La mayoría de los diputados del Congreso del Estado dijo no al matrimonio igualitario y con una votación secreta de 15 votos en contra y 9 a favor, se desechó el dictamen para modificar la Constitución Política del Estado que abría la puerta a que dos personas del mismo sexo se pudieran casar.
Un día antes, en la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación, se había aprobado el dictamen que eliminaba el segundo y tercer párrafo del Artículo 94 de la Constitución Política de Yucatán. Estos párrafos establecen que el matrimonio y el concubinato sólo pueden darse entre un hombre y una mujer.
Sin embargo, al pasar ayer al pleno, la historia fue diferente y, aunque había gran expectativa de que Yucatán abriera las puertas al matrimonio igualitario, la mayoría de los diputados decidió, con su voto secreto, no aprobar el dictamen y, con ello, mantener en la Constitución de Yucatán que el matrimonio y el concubinato deben ser exclusivamente entre un hombre y una mujer.
¿Protección?
Al final de la sesión no quedó claro quiénes votaron a favor y quiénes en contra del mencionado dictamen, porque la votación fue secreta, con el argumento de proteger la integridad de los diputados debido a lo delicado y polémico del tema.
Al final fueron 15 votos en contra del dictamen y 9 a favor. El secretismo con que se llevó a cabo la votación dio pie a especulaciones acerca de quiénes votaron a favor y quiénes en contra
Los únicos que manifestaron una clara posición a favor fueron las dos diputadas de Movimiento Ciudadano, Milagros Romero Bastarrachea y Silvia López Escoffié, además del diputado del PRD, Alejandro Cuevas Mena, lo mismo que Fátima Perera Salazar y Luis Hermelindo Loeza Pacheco, de MORENA.
De los que votaron en contra del dictamen y por ende del matrimonio igualitario, los únicos que manifestaron abiertamente su rechazo fueron la diputada Rosa Adriana Díaz Lizama y Miguel Rodríguez Baqueiro, los dos del PAN.
Calificada por algunos diputados como una “jornada histórica”, la sesión de ayer contó con la presencia de un gran número de personas conservadoras, que llegaron al pleno para manifestar su rechazo y para presionar a los diputados.
Llegaron temprano
Visiblemente emparentados con grupos católicos y conservadores, al lugar llegó gente del Frente Nacional por la Familia en Yucatán, de la Red Pro Yucatán e incluso llegaron las llamadas “rezadoras de María”, quienes hincadas y con rosario en mano elevaron sus plegarias a Dios afuera de la sala del pleno para que no se aprobara la iniciativa, como finalmente sucedió.
Aunque la sesión estaba programada para las 11 de la mañana e inició a las 11.40, los conservadores llegaron al Congreso desde las 7 de la mañana e incluso se formó una larga cola. Más tarde se les dejó ingresar a la sesión y, a las 9 de la mañana, el recinto ya estaba lleno. También llegaron algunos activistas a favor de los derechos de la diversidad, pero eran los menos.
Los conservadores vestían en su mayoría de blanco y portaban pancartas en las que señalaban que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer. Los activistas de la diversidad sacaron varias banderas multicolores de la comunidad LGBTT. Ambos grupos se mezclaron en las butacas del salón de plenos, sin mayores contratiempos o confrontaciones.
A favor o en contra
La iniciativa que abría la puerta al matrimonio igualitario fue enlistada en el último punto del día y, luego de leer su contenido, se puso a consideración de los diputados para quienes quisieran hablar a favor o en contra. Sólo dos diputadas pidieron la palabra para hablar a favor, Fátima Perera Salazar, de MORENA, y Milagros Romero Bastarrachea, de Movimiento Ciudadano. No hubo argumentos en contra, aunque la mayoría de los diputados votó en este sentido.
Las dos diputadas fueron elocuentes y con discursos inequívocos a favor de la iniciativa, dejaron en claro que ante todo se trataba de un tema de derechos humanos y que la Legislatura tenía la oportunidad histórica de garantizar un trato igual para todos, pero al final los argumentos no convencieron a la mayoría.
La diputada de MORENA dijo que su posición estaba acorde con la línea política de su partido y señaló que el matrimonio no puede ser sujeto a restricciones en función de origen étnico o nacional, de discapacidades, de condición social, de condiciones de salud, de religión, de género o preferencias sexuales, y debe asegurar a todos los habitantes del Estado la efectividad y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la ley, reconociéndolo como un derecho humano y que las personas puedan legalmente contraer nupcias sin discriminación alguna.
Dijo que las personas homosexuales tienen el derecho de vivir legalmente juntos, en pareja, pero que en la actualidad en Yucatán es un derecho del que se les ha enajenado, ignorando que el matrimonio se contrae sobre la base del amor.
Asunto civil, no religioso
Añadió que legislar sobre el matrimonio se debe partir del hecho de que el matrimonio es civil y no es un tema religioso. Y que, en este último sentido, cada religión evalúa para sí, si lo acepta o no.
