Con dos obras magistrales de la música del siglo XIX, la orquesta sinfónica de Yucatán presentará el octavo programa de su XXXI temporada.
Esas cumbres musicales son Muerte y transfiguración, de Richard Strauss (1864-1949), y la Tercera sinfonía de Beethoven (1770-1827).
Richard Strauss es compositor emblemático del poema sinfónico, de acuerdo a los conceptos de Héctor Berlioz y Franz List, que establecían una estrecha relación entre la poesía y la música, pero pugnando siempre por esta última.
La idea literaria de Strauss reside en la muerte y su significado, pero en esta obra la victoria del espíritu humano está por encima de la muerte inexorable.
El propio compositor escribió que “se me ocurrió la idea de representar en un poema sinfónico la muerte de una persona que había luchado por los más altos ideales, por lo tanto, muy posiblemente es un artista”.
Respecto a la Tercera sinfonía de Beethoven, todos sabemos que la compuso como una entusiasta evocación de Napoleón Bonaparte, pero al conocer que Napoleón se había hecho coronar emperador rompió la cubierta de la partitura en la que constaba el apellido Bonaparte y en su lugar escribió “sinfonía Heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre”.
Presidieron la Mesa el C.P. Miguel Escobedo, director general del Figarosy, y Juan Carlos Lomónaco, director titular de la OSY.
En esta ocasión estuvo ausente doña Margarita Molina, presidenta del Patronato-OSY.
Estas dos obras son de enorme peso y contenido, lo que nos hace esperar dos conciertos (viernes 29 y domingo 31) exitosos. ¡Qué así sea!
(Víctor Salas)