Yucatán

Cuando niño y a mis padres yo tenía,

buen ejemplo pugnaban inculcarme,

y cuando a veces la rebeldía me salía,

con palabras suaves sabían orientarme.

Más un día fatal perdí a mi padre,

y mi refugio fueron malas compañías.

Mi vida se volvió todo un desastre,

empecé a realizar muchas tonterías.

Insulté, golpeé y probé todos los vicios,

y por delitos, en cárceles caí.

Mas supe aprender varios oficios,

y nunca jamás, en ellos yo volví.

Formé una familia muy unida,

enseñándoles andar por buen camino,

valorando las riquezas de la vida,

y poniendo siempre a Dios como testigo.

Luché cada día contra mis vicios,

agradeciendo otra nueva oportunidad,

Y cuando vi alguien, derrotado allá en los quicios,

lo levanté y le enseñé a luchar con sobriedad.

He triunfado, y me siento satisfecho

lo logrado, ha sido sin daño y humillación.

Aplique un valor, que bien me ha hecho,

el respeto, cuna de la educación.