Jorge Frías Castillo
A remo y vela
Con la intención objetiva por parte del gobierno federal, estatal y empresas relacionadas al turismo que pretenden maximizar el puerto de Progreso como un icono turístico, en el que el principal ángulo medular sea la sustentabilidad y que se convierta en un modelo real de la economía yucateca, se han reunido muchos expertos y muchos intereses para analizar el tema.
Entre los anteriores resalta Michelle Fridman Hirsh, Secretaria Estatal de Turismo, quien en algún momento sugirió cambios sustanciales en el puerto; así como otros empresarios y funcionarios interesados en dar un realce a Progreso.
Hay que señalar que el futuro económico turístico de Progreso no se solventará sólo con las visiones de transformación en dinero y obra y en sustentar grandes proyectos como extensos muelles y terminales, hoteles de gran altura, que hoy perjudican grandemente las corrientes de viento y vistas marinas, el apoderamiento de playones para proyectos privados, la inadecuación del movimiento industrial en su paso por Progreso como lo son los fletes de tráileres, ocasionando malestar e inestabilidad entre los transeúntes. Otros puntos que son posibles ya se visionaron en los proyectos turísticos, como el cuidado de la basura y la estética urbana, que es un elemento que al visitante le gusta del abolengo progreseño.
No se puede concebir el puerto de Progreso con una mega derrama económica y que por consecuente tengamos un daño estructural, ecológico y urbano social, son temas que aparentemente se están captando entre las nuevas modalidades de elementos para poder apuntar a un futuro sostenible.
Si en verdad estas nuevas características de Proyectos entre empresarios la municipalidad, la Secretaría de Turismo, el Gobierno del Estado, sólo apuntan a manejar inversiones inmediatas para facilitar a las grandes empresas hoteleras y grandes consorcios, su situación preferencial en el organigrama porteño, sin tomar en cuenta los problemas que hoy en día afronta la población en muchos aspectos como transportación pública, limpieza, reordenación asimétrica del puerto, espacios preferenciales a la espiritualidad, como parques amplios con árboles y no llenos de puestos y negocios, más enfoque al sistema ecológico como alta conservación de manglares, que hoy en día se han apoderado los tráileres en estacionamientos y detrimento del área verde, concientización con la seguridad peatonal, y un auto de enseñanza educacional al trato al turismo.
Estos elementos son indispensables si se piensa apuntalar a Progreso como un icono turístico, no bastará, insistimos, en megaproyectos para Terminales de Cruceros, donde la derrama económica es inmensa u hoteles de gran calado que ocasionarán impactos sociales. Estos elementos socioeconómicos mencionados son importantes en el futuro de un puerto de entrada al mundo maya, en donde en verdad se sienta y se vea el sabor a Yucatán y no a un emporio de (resorts, atracciones artificiales) manufacturados.