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Yucatán

Heraldo de los pueblos indígenas

José Iván Borges Castillo*

28 años del POR ESTO! en Yucatán

Han pasado ya 28 años desde que vio la luz pública por primera vez el periódico de la Dignidad, Identidad y Soberanía, y desde entonces debe decirse que el panorama del periodismo en Yucatán tiene un antes y después. POR ESTO! ha marcado y señalado el camino en muchos aspectos de la sociedad latinoamericana. Quiero señalar uno de ellos: su compromiso social con las comunidades indígenas.

Los derechos de los indígenas son aquellos derechos colectivos que existen en reconocimiento a la condición específica de los pueblos autóctonos. Incluyen no sólo los derechos humanos más básicos de la vida e integridad, sino también aquellos derechos sobre su territorio, el idioma, cultura, religión y otros elementos que forman parte de su identidad como pueblo particular.

La lucha por el respeto a los pueblos indígenas se remonta a mucho tiempo atrás, desde las terribles conquistas de la América con los reclamos de Vasco de Quiroga, Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas, pasando por las independencias y creación de nuevas naciones que, muchas veces, pusieron en el olvido a los descendientes de los originarios pobladores que siempre fueron el peldaño más bajo de la odiosa escala social.

En esa noble, dura y tenaz lucha social por el reconocimiento de los pueblos indígenas tiene que tener lugar primordial el acceso a la comunicación y que entre ellos salgan comunicadores para formar una red que extienda en la diáspora la voz que clama desde los adentros de la comunidad, voz que casi siempre tiene los acentos de reclamo cuando ve su dignidad sobajada o cuando se mira en medio de fabulosos proyectos donde le arrebatan sus tierras y su agua.

Surge entonces el gran problema, existe una distinta visión en lo que respecta al desarrollo, una visión distinta de lo que es necesario y fundamental para una sociedad o para una comunidad. En el caso muy concreto de las comunidades indígenas existe una confrontación, en algunas, porque las comunidades son múltiples y diversas, en lo que respecta a la visión del mundo, para ellos el desarrollo no tiene que ver precisamente con la construcción de más carreteras, con la construcción de mega granjas y mega proyectos habitacionales, para ellos esa idea de desarrollo tan occidental es ajena en parte, no comparten la misma visión, para ellos simplemente es primero el bienestar, la armonía con su entorno, tener una comunión con la naturaleza y tener acceso al agua.

Yo creo que para que exista una posibilidad de generar un proyecto coincidente tiene que existir un diálogo, pero ese diálogo tiene que ser auténtico. No puede haber diálogo estando uno encima del otro, porque el otro impone una visión sobre el que está abajo, domina y tiene el poder, tiene que existir igualdad de derechos y pleno respeto de los mismos.

Proyectos que parecieran beneficiarnos a todos, dado a la idea capitalista que nos han impuesto, parecería que hay usuarios potenciales que se verían beneficiados por esas empresas, parecen derechos encontrados. ¡Pero qué caro se pagará esa falta de conciencia en los daños a la ecología y el medio ambiente! En Yucatán cada vez más nos ahogamos en calor por la inconciencia de talar grandes extensiones para veletas eólicas, con la ridícula justificación de generar energía “limpia”, “natural”. Toda una dinámica de transformación del entorno. Mérida es una plancha de concreto repleta de calor como consecuencia evidente.

Yucatán está atravesando serios y verdaderos problemas en las comunidades, solamente un periódico, nuestro diario POR ESTO!, lleva a sus páginas estas situaciones de pleitos agrarios, de contaminación de cenotes, de granjas que contaminan e infectan los montes cercanos a las diferentes comunidades. Por Esto! es el único medio, hay que decirlo claro, que exhibe la cruda realidad y que no tergiversa el reclamo de la comunidad y de asociaciones comprometidas, es el medio por el cual la comunidad autóctona tiene voz.

