Yucatán

Hay que rasgar nuestro corazón y no nuestras vestiduras

El Obispo Auxiliar Pedro Mena Díaz dijo ayer en entrevista con POR ESTO! que la Cuaresma es uno de los tiempos fuertes de la Iglesia y que, a través de su Palabra, el Señor nos está invitando a que rasguemos nuestro corazón y no nuestras vestiduras. Como dice un texto del profeta: Que Él, el Señor, quiere que rasguemos nuestro corazón. Ahí es donde tiene que estar la reflexión y la mejor preparación para lo que vamos a vivir en Semana Santa, en el corazón, y no en los actos externos.

La Cuaresma sobre todo es un tiempo de preparación para la celebración de la esencia de nuestra fe que es la muerte y la resurrección de Cristo; por lo tanto es un tiempo para tomar en serio lo que Jesucristo hizo por nosotros. Porque a veces nos acostumbramos a las celebraciones, las vivimos por tradición, le dedicamos mucho tiempo a la preparación externa, pero a veces nuestro corazón es el que no se ha preparado.

Y por eso hay que escuchar la Palabra del Señor todos los días, si uno no va a misa, al menos la Palabra del Señor se puede encontrar por Internet incluso, o si tiene uno su misalito, hay que leerla. Entonces todo lo que vivimos como actos externos: el vía crucis, las pláticas cuaresmales, las distintas dinámicas, el visitar a los pobres, pero todo tiene que servir para que nuestro corazón esté dispuesto a celebrar la muerte y la resurrección de Cristo con una verdadera vida nueva que es lo que el Señor quiere que tengamos.

-Monseñor Pedro: ¿Qué era rasgarse las vestiduras?

-Esto lo vemos, por ejemplo, cuando el profeta Jonás va a predicar a Nínive, y les dice que en 40 días va a ser destruida Nínive porque su comportamiento no es correcto. Entonces vemos cómo el rey aprovecha esos 40 días y dice. Vamos a mostrarle a Dios que sí queremos nosotros vivir, que nos queremos convertir. Entonces vamos a hacer signos: vamos a ponernos un sayal, una vestidura difícil de portar. Que sea incómoda, que nos lastime. Como parte de nuestra penitencia, vamos a rasgar nuestras vestiduras. Es quitarse esa vestidura de pecado que se tiene ahí, es como un signo que yo quiero mostrar de que cambio mi vida. Entonces cambio mis vestiduras, rasgo mis vestiduras, para enseñarle que voy a cambiar. Pero a veces ese rasgarse las vestiduras se quedaba como un rito más, entonces decían:

-Ya rasgué mis vestiduras.

Y en ese caso Dios dice:

-Sí, pero tu corazón, ¿cómo anda?

Misa por los 35 años del albergue de la Pastoral del Amor

La entrevista se llevó a cabo en el marco de la eucaristía de acción de gracias por los 35 años del Albergue de la Pastoral del Amor, casa dedicada al Señor San José.

Como concelebrante estuvo el padre Antonio Escalante Pantoja, capellán de las Hermanas Concepcionistas y Vicario Episcopal de Pastoral.

El Obispo Auxiliar Mena Díaz dio las gracias por todo lo mucho que hace San José en su labor de intercesión ante Dios por el bien de todos los internos de ese lugar, y también dio las gracias al Señor por todo lo que le dan al albergue los bienhechores de esta obra de Pastoral del Amor. Asimismo dio las gracias a las hermanas que han atendido esta obra desde hace 35 años, y a las familias que van allá con sus hijos a recibir el amor de Dios.

También, al inicio de la misa, el prelado bendijo la remodelación de la capilla y señaló:

-Damos gracias a Dios porque son 35 años de que el Señor ha estado presente en este albergue de Pastoral del Amor, y damos gracias a San José por haber intercedido para poder seguir adelante.

Fundada por Denis Edward, de Maryknoll

Por su parte, la hermana Lucía Pineiro Pat, directora de Pastoral del Amor, señaló:

-Esta institución fue fundada hace 35 años, en abril del 83, por el padre Denis Edward O´Brien, sacerdote de la orden de Maryknoll. Luego, en 1996 llegan las Hermanas Concepcionistas al servicio de los Pobres (congregación de origen portugués) y se hacen cargo de la obra. Pero hay un patronato que nos ayuda, ya que solas no podemos.

El albergue está bajo el patrocinio de San José. Esta misa es una acción de gracias, y aprovechando también que vamos a bendecir nuestra capilla que tuvo una remodelación, con la presencia de monseñor Pedro Mena.

Los internos de aquí van desde los 15 hasta los 47 años. El requisito para que ingresen acá es que sean profundos, es decir, que tengan parálisis cerebral infantil, retraso mental, autismo o problemas de neurodesarrollo.

-Hermana, ¿cuál es su carisma?

-Nuestro carisma es dedicarnos a servir a los pobres haciendo sentir la presencia maternal de María junto a los pobres.

-¿Cuántos internos tienen aquí?

-Atendemos a 17 jóvenes especiales que eran abandonados, pero ya no están abandonados. También tenemos aquí la catequesis especial que ya está en diferentes parroquias que también son parte de ello, no solo el albergue, sino realmente se inicia como una catequesis especial.

-¿Qué requisitos deben cubrir los que entran aquí?

-El requisito para que entren es que sean menores de edad y que su estado sea de abandono. Es decir, que la familia no se quiera hacer cargo, y que no haya la ayuda, o en su caso que se le retire el menor a la familia por problemas intrafamiliares. Todo es a través de la Procuraduría del Menor y la Familia, la Prodemefa. El requisito es que vayan allá, se gestiona allá, y si ellos ven que puede estar acá, entonces los mandan.

(Roberto López Méndez)