Yucatán

Todos los días, cientos de vehículos invaden la explanada ubicada entre el parque de la Paz y la ex penitenciaría Juárez, zona que hasta hace poco era peatonal, pero que en lo que va de la presente administración se ha convertido en un “nuevo” estacionamiento a cielo abierto, en detrimento de los peatones.

En esta zona día a día transitan cientos de vehículos mientras otros tantos atiborran las calles por falta de estacionamientos, pues por allí se ubican instituciones educativas, hospitales, dependencias de gobierno y negocios que siguen en expansión; es obvio que las autoridades carecen de algún proyecto para resolver esta aguda problemática.

Al parecer las autoridades decidieron, sin saber bajo qué criterios, sacrificar un parque y una zona peatonal, para ceder este espacio a los autos, aunque las autoridades, tanto estatales como municipales hablan de planeación urbana y de dar preferencia a los peatones, así como a un entorno verde.

Agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) permiten el ingreso de los autos a la explanada y organizan su acomodo. En fechas recientes se registró el robo de una motocicleta de esta zona.

Quienes caminan por este espacio, que era peatonal hasta hace unos meses, tienen que sortear los autos, con el peligro que esto representa.

El colmo es que los pasos peatonales que están a ambos lados de la explanada son usados por los automovilistas para ingresar al “gran estacionamiento” que es hoy el parque de la Paz.

Allí aparcan sus vehículos los estudiantes de la Facultad de Odontología de la UADY, que se encuentra enfrente del parque, así como de los que trabajan en el Hospital Militar, que recién se remodeló, pero que carece de estacionamiento para la gente que acude al lugar.

En los alrededores de la ex penitenciaria y del parque de la Paz operan las Facultades de Medicina, Enfermería y de Odontología de la UADY, las cuales tienen pequeños estacionamientos sólo para los docentes, de manera que sus cientos de estudiantes se ven en la necesidad de buscar acomodo de sus vehículos en la calle.

También se encuentra en la zona el Instituto de Seguridad Jurídica y Patrimonial del Gobierno del Estado (INSEJUPY), que alberga servicios como el del Registro Público de la Propiedad y el Catastro estatal. Este sitio cuenta con un estacionamiento cerrado exclusivamente para los empleados y los usuarios.

Además, un gran número de personas acuden día a día a día a consultar al Centro Dermatológico estatal que está en el sitio, el Centro Anticanceroso de la Cruz Roja y el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), que tampoco cuentan con estacionamientos. Lo mismo para la gente que acude a los diferentes servicios que se prestan en oficinas que están dentro de la ex Penitenciaría.

A este sitio acuden constantemente adultos mayores a firmar supervivencia para su pensión, además de que recientemente se abrió en el lugar un nuevo Centro Cultural del ISSSTE. También, muchos de los que acuden al parque del Centenario buscan estacionamiento para sus autos en esta zona.

Irresponsabilidad

El crecimiento de la zona ha generado que la cantidad de autos se desborden y la solución “inteligente” que adoptaron las autoridades fue la de convertir un parque en estacionamiento. No se sabe si esta decisión en contra de toda lógica responsable de movilidad fue de la Secretaría de Seguridad Pública, vino directamente del Ejecutivo o si fue decisión del Ayuntamiento de Mérida, que es la instancia que tiene a su cargo el parque.

Lo cierto es que hoy la zona que era peatonal no lo es más y los peatones tienen que esquivar autos mientras que tampoco se puede hacer un uso cómodo del parque por la presencia de los automotores.

Los últimos intentos que se hicieron para convertir en peatonal la zona ocurrieron en el 2011 y 2012, en el periodo de la alcaldesa Angélica Araujo Lara. En el 2011 se retiró de esta zona el Tianguis del Automóvil que los fines de semana se ubicaba en los alrededores de la ex penitenciaría Juárez y del parque de la Paz, y se reubicó en la Central de Abastos, donde hoy se encuentra.

Lo anterior se llevó a cabo porque la Ley de Vialidad no permite la venta de autos en la vía pública y porque se propuso un proyecto de remodelación del parque de la Paz en el que se invirtieron 32 millones de pesos.

La remodelación se concluyó en el 2012 y uno de los aspectos que más llamó la atención es que se volvió peatonal la calle que cruzaba entre la ex Peni y el parque de la Paz, además de que se hicieron algunos cajones de estacionamiento y se colocó un camellón sobre la calle 61-A.

Hoy, esta explanada que se hizo peatonal hoy es el nuevo estacionamiento habilitado por la presente administración.

Batalla de siempre

Cabe destacar que los vecinos de la zona y la gente que hacía uso del parque siempre batallaron con los autos que decidían cruzar de un lado a otro de parque por esta zona peatonal, sin que se hiciera algo.

Incluso, molestaba que el que metía relajo era el velador de la SSP destacado en el edificio de la ex Penitenciaría, quien ya en la noche subía su auto a la explanada aunque hubiera niños, niñas, mujeres y demás personas haciendo uso del espacio.

Crecimiento desordenado

Lo anterior tiene que ver con un crecimiento desordenando de la zona, sin que exista un proyecto de ordenamiento eficiente. A esto hay que sumar además los puestos de comida que funcionan allí y que ocupan cada uno hasta tres cajones de estacionamiento, además de varias chatarrerías que generan que por la zona también se muevan camiones de carga pesada.

En este escenario, los únicos beneficiados son los “viene viene” que a todos los vehículos les encuentran acomodo, a cambio de unas cuantas monedas. Sin embargo, éstos también generan cierto caos, pues no sólo colocan autos donde les viene en gana, sino que apartan espacios con botes, palos, piedras y todo lo que se puedan, con la anuencia de los elementos de la SSP.

Autos vs. peatones

La directora del Laboratorio Urbano del Mayab de la Universidad Modelo, Silvana Forti Sosa, dijo que en las conclusiones del Primer Encuentro de Transporte y Movilidad Urbana que se llevó a cabo en días pasados, quedó claro que lo que se necesita es cambiar el paradigma, donde actualmente es el carro el centro de las decisiones a nivel de presupuesto y de planeación de la ciudad.

En este tenor, dijo que en todos los encuentros que se han llevado a cabo sobre esta temática, se ha mostrado cómo el espacio público se ha ido entregando al tránsito motorizado, en detrimento del peatón.

Esto lleva, comentó, a que son los peatones los que quedan expuestos porque todos los espacios se van entregando paulatinamente a los autos, lo que dijo se puede ver en los presupuestos que se asignan a infraestructura para los autos y para la gente, es una diferencia muy grande.

Pero lo más grave, comentó, es que no se trata sólo de un tema de autos y de movilidad, sino de un tema social porque cuando se va generando este fenómeno se crea también exclusión y desigualdad, porque en este caso se da prioridad a la gente que tiene autos y no a los que están a pie, que cada vez tienen menos lugar.

En casos como este, dijo, a la gente se le quita un parque, una banqueta o una calle, para darla al tránsito motorizado y entonces el peatón se la tiene que arreglar para esquivar autos, brincar obstáculos en las aceras y muchas otras cosas.

“Es lo que hablamos de las desigualdades en el espacio público, tienes zonas donde tienes condiciones para los autos, para el transporte, y otras donde no hay nada para los peatones”.

“Yo creo que el tema de las desigualdades territoriales y la accesibilidad asimétrica en el espacio público debe de estar considerado en las regulaciones o la planificación urbana”, señaló.

(David Rico)