieron en los años setenta y que, ahora, en las jóvenes cada vez es más común. Pero es un tema del que no se habla. O sea, la maternidad sigue siendo un tabú. En el sentido de que de todo lo que se aleja del modelo tradicional, en el que se espera que la mujer tenga hijos, no se habla, y más aún las mujeres son criticadas, se les tacha de egoístas, se les tacha de inmaduras, porque deciden no tener hijos.
-¿Por qué las ven así?
-Porque se piensa que realmente no han sentado cabeza, cuando como vamos a ver en el libro todas las entrevistadas son mujeres adultas, de 35 años para arriba, con estudios muchas de ellas de posgrado, con una estabilidad económica, con una estabilidad emocional, algunas con pareja, otras sin pareja, algunas casadas, otras divorciadas, y que simplemente llegan a ver que así como pudieron decidir qué carrera estudiar, con quién casarse, dónde vivir, también aprecian que el tener hijos o no tenerlos es algo sobre lo que pueden decidir.
Y hay otra parte en la que vemos que la maternidad es un tabú muy idealizado, porque siempre se exalta esta parte romántica de la maternidad. De que los bebés, qué bonitos, de que se convirtió en madre y es feliz. Pero no hablamos de los costos que en nuestra sociedad conlleva ser madre. ¿Por qué? Porque vivimos en una sociedad en la que a pesar de que hay avances en la igualdad de género, en el ámbito privado todavía son las mujeres quienes tienen que ser las encargadas de manera prioritaria del cuidado del hogar y de los hijos.
Madres como cenicientas
-Es verdad, el tiempo de las madres es para sus hijos.
-Tan es así, que de acuerdo a la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo las mujeres dedican 3 veces más del tiempo de su vida que los hombres a mantener y reproducir el espacio privado, que eso implica el cuidado de los hijos. Entonces sí, efectivamente, se nos han abierto posibilidades en el espacio público, pero siempre y cuando cumplamos primero y no descuidemos. Se nos exige como sociedad el espacio de la familia. Yo hablo de esto como que nos tratan todavía como cenicientas: puedes salir a trabajar, puedes ir al baile, siempre y cuando quede todo listo: la casa hecha, los niños listos con la tarea, la comida preparada para cuando regresen, que estés pendiente.
Entonces, realmente eso lleva a que en la realidad no compitamos en igualdad de condiciones en el mundo público. Porque mientras tengamos la carga del espacio privado, y mientras no se transforme el espacio privado, vamos a estar en una competencia inequitativa en la vida pública, porque nos exigen en un trabajo igual que al hombre, pero no nos descargan de las labores de ser madres.
-¿Y entonces hay una rebelión contra eso?
-Claro. Eso ha llevado a que mujeres para las que tiene en este momento prioridad un proyecto de vida profesional, por ejemplo, decidan postergar o no incluir la maternidad en su proyecto de vida, porque entonces sopesan, ponen en la balanza todos los costos que esto les va a implicar, las renuncias o el rol de conflictos que esto les va a implicar y, entonces, deciden no incluir la maternidad. Desafortunadamente, como te mencionaba, todavía hay muchos prejuicios. Siempre está el tema, por ejemplo, de lo que estas mujeres hablan en los testimonios: de que empieza a haber una presión familiar, de los amigos, de las parejas, de los medios, de la Iglesia, de los ginecólogos, que dicen: “Oye, pues tu reloj biológico ya se te va a pasar el tren, ¿no?”. O dicen: “¿Vas a tenerlos o no vas a tenerlos?”.
Nuevas identidades femeninas
-En realidad, lo que quiere reivindicar este libro, es el reconocimiento de que hoy en día en México existimos, yo incluida que soy una mujer, que además elegí no tener hijos, no ser madre, existimos mujeres con proyectos de vida diversos, y que realmente reconocemos nuestro derecho a configurar nuestros proyectos de vida en los términos personales que mejor nos convengan. Eso a su vez nos habla de la emergencia de nuevas identidades femeninas, que coexisten, claro, en algunos puntos con las ya existentes. Por ejemplo, puede haber algunas mujeres que conserven algunas cuestiones de los roles tradicionales, pero que en otras facetas, como en esto de la maternidad, se van alejando. Y en este libro, en esta parte de desmitificar la maternidad como esta institución que se ha idealizado, también hay otras autoras, una socióloga israelí, Orna Donat, que entrevistó a mujeres que tuvieron hijos, pero que se arrepintieron de haber sido madres. Y la sociedad se escandaliza y asusta cuando una mujer dice: “Pues yo me arrepiento de haber sido madre, hubiera preferido no tener los hijos que tengo”.
