Luis Pérez Sabido*
Señoras y señores, muy buenas noches:
Agradezco a la secretaria de la Cultura y las Artes, licenciada Erica Millet Corona, haberme invitado a decir unas palabras en la celebración del aniversario 77 de nuestra muy querida Orquesta Típica Yukalpetén, a la que me unen indisolubles lazos de admiración y cariño.
La Orquesta Típica fue creada con el fin de preservar y difundir la canción yucateca, canción que surge en los primeros años del siglo XX en las tibias noches de los barrios de Mérida. Su temática es el amor en sus variadas formas, y su letra, en su época de oro, invariablemente fue un poema de buena factura y variada métrica. “¡El poeta escribe y el trovador canta! –asienta Horacio Villamil en el prólogo del Cancionero yucateco, de 1931–. Tal es, en síntesis, el origen legítimo de la canción vernácula.”
Mi primer contacto con la Típica fue en abril de 1946. La orquesta celebraba cuatro años de feliz existencia y yo contaba con apenas seis años de edad. Nuestro encuentro se dio en una tardeada dominical en la concha acústica del Parque de las Américas, decorada con danzantes mayas por el pintor Teodoro Zapata, que enmarcaba la musical presencia de la agrupación, de la que brotaron las notas de El caminante del Mayab, de Mediz Bolio y Guty Cárdenas, en las timbradas voces de diez selectos trovadores que entonaron esta evocación maya, acompañadas por el seco golpe de un tunkul que formaba parte de sus percusiones y que ahora se preserva en el Museo de la Canción Yucateca.
En esa primera ocasión, me llamaron poderosamente la atención dos raros instrumentos de cuerda pulsados sobre los muslos por una guapa mestiza —(Mimí Canto Hernández) y su compañero de sección y esposo en la vida real (Rubén Espinosa Vega). Después supe que se llamaban salterios, instrumentos totalmente ajenos a nuestra tradicional trova yucateca, que habían sido obsequiados a la Yukalpetén por el director de la Típica de la Ciudad de México durante su primera exitosa gira a la capital del país, en septiembre y octubre de 1943, cuando actuaron en el Palacio de Bellas Artes, el Teatro Palacio Chino, el Casino Militar, el Anfiteatro Simón Bolívar y dos domingos seguidos en la pérgola Juventino Rosas del Bosque de Chapultepec.
La Típica, como se la ha llamado siempre, había debutado, como todos sabemos, el domingo 12 de abril de 1942, a las diez de la mañana, en el costado Poniente de la Plaza Principal, conducida por su director fundador Daniel Ayala Pérez. Entonces la integraban 27 elementos: diez trovadores, cinco violines, dos violonchelos, un contrabajo, una guitarra hawaiana, una marimba con cuatro ejecutantes, tres trompetas y un timbalero. En actuaciones siguientes se integraron cinco cantantes, dos clarinetes, un trombón y dos salterios. Poco tiempo después se suprimió la marimba.
El formato de nuestra orquesta no corresponde al de las otras orquestas típicas del centro del país, cuajadas de bandolones, mandolinas y salterios, sino que deriva de las orquesta típicas cubanas, ya que nuestra península forma parte del área geográfica del Caribe que ha nutrido nuestro costumbrismo musical.
Mi siguiente encuentro con la Típica fue en 1965, cuando inicié las serenatas del parque de Santa Lucía, en donde la Yukalpetén fue el atractivo principal durante 23 años. Para documentarme sobre la canción yucateca, acudí al maestro Nicomedes Canto y Canto, su director musical, quien había formado parte del conjunto de cuerdas de Chan Cil. También me asesoró el veterano poeta Ermilo Padrón López, patriarca de la Sociedad Palmerín, quien fue notable letrista de Guty, Palmerín y Pepe Domínguez y un documentado conocedor de nuestra canción popular. Con el mismo fin, me dirigí muchas veces al veterano trovador Chucho Herrera, quien en su juventud fue alumno de guitarra de Huay Cuuc y llegó a ser un destacado ejecutante y compositor de nuestra trova. Con ese bagaje iniciamos las serenatas yucatecas de Santa Lucía, que ya han cumplido 54 años.
En julio de 1968, me correspondió coordinar la grabación de los dos primeros discos de la Orquesta Típica Yukalpetén, dirigida por el maestro Pedro Hoil Calderón, que contó con el patrocinio del industrial Carlos Patrón Méndez y la dirección artística de Juan Acereto. La grabación se realizó en los estudios de la RCA Víctor de la Ciudad de México.
En 1978, la Sociedad de Autores y Compositores de México patrocinó la grabación de un nuevo disco de la Yukalpetén, a iniciativa del compositor Sergio Esquivel. La dirección artística fue de Luis Demetrio. En 1986, la Típica grabó dos nuevos discos LP en el Teatro Peón Contreras, con dirección musical de Pedro Hoil Calderón, y dirección artística de Sergio Esquivel. En 1992, a iniciativa de Conchita Antuñano, la Típica grabó su primer disco compacto con dirección musical de Manuel Gómez Betancourt y dirección artística de Armando Manzanero. En 2001, con el auspicio de Grupo Rivas, la Típica grabó un nuevo disco compacto en el antiguo Teatro Mérida, hoy Armando Manzanero, con dirección musical de Manuel Gómez Betancourt y dirección artística de quien les habla.