Recordó el exhorto de la CNDH a todos los Congresos para legislar sobre el tema, además de recordar que ya hay tesis de la SCJN que declaran inconstitucionales los Códigos Civiles de las Entidades del país en donde el matrimonio se entiende sólo como la unión entre un hombre y una mujer y que tiene como fin la procreación.
“Es importante que tengamos en cuenta que el mérito de la tolerancia no es respetar a los iguales, sino a los diferentes. Una sociedad moderna, abierta y justa es aquella en la que lo excepcional tiene cabida junto a lo mayoritario. En el reconocimiento de los derechos de las minorías y no deformar expresiones que entienden como ‘natural’ algo que puede inducir al equívoco, ya que la homosexualidad, si bien no es mayoritaria, no deja de ser algo natural”.
“Que una sociedad cien por cien homosexual no tiene futuro es algo tan obvio como que tampoco lo tendría una sociedad integrada únicamente por mujeres o únicamente por hombres, en el mundo que vivimos hay sólo una raza, la humana, y tiene el derecho a la felicidad, al bienestar”, expuso.
Destacó que su voto sería a favor y exhortó a los demás diputados a votar en el mismo sentido y dijo que “la historia nos dirá que hicimos lo correcto”.
“Día histórico”
Por su parte, la diputada Romero Bastarrachea destacó que el de ayer era un día histórico y señaló que “nos corresponde dirimir si el matrimonio civil será de manera llana o seguirá siendo mediante un amparo, y aquí se presenta la segunda discriminación por igualdad, pues actualmente si una pareja no tiene dinero para ampararse y seguir un procedimiento jurídico, no puede recibir los derechos legales que otorga el matrimonio civil. ¿Vamos a permitir que esto se siga dando?”, preguntó.
“Hoy tenemos que resolver si se otorgan los derechos humanos por igual o si se revictimiza a las personas por su preferencia y por su condición económica. Y, compañeros y compañeras, no veo en modo alguno el impedimento para salvaguardar los derechos humanos y civiles de cualquier ciudadano o ciudadana en Yucatán”.
“Con la aprobación de este dictamen podemos cumplir con una labor histórica, tan histórica como el voto femenino, que en su tiempo recibió las mismas trabas de los mismos actores políticos y sociales. Y que, sin embargo, hoy se ve como algo justo, moral y ético. Hoy estamos ante un momento así y que no nos pese ni nos asuste, sino que nos motive a dar el paso, a hacer historia, a marcar el rumbo de igualdad, aceptación o cuando menos tolerancia entre conciudadano”, expresó.
Las intervenciones de las diputadas detonaron aplausos de los activistas de los derechos de la diversidad que se encontraban en la sala y en reacción los conservadores gritaban: “¡No, no, no, no!”.
Votación secreta
Al poner a votación el dictamen, el presidente de la Mesa Directiva, Enrique Castillo Ruz (PRI), anunció que sería mediante cédula secreta, lo que causó asombro entre los presentes. Por lo anterior, la diputada Silvia López Escoffié (MC) solicitó que la votación fuera nominal y pidió que la propuesta se sometiera a votación, pues dijo que se trataba de un tema de relevancia y que la gente debía enterarse del sentido del voto de cada diputado.
Castillo Ruz argumentó que estaba entre sus facultades decretar el tipo de votación y que, por la naturaleza del tema, en este caso decidió que se llevara a cabo de forma secreta y para salvaguardar la integridad de los legisladores y que cada uno se pudiera expresar sin ser reconvenido y sin presiones.
Dijo que al ser un tema de gran interés los diputados debían tener las garantías de votar sin presiones y en libertad. De esta forma la votación se llevó a cabo mediante cédula y en forma secreta.
Dicha votación fue atípica porque las votaciones por cédula que se habían dado antes se daban con una cédula que cada diputado recibía en su curul y posteriormente la depositaban en una urna con un pase de lista, pero en esta ocasión se le llamaba al diputado y se le daba la papeleta para llenarla en la tribuna.
Tan secreto querían que fuera el voto que, en cuando ya se desarrollaba la votación, la diputada Rosa Adriana Díaz Lizama (PAN) solicitó que los camarógrafos del lado donde se llevaba a cabo el llenado de las papeletas se quitaran de la zona para que no pudieran grabar o fotografiar el sentido de los votos. La petición fue rechazada, pero la votación siguió en forma secreta.
Díaz Lizama mostró sin reparo su papeleta y con el sentido de su voto, en contra del dictamen, como lo hizo también su compañero Miguel Rodríguez Baqueiro, ambos en contra del dictamen. También mostró su papeleta Fátima Perera Salazar, de MORENA, a favor.
Finalmente, apuntaremos que en redes sociales los que estaban a favor de la iniciativa demandaron que los diputados transparentaran su voto por respeto a quienes los eligieron.
(David Rico)