Entonces es una mujer desnaturalizada, que da miedo, porque ¿cómo?, si su naturaleza debiera ser instintivamente querer tener hijos, querer cuidarlos, querer vivir para ellos, pero la realidad es que tenemos que reconocer en nuestra sociedad estas nuevas formas de ser mujer.
-¿Cuántos testimonios tiene el libro?
-Son 13 testimonios de mujeres mexicanas que nos hablan de cuál es su idea de la maternidad. Son mujeres adultas, de 35 años o más, todas con escolaridad de licenciatura o posgrado, y el punto en común que tienen es que decidieron, por voluntad propia, no convertirse en madres. Entonces nos hablan de los costos, porque también convertirte en madre tiene costos en este momento en nuestro país, pero no serlo, también al día de hoy también conlleva costos, como discriminación, como rezago, y se ve cómo algunas veces prefieren dar oportunidades y créditos a las que tienen hijos y no a las que no los tienen.
El punto es poder elegir
Algo interesante es que en el libro las mujeres van poniendo en la balanza que, si bien para algunas mujeres se reconoce que la maternidad puede ser algo muy hermoso, para otras puede no serlo. O sea, el punto no es que las mujeres dejen de ser madres, el punto es que puedan elegirlo, que no sea algo impuesto en sus vidas. Porque, seguramente, hay mujeres que tuvieron esta posibilidad, que lo viven, que lo eligen, que las llena, que las hace sentir plenas, pero aquí el punto es cuando no es ese tu proyecto de vida, que tengas como mujer mexicana también la posibilidad de decir: Bueno, esto no es para mí. Porque también el no ser madre te permite mayor movilidad, viajar a veces, también alcanzar un estatus económico. También, por ejemplo, algunas mujeres hablan de que decidieron no ser madres porque no querían nada que las una y las ate a una pareja que ya no funciona. Porque muchas veces las mujeres se quedan en relaciones violentas o tóxicas pensando que es mejor que estén los hijos en pareja que sólo con su madre.
-¿Qué otros enfoques ofrece el libro?
-Las mujeres de mi libro hablan de la discriminación que viven, hablan de los motivos que tuvieron, algunas por ejemplo señalan que de alguna manera fueron ya madres porque tuvieron que crecer a sus hermanos, porque crecieron solas, porque piensan que no van a ser buenas madres. Porque también hay quien pone en la balanza el tema de lo medio ambiental y dicen: este mundo ya no está para traer más hijos. Y hay las que dicen: simplemente no me apetece, no se me antoja, los niños no son para mí. Sin mayor necesidad de tener que explicar.
-Doctora Rocío, no había visto que se toque este tema a nivel local…
-Hay poca literatura escrita, pero sabemos que existen estas mujeres cada vez más jóvenes que están viviendo esta situación, que están al día de hoy pensando que nada más no se les antoja convertirse en madres y, en este libro, pueden darse cuenta de que ya hay otras mujeres que lo eligieron, y podrán entender y comprender desde sus testimonios cómo lo viven.
Útil para el área de la salud mental
-Pero también es un libro que puede ser muy útil para personas que trabajan en el área de salud mental en el sentido de que a veces llegan personas, mujeres que todavía están conflictuadas respecto a la decisión de convertirse o no en madres y, si tú no tienes clara esta perspectiva de que la no maternidad es una posibilidad, pues a lo mejor la orillas indirectamente a que se ajuste a un modelo tradicional, hegemónico, y ese ajuste siempre va a ser con costos a la salud física y mental, porque si algo hay que destacar es que en el fondo, más allá de si tienes hijos o no los tienes, por lo que debemos seguir trabajando y luchando es la posibilidad de todas, absolutamente todas las mujeres, de confeccionar el proyecto de vida a su medida, concluyó la Dra. Rocío Quintal López.
(Roberto López Méndez)