En el año de 1999, nos correspondió preparar el material documental y sonoro con que se propuso a la Orquesta Típica Yukalpetén como candidata al Premio Nacional de Ciencias y Artes, invaluable distinción que obtuvo el 10 de diciembre de ese año, de manos del presidente de la República, en emotiva ceremonia que tuvo lugar en el salón de actos del Palacio Nacional.
Es justo recordar que de 1976 a 1982, la Orquesta Típica Yukalpetén actuó semanalmente en forma rotativa en todos los municipios del estado, y de 1997 a 2003, ofreció conciertos mensuales en el Salón de la Historia del Palacio de Gobierno.
En 2005, nuestra orquesta inauguró el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato. En septiembre de 2008, hizo una gira a Venezuela con motivo del 450 aniversario de la Mérida andina, donde fue declarada Huésped Distinguida y ofreció conciertos en la Catedral Metropolitana, la iglesia de Santiago de la Punta y el aula magna de la Universidad de los Andes. En abril de 2010, inauguró la Feria de San Marcos y ofreció un concierto en el Teatro Morelos de Aguascalientes. El 15 de septiembre de 2010, acompañó a Armando Manzanero en el zócalo de la Ciudad de México en la Noche del Bicentenario de la Independencia.
Para entonces, tenía un archivo de 800 arreglos musicales, en los que destacan 36 suites regionales escritas especialmente para ella, así como numerosas canciones, romanzas, habaneras, guarachas, claves, boleros, bambucos, danzas, claves-boleros, jaranas, evocaciones mayas y joropos yucatecos.
A lo largo de su historia, han sido directores de la Típica los maestros Daniel Ayala Pérez (1942-55), Fausto Pinelo Río (1955-56), José León Bojórquez (1956-60), Nicomedes Canto y Canto (1960-65), Pedro Hoil Calderón (1965-86), Manuel Gómez Betancourt (1986-2004), Roberto Tello Martínez (2004-2005). Y, desde 2006, el maestro Pedro Carlos Herrera, quien ha realizado numerosos arreglos y ha enriquecido el sonido de la orquesta con nuevos instrumentos.
En 2012, con el patrocinio del Instituto de Cultura de Yucatán, la Orquesta Típica Yukalpetén, con dirección musical y arreglos de Pedro Carlos Herrera, grabó dos nuevos discos que, junto con la remasterización de un disco con viejas grabaciones, integró el álbum conmemorativo de los 70 años de nuestra orquesta, cuyos festejos culminaron con una exitosa gira por diez ciudades del centro de la República y un histórico concierto en el Palacio de Bellas Artes, que tuvo lugar el 23 de febrero de 2012, con la participación de Armando Manzanero, Sergio Esquivel, María Medina, Alicia Cascante, Conjunto Vocal Yucatán, Nancy Mas, Maricarmen Pérez, Jesús Armando Dzib y el dueto de Ricardo Jiménez y Rodolfo Santos. La dirección artística y la conducción estuvieron a mi cargo.
El 75 aniversario pasó sin pena ni gloria. Por eso tiene tanta significación para mí que la licenciada Érica Millet Corona, secretaria de la Cultura y las Artes, me haya invitado a participar en esta celebración de los 77 años de la agrupación, pues me motiva a continuar escribiendo el libro biográfico de la Orquesta Típica Yukalpetén que interrumpí en 2014 y ahora retomaré con más entusiasmo para dejar testimonio del brillante trabajo que, con altibajos de apoyos oficiales, ha logrado nuestra querida orquesta, sin duda alguna el relicario más preciado de la trova yucateca iniciada por Chan Cil hacia 1880; llevada a la cumbre por Palmerín, Guty y Pepe Domínguez; continuada por Rubén Darío Herrera, Domingo Casanova, Chucho Herrera, Carlos Pinelo y Wello Rivas; retomada por la Sociedad Palmerín con Manuel López Barbeito, Pastor Cervera, Juan Acereto, Estela Puerto, Judith Pérez Romero, Luis Espinosa y Lía Baeza, y redimensionada por los contemporáneos Manuel Merodio, Luis Demetrio, Coqui Navarro, Armando Manzanero y Sergio Esquivel, y una nueva generación en la que ya despuntan Angélica Balado y Felipe de la Cruz, cuyas principales obras figuran en el amplio y variado repertorio de nuestra muy querida y admirada Orquesta Típica Yukalpetén.
Muchas gracias.
*Investigador emérito de la ESAY
Palabras pronunciadas por su autor en el Concierto por el LXXVII aniversario de la O.T.Y., efectuado el miércoles 10 de abril de 2019, en el Teatro Peón Contreras.