Desde hace más de quince años, Jesús Antonio Koyoc Uribe es un microempresario dedicado a la venta de jugos naturales en el mercado de San Benito, donde da empleo a tres personas.
Entrevistado en su local, platicó que antes vendía pepitas y cacahuates de las ocho de la mañana hasta las dos o tres de la tarde en los pasillos del mercado Lucas de Gálvez y sus alrededores.
Indicó que pudo obtener del Ayuntamiento de Mérida un local en el nuevo mercado San Benito, donde empezó a vender jugos, actividad que en un principio fue difícil porque, al igual que ahora, había mucha competencia.
Sin embargo, poco a poco fue consiguiendo más y más clientes con base en un buen servicio y la calidad de sus productos.
Proveedores
Actualmente, dijo ya cuenta con proveedores que todos los días le llevan las frutas hasta la puerta de su local, lo mismo que los expendedores de hielo y comerciantes de vasos desechables, etc.
Mencionó que, junto con José Armando Gómez Vázquez y otros dos empleados, todos los días llegan a las cinco de la mañana a recibir las frutas y demás productos para la elaboración de los jugos naturales, o bien para lavar el hielo y picar la marqueta en pequeños trozos, lavar las frutas antes de comenzar la elaboración de los jugos.
Gran variedad
Refirió que los jugos naturales varían de acuerdo con la temporada o época del año; como ejemplo, dijo que actualmente ofrece más de ocho opciones como son los jugos de naranja, sandía, melón, limón, piña y piña con chaya, por mencionar algunos.
Señaló que la venta de jugos naturales no es para hacerse rico, pero sí da para vivir, siempre y cuando uno cuide la calidad, la higiene y el precio del producto, pero sobre todo el trato a los clientes.
Reveló que en temporada de temperaturas elevadas como la actual logra vender hasta 150 vasos de jugos, pero en épocas de bajas temperaturas sólo venden unos 30 ó 40 vasos, y en ocasiones hasta menos, pero gracias Dios el sol sale para todos.
—Una de las ventajas es que ahora cuento con un local y ya no estoy recorriendo las calles, ya no sufro las inclemencias del tiempo, pero sí hay que trabajar de seis de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde y, si hay demanda, hasta las seis de la tarde.
Por último, dijo que hasta el puerto de Progreso envía a uno de sus empleados a vender jugos, porque es donde hay más demanda en temporada de vacaciones como la actual.
Finalmente María del Rosario Moo Flores, que vive en Umán y que trabaja para nuestro entrevistado, dijo que vende hasta cien vasos diarios de jugos naturales.
(Víctor Lara Martínez)