Ana María Ancona Teigell “Privar a las personas de sus
derechos humanos es poner
en tela de juicio su propia
humanidad”.
Nelson Mandela
El miércoles 27 de marzo del año en curso fue un día memorable para Yucatán. Pocas veces he visto a tantas mujeres unidas y marchando para exigir ¡Justicia!, a dos años del feminicidio de Emma Gabriela Molina Canto.
Todo nuestro agradecimiento a doña Rosa María Canul Ricalde, Presidenta de la Asociación TIN MEYAJ (que quiere decir “Estoy Trabajando”), quien es la gestora para proporcionarle atención médica, sillas de ruedas y apoyos de todo tipo a madres solteras, niños y adultos mayores, por su invaluable trabajo; ella es nuestro pilar, la que dirige toda la logística e invita a sus mujeres a acompañarnos. Por eso ayer estuvimos marchando alrededor de 600.
Como a las seis de la tarde, cuando la calle del Palacio de Gobierno estaba llena, comenzó la marcha alrededor de toda la plaza, presidida por doña Ligia Canto Lugo (madre de Gaby), sus hijos y algunas mujeres que son víctimas de intento de asesinato por parte de sus parejas y no han tenido respuesta de ninguna de nuestras autoridades.
Al grito de su madre de: “¿Qué quiere Gaby?”, se escuchaban las voces de “¡Justicia!”.
—¿Quién es Gaby?
—¡Todas nosotras!
—¿Dónde está Gaby?
—¡Aquí!
Mientras caminábamos teníamos el corazón lleno de gozo, nuestros espíritus estaban unidos con el de la madre y la hija, y nuestras almas se elevaban al cielo en una plegaria.
Cuando subimos las escaleras del poste donde se iza la Bandera, se colocaron unos ramos de flores y unas cruces, no sólo por Gaby, sino por todas las mujeres de nuestro Estado que han sido víctimas de feminicidio y han dejado en la orfandad a muchos niños.
En las cruces estaba escrito: “Emma Gabriela Molina Canto fue asesinada el 27 de marzo del 2017, “Feminicida sin sentencia”, “97 víctimas de feminicidio en Yucatán del 2007 al 2018”, “35 huérfanos de feminicidio en Yucatán del 2014 al 2018”.
Doña Ligia, emocionada y con la voz entrecortada, tomó el micrófono, se dirigió a los presentes y a todos los medios de comunicación para agradecer su compañía y solidaridad, antes de leer unas emotivas palabras:
“Estamos hoy aquí reunidos para conmemorar el segundo aniversario del feminicidio de Emma Gabriela Molina Canto. Ha sido un calvario que parece que no tiene fin para su familia.
“Mi hija Gaby fue víctima de una grave violencia institucional a pesar de que pidió y clamó justicia y protección para ella y sus hijos. La omisión e indiferencia de nuestras autoridades le costó la vida hace dos años a las puertas de su casa.
“Por eso ya es momento de que nuestro gobierno escuche y proteja a las familias y a las víctimas.
“No sólo estamos aquí por ella, sino por todas las mujeres que han sido víctimas de feminicidio y han dejado huérfanos a muchos niños.
“Mi hija Gaby se ha convertido en un baluarte, un pilar, un ejemplo de vida para muchas mujeres que comenzaron a tener la fuerza y la valentía de denunciar. Enfrentándose a un sistema de justicia podrido, que mucho o poco hace por ellas y sus hijos.
“Este ya es un grave problema social que nos ha rebasado, que ya es tiempo de resolver.
“Ella siempre será recordada no sólo por nosotros que la amaremos siempre, sino por todo Yucatán. Por su valentía, coraje, fuerza. Porque nunca se dio por vencida, porque la mataron luchando y defendiendo lo que más amaba, sus hijos.
“¿Cuánto más vamos a tener que peregrinar para que se haga justicia y dejemos de gastar lo que no tenemos en estudios, peritajes, interrogatorios? Esa pregunta se las dejo a las autoridades y al gobierno.
“Por ella y por todas las Gabys de nuestro Estado estamos aquí, para que sepan que no están solas y que unidas vamos a seguir hasta que seamos escuchadas. Gracias”, finalizó.
Greta Coronado Martínez y su hijo Humberto de nueve años, víctimas de graves maltratos físicos y psicológicos, así como de varios intentos de asesinato por parte del padre de su hijo, llorando y con la voz entrecortada dijo:
“Yo también he denunciado ante la Fiscalía de la Mujer todo lo que mi hijo y yo hemos vivido. No ha sido nada fácil para nosotros haber tomado esa decisión, ya que no se nos ha hecho justicia. Todo lo contrario, se nos ha revictimizado y tratado como si nosotros fuéramos los victimarios. Mientras el padre de mi hijo, a pesar de tener una Orden de Restricción de una Juez de Control que le impide acercarse a nosotros, ha desacatado esa orden y sigue en libertad, aterrorizándonos y amenazándonos.
“Por eso le pido al Sr. Gobernador del Estado de Yucatán, al Fiscal General del Estado y al Poder Judicial que paren esto y se nos haga justicia. Porque una persona tan agresiva y violenta no puede estar suelta en la calle. Nos están exponiendo todos los días a que nos mate.
“Todo lo que he narrado está sustentado por las cámaras de video que hay en mi casa. Muchas gracias por escucharme”, concluyó.
Gracias una vez más a todos los medios de comunicación que cubrieron este homenaje.
Hicimos un minuto de silencio y ante un cielo cuajado de estrellas nos retiramos del lugar satisfechas de haber cumplido con el compromiso que tenemos como sociedad con todas las mujeres de Yucatán.