VALLADOLID, Yucatán, 22 de abril.- Durante la misa de Domingo de Resurrección de la parroquia de San Servacio, el Pbro. Armín A. Rivero Castillo dijo a la feligresía: “En este inicio de nueva vida después de la Cuaresma hay que comenzar una vida precisamente nueva en la que nos acaban de narrar cómo María Magdalena va muy temprano al sepulcro para mirar a Jesús. San Lucas dirá que son varias las mujeres que fueron pero, San Juan señala que María Magdalena vio la piedra removida y corriendo fue hacia Pedro y Juan y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”. Hermanos, a Magdalena como que le faltó comprobar un poquito más lo que decía que se habían robado el cuerpo de Jesús pero se levanta San Juan, el discípulo amado de Jesús, corrió rápido por ser joven y comprobó que la piedra estaba removida y acechó dentro del sepulcro y vio los lienzos y la sábana, todos doblados. Hasta que llegó Pedro y cuando comprobó lo que Juan vio, se acordaron lo que Jesús les había dicho de que iba a resucitar. Yo quiero hacer una reflexión aquí acerca de la piedra removida; esta piedra habla de una vida nueva y que los lienzos bien doblados en el lugar donde estaba Jesús ya no está quiere decir que lo que decía la Escritura es cierto: Jesús ha resucitado. Si Jesús ha resucitado tenemos que hacer algo muy importante: Vamos a retomar el amor del principio, ese amor que se enciendo en nuestro corazón cuando un día nos encontramos con Jesús; ese amor del principio decimos esto que vemos es cierto la piedra removida revive el amor, revive el recuerdo, revive la alegría, al mismo tiempo podemos decir que reaviva el amor con Jesús. Es comenzar a vivir de nuevo es cierto en el camino como lo hace Magdalena, que camina hacia la tumba y ve la piedra removida. Pedro y Juan caminan hacia la tumba... En el camino de nuestra vida podemos decir la piedra esta removida, el Señor ha resucitado. Esa piedra removida muchas veces se convierte en un obstáculo cuando está cerrada que nos lleva a la desconfianza. Si estuviera cerrada la piedra cuando llegó María Magdalena nadie la movía, podríamos dudar que Jesús haya resucitado. ¿Quién quitó la piedra? ¿A qué horas la quitaron? ¿En qué momento la quitaron? Es Jesús que ha resucitado, es quien abrió la puerta. Él es la esperanza que creíamos perdida. Seguramente en el corazón de Pedro, Juan y Magdalena había tristeza; todavía permanecían las preguntas: ¿qué pasó? ¿Por qué murió? ¿Por qué no lo vemos?, pero ahora se enciende la esperanza en sus corazones”. (Manuel Vázquez Rivero)