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Yucatán

Un tipo como yo… ¡Todo un señor!

Por Ariel Avilés Marín

Nuestros compositores, nuestros poetas, los creadores de la canción en Yucatán, son un verdadero panteón sagrado de seres de luz y de color, locos geniales, que han puesto el nombre de este jirón de la patria en un lugar privilegiado en el universal mundo de la música. En Yucatán, decir canción, es decir Guty Cárdenas, es decir Ricardo Palmerín, es decir Ricardo López Méndez, es decir Manuel Merodio, es decir Armando Manzanero, es decir Sergio Esquivel.

“Soy del Sur”, proclama con fuerza y alegría Sergio en una canción, y es cierto, pues su cuna es la ciudad sureña yucateca de Ticul donde viene al mundo en 1946. Su amor por la música es una constante en la vida, ha sido compositor por una necesidad vital de su alma y nunca le ha importado la parte económica de su actividad; ¡es un bohemio nato y recalcitrante! Es un gran amigo de sus amigos y lo plasma en sus canciones; “A dónde van los amigos que se van”, “Tan Cerca y tan Lejos”, testimonios sentidos de lealtad y cariño.

Sergio inicia su carrera artística en un dúo: Sergio y Ramón, haciendo mancuerna con el inolvidable Ramón Triay. Impulsados por el Mtro. Enrique Vidal, el dueto se lanza a la capital del país a probar suerte. Ramón decide volver a su tierra donde le canta al amor hasta el último instante de su vida. Sergio se queda en la Ciudad de México para conquistar al mundo con sus canciones. En el primer long play de José José, su nombre salta a la fama con la bellísima canción “Alguien Vendrá”, que ha compuesto con la participación de Memo Salamanca. El inolvidable concurso de la canción, el OTI, es la plataforma que lo catapulta a niveles insospechados, culminando en noviembre de 1973 con el sonado triunfo de su canción “Qué Alegre va María” en la voz de nuestra coterránea Imelda Miller.

Sus canciones se han grabado con las voces de grandes intérpretes como: Marco Antonio Muñiz, José José, Emmanuel, Lupita Dalessio, Guadalupe Pineda, Celia Cruz, Libertad Lamarque, Gualberto Castro, Manuela Torres, Víctor Yturbe o Armando Manzanero. Puede decirse que no hay intérprete de gran calidad que no haya grabado una canción de Sergio Esquivel.

Sergio está culminando casi media centuria de fértil actividad, y ahora, en el marco del 97 aniversario de la fundación de la Universidad Autónoma de Yucatán, se ha grabado y presentado al público un disco compacto que es algo así como una biografía musical del compositor. “Paso de Luna” lleva por título el disco, y para entender el sentido de éste, es necesario conocer algo sobre la vida del compositor. Sergio adquirió hace unos años una vieja casona a la vera del parque de Santa Ana; la casa tiene un largo corredor de arcos frente al cual corre un también largo jardín. Con amor y dedicación, Sergio ha ido arreglando y habilitando esta casona y ahora vive en ella. Todas las noches, a lo largo del jardín, Selene, princesa de nácar y cristal, pasa silenciosa en un luminoso paseo que llena de gozo el alma del compositor. Este es “Paso de Luna”.

La presentación del disco compacto se llevó a cabo el jueves veintiocho pasado en el Teatro Peón Contreras y contó con el acompañamiento de la orquesta “Cuerdas Universitarias” bajo la atinada dirección del Mtro. Veselín Dechev. Fue muy satisfactorio ver ya en plano profesional a jóvenes músicos egresados de la ESAY, como el concertino, Diego Coral; el chelo principal, Francisco Pelesier o la excelente flautista Andrea Herrera. ¡Enhorabuena para esta joven orquesta! Un elemento enriquecedor de la obra de Sergio lo fueron los excelentes arreglos a sus canciones aportados por el Mtro. Pedro Carlos Herrera, quien estuvo integrado a la orquesta en este concierto con sus magistrales interpretaciones al piano y las de su hermano, Juan Herrera, en la batería.

El concierto de Sergio Esquivel corrió con base en las canciones contenidas en el compacto, con el incentivo de ser el autor su propio intérprete. Abre el concierto la canción “Cien Millones de Locos”, le sigue “Ay, quién pudiera” y luego “Luciana”, una delicada joya profundamente sentida, un poema de amor por esas nuestras tías solteras que envejecieron mirando por la ventana esperando un amor que nunca llegó. Continúa el concierto con una obra de profunda entraña nacional: “México de vez en cuando”. El sufrimiento de un padre doliente se pone de manifiesto en “Mi niña de todos los días”. La alegría y el humor se retoman en “Pruebe Usted”. El amor de su hija por estas delicadas criaturas nos trae “Mi Caracol”.

La nostalgia por los amigos que se han adelantado en el camino se pone de manifiesto en las dos canciones siguientes: “Tan Cerca y Tan Lejos” y “A Dónde van los Amigos que se Van”, se nos hicieron presentes Bibi Hernández, Víctor Yturbe, Coky Navarro y, desde luego, Ramón Triay. Mérida vive en el alma y los amores del compositor, y nos ofrece “Boxita Linda”. De nuevo la nostalgia vuelve a aparecer en “Nadie se va del Todo”. La canción que consagró internacionalmente a Sergio no podía faltar en la noche; “Qué Alegre va María” pone de pie al público en cerrada ovación. La alegría y entraña profunda de sus raíces afloran con ritmo y alegría, cuando Sergio nos interpreta: “Soy del Sur”.

Ninguna canción hubiera sido más apropiada para cerrar la noche, como lo fue: “Un Tipo como Yo”, que es la autobiografía musical de Sergio, del soñador, del poeta, del eterno enamorado del amor. La sala en pleno, rompe en sonora aclamación larga y emocionada. Los gritos de: ¡Bravo! Sacuden el coliseo.

En seguida, viene una parte protocolaria. Suben al escenario el rector de la UADY, Dr. José de Jesús Williams, el director de extensión cultural de la propia casa de estudios, Raúl Lara Quevedo y la Secretaria de la Cultura y las Artes, Lic. Erika Millet Corona. Las autoridades entregan a Sergio Esquivel un reconocimiento por su amplia y brillante trayectoria, que ha puesto en alto el nombre de Yucatán.

El evento ha resultado una grata experiencia, compartir con Sergio Esquivel nos ha deleitado profundamente. Aprovechando viaje; le decimos al oído al rector: Dr. Williams, con un esfuerzo más podemos hacer de “Cuerdas Universitarias” la Orquesta Filarmónica de la UADY, con añadir unas maderas más, metales y percusiones, está hecho, es algo que impulsaría a una institución musical como la que tienen las más prestigiadas casas de estudios superiores como la UNAM, el IPN, y otras universidades como la nuestra. ¡Ojalá preste atención a nuestra propuesta! Sería una importante obra para la cultura de nuestro estado.

Salimos del Peón Contreras tarareando: “Un tipo como yo…” ¡Todo un señor!

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