Se ha demostrado que, por ejemplo, una simple carretera o una granja y cochineros que atraviesa una comunidad les cambia totalmente a ésta su forma de mirar y concebir la vida y el entorno.

Larga es la lista de los males que afectan a la comunidad indígena, violencia contra la mujer, rezago educativo, falta de un buen control y estrategias de vigilancia a las autoridades locales y comisarios que fácilmente son corrompidos, el dogmatismo imperante de religiones, el robo de tierras por grandes terratenientes, que terminan desplazando a los pobladores a otras comunidades cercanas. Y así la lista resulta interminable.

POR ESTO! no se limita al área peninsular, trasciende las fronteras imaginarias de la patria chica y de la nación, exponiendo, denunciando, señalando los atropellos contra las comunidades originarias de la América Latina.

Hace falta canales para esas voces, para señalar y ayudar esas causas, que parecen perdidas, pero no lo son si se rema contracorriente. En esto el POR ESTO! es aliado eficaz y valiente.

POR ESTO! es el medio donde tienen cabida todas la voces, ha sido el aliado eficaz en estos últimos 28 años de arduo trabajo. En sus páginas, lo digo porque soy de una comunidad donde nací y vivo, los del interior del estado nos reflejamos, nos miramos, escuchamos el eco de nuestra voz, que el periódico toma por suyo y nos leemos cuando generosamente nos da cabida en sus páginas.

POR ESTO! desde siempre se ha sumado al esfuerzo por hacer valer los derechos de la comunidad.

“No se puede defender lo que no se ama”, esto lo digo porque creando conciencia que nos afiance en el amor a la “matria”, como diría el maestro Luis González y González al hablar del suelo donde uno ha nacido, se podrá defenderla y buscar su progreso por los caminos adecuados que respeten la cultura y el sentir nato. Es el llamado periodismo cultural el medio eficaz para continuar abonando en este asunto de acrecentar la identidad de los ciudadanos fomentando el amor a su pueblo, porque sólo se defiende lo que se ama y esta arraizado a la tierra, dando en sus páginas cabida a las voces de defensa, pero más aún, cubriendo reportajes enteros de las situación.

Desde hace 3 años, a través de una sección titulada Impresiones de viajero, que me permite publicar el POR ESTO! he ido abordando una breve reseña de los pueblos yucatecos, lo que veo y siento combinado con tintes históricos, quedando formulado en un trabajo editorial que se publica cada semana o quincenal; debo reconocer la grata satisfacción que me deja como escritor comunitario el ser leído, pero más aún por los comentarios en las redes por sus mismos habitantes, evidenciando que se logra el objetivo de abonar en el sentir de pertenecía a la comunidad, cuando ellos se identifican y expresan en sus comentarios o frases con contenido de especial predilección al suelo donde habitan.

El progreso de nuestros pueblos indígenas no es precisamente el de obras nuevas para fijar grandes capitales, sino darle a la comunidad lo justo y necesario para desarrollar su misma cultura.

Ya lo señalaba puntual el gran José Martí: “El periódico es una espada y su empuñadura la razón. Sólo deben esgrimirla los buenos, y no ha de ser para el exterminio de los hombres, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso”.

Solamente un periodismo auténtico y veraz, como el del Por Esto!, en verdad comprometido socialmente, puede ser un aliado en la causa justa de los derechos de las comunidades indígenas, como de Homún, Kinchil, Conkal, Tekal y tantas otras, solamente abordando la feliz bandera de Dignidad, Identidad y Soberanía podrá devolver al ciudadano esa misma condición de dignidad que lo reviste, la identidad en su historia local y la soberanía de la defensa de una patria cada vez más justa y equitativa.

Desde la Quinta familiar de San Pedro Tekal de Venegas, en esta feliz mañana de aniversario envío mi felicitación puntual al Por Esto! y su apreciado director don Mario R. Menéndez Rodríguez.

*Cronista y escritor comunitario de Yucatán

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